La elección municipal si es política

Leyendo ayer una columna de Marcela Aste en el diario familiar, acerca de las elecciones municipales de octubre, me pareció sorprendente la afirmación que intenta sostener acerca de que la elección municipal no es política y su llamado a la paz propagandística. No es la primera vez que escucho esto por lo que me motiva a poner un par de puntos sobre la mesa.

Lamento tener que partir desde algo que parecerá una falacia ad hominem, pero me parece importante destacar la responsabilidad de los Consejeros Regionales (COREs) en la mesa de poker del Gobierno Regional (GORE). Ellos, designados por cuoteo y en muchos casos sin mayor mérito que el haber recibido un premio de consuelo por una elección anterior fallida, definen el presupuesto y los proyectos que se llevarán a cabo en cada comuna, vale decir, inciden directamente en el devenir de los gobiernos comunales, tanto o más quizá que los propios alcaldes, quienes administran un paquete generalmente armado desde la capital regional (Talca en este caso).

Hemos visto errores notables en la lógica de los paquetes armados. Así, proyectos se definen y votan por los propios consejeros cuoteados, los que al momento de ser implementados hacen agua por todos lados. Uno de los últimos de ellos y más evidente para los curicanos fue el proyecto de ciclovías urbanas. En la lógica del diseño remoto en Google Maps, se definieron rutas que incluían incluso derribar arborización y quitar metraje a las vías congestionadas del centro de la ciudad. Ante el evidente descalabro, se debió –enhorabuena- parar la implementación del proyecto. Luego de hacerlo, un consejero contrario a la tendencia política del alcalde intenta dar una mascada asustando con Contraloría sin hacer el previo mea culpa de haber votado un proyecto que probablemente ni leyó. Ojo en este punto, al no ser electo de forma democrática, un CORE tiene cero incentivo a lograr un trabajo de excelencia o al menos “bueno” ya que no le afectará en nada ser mediocre o tomar decisiones pencas en la lógica de ”mi partido me elige, si se mantiene el binominal debo responder sólo a mi partido”.

Ahora bien, en este marco político, de actores políticos sumidos en un escenario político, en un sistema influido por decisiones santiaguinas y con muñequeo porteño incluido, que un consejero regional con años de experiencia partidista aparezca diciendo que esta no es una definición política, sino una elección tan insípida como elegir al presidente de curso me parece una mirada a lo menos inocentona de su parte. Por cierto, imagino que no llegó a una consejería con esa actitud.

Si realmente fuese apolítica la decisión, ¿cuál es el interés de todos los representantes de la más diversa calaña por apoyar a tal o cual candidato?. Si se vota por la persona, ¿cuál es la necesidad de que los candidatos a alcalde se expongan en gigantografías junto a representantes regionales y nacionales?.

Esta elección –la de Alcalde- es una de las más reales dentro de la farsa que significa la lógica del cuoteo, una de las más puras en un binominalismo que algunos defienden como la posibilidad de “elegir colores” entre 2 tonos únicos. Los partidos en esta lógica de pureza eleccionaria también juegan la base de la máquina local, la que luego será usada para todas las elecciones siguientes. Sería algo así como crear la base del sistema alimenticio. “La mejor encuesta” queda expuesta y desde luego marcará el estado de ánimo futuro, reiterando el porqué del interés tanto del sistema político como de los propios postulantes en este espacio de definición política.

Ya resuelto el punto de que es una elección política, queda pendiente el de la indeseable realidad en ciernes: comunas llenas de spam, murallas sucias, peleas de comandos, acusaciones cruzadas, alcaldes aprovechando(se) el cargo, etc. La columna llama, desde una perspectiva ciudadana, a la creatividad, a no ensuciar la ciudad, etc. lo que en lo personal me hace pleno sentido. Lo que no me hace sentido es el llamado al cielo, como si la capacidad de acción de los consejeros y de ahí hacia abajo no existiese. ¿Depende de la ciudadanía ensuciar las comunas o de los partidos y sus comandos? Me parece que la propia consejera tiene más que decir que la ciudadanía a la cual apela. Tercerizar una responsabilidad propia es evadir que quienes ponen las lucas y la pintura son los partidos. Por cierto, veremos también como andan nuestros medios independientes en este río revuelto.

Concluyendo, esta elección es política, los alcaldes tienen filiación política salvo los que tienen dinero suficiente para sustentar una campaña siendo realmente portadores de un “(IND)” al lado de su nombre en el voto. Los representantes y toda la máquina política en el Maule y todo el país tienen incidencia directa en cómo se desarrolle la campaña y el tono de los comandos y propaganda, no los ciudadanos.

(360)