Mejor eliminemos la Licencia de Conducir

Según cifras oficiales, el año pasado murieron casi 1.700 personas en siniestros viales en Chile. En la última década sólo en el Maule murieron cerca de 1.500 personas. A pesar de ello y en ese marco, es donde se plantea que tanto el examen psicotécnico como el visual serían parte de un trámite engorroso que debe eliminarse. Para qué evaluar regularmente a los conductores que no tienen partes, parece ser la línea de razonamiento tras el proyecto de ley que promueve la Renovación Automática de Licencia de Conducir por “buena conducta”.

La iniciativa propuesta por 10 diputados en junio de 2022 (18089-15), nos dice que es “fundamental” e “indispensable” poder “detectar la mayor cantidad de problemas” en el “sistema de tránsito”. “Es necesario mejorar el nivel de conducción en el país”, señala. Evitar controles básicos como el de la propuesta, va precisamente en el sentido opuesto a lo planteado en las “ideas generales” del proyecto. La generación de “incentivos” -si es que se pretende plantear así- debería aspirar a promover un mejor estado de situación y no empeorarlo quitando controles mínimos. Giremos el mundo y extrememos el argumento del proyecto: hagamos mejor una Credencial de Infractores, eliminando el “engorroso” “trámite” de la licencia, así nos enfocamos solo en los realmente conflictivos y no en el manantial de buen comportamiento vial. Un tip fresquito: en unas horas de operativo de control orientado solo a motociclistas los fiscalizadores sacaron a una decena de motos y conductores de las calles, todos ellos parte de aquel manantial de “buena conducta” (antes de ser fiscalizados por cierto). Pero como todo conecta con todo, recordemos que veníamos de brillantes aprobaciones que ahora oficialmente permiten limitar la visibilidad a conductores con polarizado de vidrios y quitar requisitos de escolaridad para acceder a licencias.

¿Cuál es la ideal tras persistir en eliminar exigencias y controles para automovilistas?

La licencia de conducir es una exigencia mínima y aún ella se incumple. No tener partes por infracciones graves o gravísimas tampoco implica mantener en el tiempo las condiciones psicotécnicas ni visuales. Por el contrario, avanzar hacia complejizar la obtención y renovación de la licencia, entendiendo el nivel de daño posible de generar con toneladas moviéndose a altas velocidades, parecería ser una opción más sensata. Obviando este nuevo “beneficio” para “incentivar” a conductores -que bien podríamos llamar legislación proauto- quedamos atentos a los próximos proyectos de ley e “incentivos” que promuevan la peatonización o el uso intensivo de otros modos como la bicicleta, para tratar de frenar en parte la crisis vial en la que estamos.

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