¡Bájese del auto!

Desconozco si fue la promesa de status, independencia o el sueño ochentero de que todos tendrían un auto. El asunto es que cada día circulan en la provincia más de 90 mil automóviles y la cantidad va en alza aun cuando es evidente que día a día nos acercamos al colapso. Los tacos diarios, lejos de acercarnos al imaginario metropolitano, nos recuerdan todos los pendientes que tenemos como ciudad: las calles no crecieron, la red vial no mejoró, no se sacó el terminal, no se previó el crecimiento orgánico y un largo etcétera.

La definición del Día Nacional Sin Auto, permite ir a esa memoria de lo que pasaba antes de que lográramos tener licencia de conducir. Podíamos ir a clase caminando sin problema, podíamos andar en bicicleta, podíamos tomar transporte público. Pero algo pasó en el intertanto luego de los 18.

La parte más chocante de esta situación hoy, es ver incluso en el centro de la ciudad a automóviles moviéndose sólo con una persona dentro. Una persona, un vehículo. ¿Esto tiene sentido?. Cuando nos hacemos este tipo de preguntas, los conductores se sienten interpelados, acudiendo a la batería clásica de argumentos para defender la posición individualista. Claro, siempre se toma el caso extremo, el de la ambulancia, de la tercera edad con problemas para movilizarse, de modo de camuflar la flojera generalizada de quienes no son ambulancia y tampoco son tercera edad. De hecho, en Curicó no es raro ver a tercera edad en bicicleta.

El automóvil no es la solución. Ya es hora de plantearnos como ciudad y de forma concreta la restricción de acceso de automóviles al centro fundacional. Esto no es para nada novedoso y desde varios años se ha instituido en ciudades de esos países a los que nos gustaría parecernos. Al igual que la definición de zonas restringidas para el uso de automóviles, la construcción deinfraestructura exclusiva para peatones y ciclistas tampoco es una idea novedosa, pero permitiría dar conectividad a miles de trabajadores que tienen que ir a dar vueltas a pie o en bicicleta por carretera, como pasa a diario en la salida sur si se quiere cruzar hacia Los Niches o Sagrada Familia y también pasa en Tutuquén con Quilpoco. Bordes a metros de distancia que no se pueden cruzar por falta de creatividad.

¿Se puede recuperar el Puente para Curicó y Los Niches?, quizá, si resignificamos la palabra “recuperar” podríamos hacerlo más rápido de lo que parece, impactando a quienes día a día se mueven por ese sector. Quepa recordar sobre este punto que normalizamos la pérdida de puentes que no se reconstruyen y esto también se debe a que quienes toman las decisiones piensan como automovilistas. Décadas.La salida de miles de automóviles en fiestas patrias, logrando el colapso de un sentido de la carretera por decenas de horas, fue una señal clara que las soluciones en transporte no van por el beneficio individual o añorar la ilusión de autorregulación del sistema. Restricciones vehiculares, más semaforización, más cámaras, más lomos de toro, helicópteros de tránsito, drones, globos y toda inversión no podrá hacer frente a la restricción elemental de infraestructura de calles de Curicó. Aunque hay opciones que otras ciudades lograron implementar –Barcelona y París por ejemplo- me cuesta imaginar que logremos consenso para seguir los pasos de Rovira o Le Corbusier.

La primavera llegó, el sol comienza a reaparecer con algo más de fuerza: dele una oportunidad a su bicicleta y contribuya a evitar el caos, estamos a tiempo. Bájese del auto. De paso su salud se lo agradecerá. Este viernes, en la cicletada de celebración del Día Nacional Sin Auto puede ser un buen momento para desempolvar su bici. Nos vemos allá.

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