Cuatro años de nada

Me gusta cortarme el pelo en Curicó. El pelo importa poco, lo que importa es que los sábados se reúnen ciudadanos de a pie y comparten qué es lo que están viendo. Una de esas jornadas, la pregunta que apareció fue ¿cómo ha cambiado Curicó en estos años?

Marzo a marzo viene el mantra de los permisos de circulación. Haga su aporte aquí y contribuirá al desarrollo de la comuna. Pues bien, ¿cómo ha cambiado Curicó en estos años?.  Segregando. Desde veredas hasta calles, el modelo de dividir un centro versus periferia marca -literalmente- el camino de hasta donde puede llegar el “desarrollo”. Por cierto, el desarrollo en Curicó se mide en cantidad de sacos de cemento.

Si verificamos el desarrollo de los últimos años, veremos que el gran desarrollo visible viene de empresarios proactivos y ciudadanos que como pueden van mejorando su vida y la de su familia. Por cierto, con una inorganicidad evidente en lo que se ha convertido en un far west comercial.

¿En tránsito? evidente caos. ¿En calidad de calles? lo mismo. ¿En renovación urbana? ¿qué es eso?. ¿Comercio ambulante thailand stail? No los toquemos. ¿Plan de futuro? cero. ¿En ciudad ciclista? Que lo tomen los privados. ¿En ciudad turística? Para eso está Potrero Grande. ¿Curicó ciudad universitaria? ¿Hay universidades en Curicó?.  ¿La entrega responsable de patentes? ¿pero, debía planificarse?. ¿La definición de zona de entretenimiento? Ah, si, deveras que nos tomaríamos 6 meses en definirla. Ojo aquí, que esto únicamente enlista pedidos obvios para el Curicó urbano, pero la agrozona como provincia tiene todos estos y otros tantos pendientes que al parecer son invisibles.

Peor aun cuando revisamos lo ya definido. Si vió este “debate” comprenderá rápidamente que el Hospital de Curicó es uno de los proyectos clave en los que hay acuerdo. Fue la prioridad 1 del Plan de Reconstrucción junto con la Estación de Trenes (si, la que tantearon para poner en el Mall). ¿Quienes además de la comunidad son los responsables de lograrlo? Efectivamente, los diputados para presionar y poner el tema en la mesa; los alcaldes y concejales para “representar” a la comunidad ante presidente y ministro del área; y desde luego los consejeros regionales para presionar por proyecto y fondos. Pues bien, pasaron 4 años y adivine dónde estamos.

Esto ha sido sostenido en base a individualidades carentes de visión de comunidad, más preocupadas por la nueva elección futura o por perfilar carrera política que por lograr una ciudad digna de vivir.

Cada elección es una oportunidad y la de ayer la desaprovechamos. Tontamente, se reeligió a los dos diputados en ejercicio. Uno acumulará 8 años de diputado a los 12 años en el municipio (si, 20) y el otro, desde 1993 seguirá engrasando la máquina en un grafo laboral interminable. Sumado a esto, se optó por elegir como Consejeros Regionales a ex alcaldes, ex gobernadora y ex cores que ya venían con falla de origen. ¿Es que no nos damos cuenta que mantuvieron todo igual? Lo mismo, otros 4 años de lo mismo.

Disculpen mi pesimismo pero, si a pesar de todos los periodos no vemos avances más allá de los privados esto se estancó. Si a pesar de todos los viajes al extranjero y a lugar turístico que han querido, que les hemos regalado no hemos tenido retribución alguna en obra real, lo merecido sencillamente es el cuartel de invierno. Si a pesar de mantener en el congreso a diputados para que hagan leyes y piensen el futuro y se lo pasan dándoselas de alcalde, pues que postulen a la alcaldía. Si a pesar de la dieta mensual que ganan por sus cargos no reditúa en beneficio para la comunidad -que asume “el contrato“- mejor vuelvan a la vida privada. Disculpen, pero de este lado había expectativa.

La tropa, esta especie de corte local, al parecer no toma nota aún de quienes somos. Sus asesores bien pagados debiesen pasar del lado de las comunicaciones y reportes de prensa –muy de moda ahora los comiuniti manallers– al de los datos. Podrían darle una leída a nuestra performance comunal, provincial y regional, ver quienes somos en el marco global y hacerse cargo de nuestros resultados. ¿Vieron dónde estamos en competitividad?, ¿Les contaron nuestros puestos en educación?, ¿Supieron de los niveles de contaminación o se interesaron por promover su medición?.
1) No los conocen, eso denotaría ceguera cognitiva y falta de preocupación por saber.
2) Si los conocen, eso denotaría dolo, entendiendo que debiesen hacer algo por modificarlos.

Pero bueno, los encargados de levantar estos temas –medios de comunicación- seguirán más interesados en los próximos canapés de la Gobernación, las futuras tortitas en conferencias de prensa donde los Montero o uno que otro almuerzo en el Español. Tocar otras teclas sería morder la mano que da de comer directa o indirectamente, lo que sin duda nos llevará a una pusilanimidad permanente pero podremos vivir con ella a cuestas.

Estamos comenzando cuatro largos años.

Cuatro años de nada.

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