Cortaremos las palmeras de la plaza si es necesario

Quiero hablar acerca del camino Lazareto. Lazareto, como sabemos en la comarca fiel, viene de Lázaro, al que le dijeron que se levantara y caminara. Y caminó.

En nuestro caso, cientos no caminaron. Y es que la viruela reaparecía año a año por allá por la segunda mitad del siglo XIX en Curicó. Por ese tiempo iban cayendo a los Lazaretos los que padecían este mal, alejándolos así del centro urbano. El cambio de siglo no fue mejor y las primeras décadas siguieron entregando enfermos al que existía en el Cerro Condell hasta que se dejó de usar. Por cierto, no sería extraño encontrar cadáveres en sus inmediaciones.
En fin. Para 1965 una bomba terminó con el recinto. Explosión gestionada por el desaparecido regimiento de Telecomunicaciones. Hoy, además de las historias, quedan las fundaciones de lo que en algún momento fue el lugar donde iban a morir los curicanos infectados.

Partamos entonces por llamar a las cosas por su nombre, vale decir en este caso, Camino del Lazareto, Camino Lazareto o afines. No entiendo de donde sacaron que se llamaba camino Nazareto o, más firulais, camino Nazaretho. Todo muy chic.
Así al menos aparecía en la publicación del exconcejal, exalcalde y actual diputado en su segundo periodo Celso Morales quien, imagino, conoce el territorio.
Muestra el exconcejal, exalcalde y actual diputado en su segundo periodo, como está desplegado un equipo de topografía en lo que sería un supuesto futuro camino por la ladera del Cerro, donde antiguamente se accedía al ya mencionado Lazareto.

Como uno de los tantos espacios dejados a la mano de dios en la comarca, este en particular comenzó a desarrollar un entorno natural sin duda singular, que incluye hasta un humedal. Dese una vuelta, le encantará. Como no es un camino de acceso frecuente, ha logrado mantenerse mucho menos invadido que los caminos usuales del Cerro. La contra-cara de esta ventaja, es que ha sido usado como microbasural en pleno centro de la ciudad, incluyendo hasta electrodomésticos que han ido a tirar.
Pero, si bajarse del auto es un desafío para las autoridades y verificar como peatones el estado de las calles del centro, imaginaremos la prioridad que tendrá este espacio en la agenda.

Como nada de esto debería importarnos, una distinguida comitiva ya lo visitó en conjunto con un dueño del acceso que da hacia el sector Zapallar.

El mensaje al futuro
Hay una analogía pertinente de Los Simpson para comenzar a revisar lo de los incentivos. Homero, el padre de la familia, comienza a criar a una langosta. Tenazas creo que se llamaba. La cria con esmero hasta que llega un punto donde es comestible. La escena cúlmine muestra a Homero con intensa culpa comiendo a Tenazas, su mascota, la disfruta como un manjar que es, mientras llora la pérdida. Considero pertinente la analogía ya que cada año tenemos que lidiar con los permisos de circulación que, antes de marzo, deseamos que sean los mayores posibles, pero despues de marzo y con todos los tacos, abre la pregunta acerca de si esos 6.000 autos en el caso de este año, no han sido un pésimo incentivo otra vez.
¿Qué mensaje estamos dando?

No ha pasado una semana luego del lanzamiento del proyecto pendiente hace 15 años -hablemos de eficiencia- y que nos anunciaron que demorará “solo” 29 meses sólo en tener un diseño: si, un set de planos. Pero ya estamos deplegados en terreno para hacer mediciones para una nueva vía aunque tengamos que guardarnos en el bolsillo un ecosistema.
¿Qué mensaje estamos dando?

Está claro el mensaje: aquí lo que importa son los autos.
Como autoridades andamos en auto y nos gustan los autos. En la mañana nos tomamos el taco pero no podemos dejar el auto. El auto nos da estatus y libertad, aunque todos estemos en el auto sin poder avanzar un metro. No nos bajaremos del auto, aunque signifique dar el ejemplo y descongestionar. Amamos el auto y por eso lo que importa es más infraestructura para los autos que nos dan libertad.
Auto!, auto!!, auto!!!.

