Romper el pacto para defender la ciudad

En el marco de la denuncia, investigación y proceso en curso por los Concejales Viajeros y luego de una nueva formalización que ya deja 2 concejales en duda, se siguen desencadenando jugadas. En particular, el futuro candidato a concejal Sebastián Henríquez (PS), vinculado a medios online y con profusa difusión en redes sociales, ha interpelado al concejal Jaime Canales (UDI) a ser querellante en este caso.

A modo de referencia, por lo general quienes ya se encuentran en algún cargo y se enfrentan a una nueva elección -municipales 2016 en este caso- no toman el guante y prefieren el cómodo sofá a salir a responder (un clásico ejemplo de este comportamiento Curicó son los debates donde asisten todos los nuevos candidatos menos los ya electos). También a modo de contexto para quienes no sigan asiduamente los entreveros comunales, no está de más decir que luego de una carrera en concejalía, toma fuerza la posible candidatura a Alcalde por parte del concejal Canales. Como las elecciones se ganan con votos, Mario Undurraga (UDI) -posible competidor de su coalición- estaría en desventaja para pasar de curso (Canales supera los 5.000 votos, mientras Undurraga con suerte llega a 4.000). Por cierto, RN no gana elecciones en Curicó y los demás representantes de coalición van de acarreo. Ahondando en el contexto, se ha expuesto una teatralizada pugna entre el concejal Canales y el actual Alcalde, la que ha llegado a las cachetadas, un agregado más para levantar la idea de futura candidatura, más aún si consideramos que el puesto de Consejero Regional de Hugo Rey le permite visibilidad y participación en el juego sin arriesgarse a perder nuevamente en la carrera municipal. Pero, una de las debilidades de Canales -¿o no?- es su mecha corta, lo que además de la cachetada, lo hace participante activo de jornadas tropicales de radio donde se ha autodesignado como defensor del pueblo con una perspectiva por lo general conservadora (era que no). Entonces, siendo defensor de la ciudad, no sería tan extraño que se sumara como querellante, pero desde luego eso no pasará.

Si consideramos el factor “mecha corta”, deberíamos estar a minutos de que responda. Ahora bien, siguiendo el modus que hasta ahora han demostrado los concejales y el propio alcalde, la querella no debería aparecer por ninguna parte. Ad portas de un periodo de campaña, quienes más chance tienen de ser electos, son quienes ya tienen el rol, lo que gatillaría un riesgo innecesario de correr por parte de los concejales, por más limpio que crea que está de todo el barro que ha salpicado. Esto, para un grupo conservador, como lo es el concejo municipal, mantendrá la fiesta como si nada pasara. Un reflejo de esto , es cada reunión de concejo, que se desarrollan en un distendido ambiente de “aqui está todo ok”.

Con o sin quererlo, Henríquez reabre la puerta acerca de cuál es la reacción interpares y el ponderador ético como trasfondo. Las lógicas de representar -hacer como que se es, pero no necesariamente ser- muestran a dos coaliciones que repiten el esquema país de tensión de derecha-izquierda, pero, al momento de aparecer en prensa -recordar reporte de Chilevisión- no hay mayor problema en coordinar vocería y llegar a acuerdo para una defensa corporativa. Teniendo un electorado sin memoria -como lo es el electorado curicano- no presenta mayor problema estirar el chicle del silencio, pero efectivamente, ni el más reluciente reinado dura por siempre. Mientras, el fantasma del problema ético seguirá apareciendo por los salones del municipio.

Si hay un momento para desmarcarse del caso, es ahora. A pesar del ritmo cancino de la investigación (seamos bien pensados y no especulemos acerca de que se está intentando llegar a un veredicto después de la fecha de la futura elección), ya van 2 formalizados y, aun existiendo evidencia pesquisada por la PDI, todavía reina el silencio.
Es de esperar que pronto se rompa el pacto y se abra paso a la sensatez, de otro modo, la única imagen posible al finalizar esta telenovela, será de que este “problema” no es/era de dos, sino de la mesa completa.
Así estamos.

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