¿Y qué me importa la plaza?
No debería sorprender que la creativa idea de pasar un camino por el borde del cerro al lado del humedal vaya a destruir ese ecosistema, cuando estuvimos dispuestos a ceder la plaza. Ironizaba con lo de eliminar las palmeras para hacer una rotonda en la plaza -todo en mindset proauto, obvio- lo que parecía una aberración. Pero si retrocedemos un poco la cinta hasta antes del terremoto, podremos ver que parte del deseo proauto era habilitar estacionamientos subterráneos bajo la Plaza. Si eso no era arriesgar la vegetación centenaria, disculpen, pero se le parecía mucho. La paradoja de la historia es que luego del terremoto aparecieron estacionamientos por todos lados, luego de los derrumbes forzados de 2010.

Estimados lectores: estuvimos dispuestos a perder la plaza. Claro, palmeras secas es menos traumático que botarlas con hacha. Y ya que de árboles hablamos, no abriré la conversación de los árboles extraviados luego de la inauguración de Plaza Luis Cruz Martínez y el nivel de importancia que tuvo.

La pelota es mía
Es irrelevante lo que pueda aparecer en el futuro de este proyecto por que la decisión está tomada. Fijémonos en que eso si bien tiene una parte importante -la de la decisión en si misma- expone también al complemento, vale decir a todas las demás decisiones que dejamos de tomar como ciudad. Tomar decisiones como se nos cante -en el ámbito de lo público- impacta también en establecer todo ese conjunto de temas que si bien pueden ser importantes para la comunidad, son irrelevantes para la autoridad. ¿Tenemos la lista?.
Se quiere hacer un camino, se hace un camino.
Pensemos en lo demás que la comunidad quiere pero no se hace. Si esto no es un secuestro, al menos parece chantaje temporal.

¿Filantropía o transaca?
He querido dejar este tema relevante para el final, ya que el tema debería defenderse por si mismo ante la aberración que significa perder un humedal por una parte y seguir tomando decisiones al tincómetro por otra aunque esto nos deje en peor posición (por que supongo que los ingenieros en tránsito que no tenemos, ya hicieron el análisis de flujo de entrada y salida de la ruta).
Desconozco cuántos de ustedes, queridos lectores, son propietarios de terrenos y de ese conjunto, cuántos estarían dispuestos a entregar parte sustantiva de ese terreno -si, gratis- por el bien de la comunidad. Ojo, estoy extremando el argumento asumiendo que la construcción de una vía más para automóviles es realmente un bien para la comunidad.
¿Cuántos cederían su terreno?

Frente a esto, estamos ante dos escenarios, el primero es ante la acción filantrópica de un particular que, a la altura de quienes donaron territorio para el antiguo hospital, o cedieron tierras para la fundación de la ciudad, hoy se desprenden de lo propio, ganando un lugar en el ateneo del desarrollo de la ciudad.

El seguno escenario es más pedestre. Es el de la transaca que, aunque igual de legítimo, tiene una pequeñisísima diferencia: debe ser trasparentado. ¿Qué tuvimos que entregar como comunidad?

Quizá haya una pista. En la sesión 21 de 2014 del Concejo Municipalaparece un sabroso diálogo en torno a este tema hace ya 5 años atrás.

“Lo que pasa que él está planteando la tesis que le condonemos todos los derechos que tiene que pagar por las subdivisiones, a costa de recursos municipales, pero si hay recursos del Estado que se van invertir para expropiación, para qué vamos a estar nosotros expropiando. Y estamos hablando de no poca plata, de trescientos, cuatrocientos millones de pesos.”

Alcalde Javier Muñoz durante Sesión Ordinaria Nº21 de 2014.

¿Sinceraremos el cawin?

Concluyendo, como vemos si nos importaba poquito -en jerga técnica avanzada- pitiarnos la Plaza de Armas de la ciudad, entenderemos cuánto nos costará decidir pitiarnos un humedal.
Como los cabeza de martillo piensan que todos los problemas son clavos, no será posible explorar nuevas formas de solución. Aquí hay una sola opción: autos.

Estamos en la previa de la Conference of the Parties (COP) que tendrá como sede mundial a Chile. Cuando se abre la discusión acerca de lo que realmente verán quienes nos visiten, zonas de sacrificio incluidas, quepa hacernos la pregunta de si no tenemos nosotros aquí mismo zonas de sacrificio y, por otra parte, cuánto sirvió enviar becado al exconcejal, exalcalde y actual diputado a pasear a las COP anteriores.

Que no nos alarme si el día de mañana vemos las palmeras en el piso.
Aquí el desarrollo se llama auto y si se requiere, no dude cual será el desenlace.

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