Un bypass a las prioridades

Fue bien expresivo este 12 de octubre en lo que a autodeterminación se refiere. No porque sea correcto que “autodeterminación” sea la “determinación para los autos” –que algo tiene que ver en este caso– sino por el advenimiento en gloria y majestad de la consultora que daría cuenta a las comunidades locales de un proyecto que, ni más ni menos, podría cambiar sus vidas. ¿Cuál debería ser la respuesta esperable de quienes ven una amenaza de esta especie?

Como somos dados a recopilar y documentar, volvimos a releer las dos últimas consultas realizadas a la ciudadanía, una de 2010 y otra de 2019. Como vemos, eso de hacer consultas se nos da poco. Cumplirlas, se nos da menos. Volvamos al punto: tanto en el Pres como en el Plebiscito Municipal un ByPass ni siquiera aparece como opción posible de votar. Entonces, ¿quién puso esto en la tabla?
Quién lea este diario a diario, podrá imaginar un set de prioridades en las que ahora entró hasta un helicóptero. Mi punto es que, aún sin estar entre las alternativas en los ejercicios comunitarios de priorización, tampoco es parte de aquella agenda pública mediatizada por este diario u otros medios.

Pero hay otra que tampoco aparece –pero que se nos aparece– y es el añoso pendiente provincial de la ruta de la costa. Esperaríamos que los pasados gobernadores den luces acerca de este pendiente que pasó por sus administraciones, entendiendo la necesidad hoy imperiosa de romper el monopolio de la ruta 5, como vemos. Habría entonces una opción ya pendiente y competitiva al ByPass: la de habilitar la ruta de la costa.
Pero hay otra también pasando piola, ya que si no hay carretera, habrá caletera, se nos decía. Pues no: no hay caletera. Pero sigamos, porque también podría abordarse internamente a través de aquellos puentes que conectarían Curicó y Sagrada Familia. Pues no: no hay puentes, a pesar de aquella emotiva presentación con mapa al lado del río. No hablo de novedades, de conejos saliendo de sombreros, sino de anuncios que ya se han realizado y siguen pendientes. No se si le informaron de esto a la consultora, más cuando parece que no fluye mucho la comunicación, con un proyecto que según contaron va como avión avanzando ya en su quinta fase y sin contar mucho.

Como varias autoridades se basan más en su autoconfianza que en datos, cabe preguntarnos acerca de cuál fue el diagnóstico para llegar hasta aquí. Entre esas preguntas orientadoras: ¿cuál es la cantidad de bloqueos por día, semana, mes, año de la autopista y dónde? Una información que suponemos tiene el concesionario de la ruta. Dependiendo de esto, podremos encontrar sorprendentes conclusiones, entre las que se pueden incluir fallas de diseño de la vía. ¿Cuántos muertos más resiste Maquehua hasta evaluarlo? Esa pregunta guiaba alguna columna anterior que planteamos acá, acerca de la normalización de la muerte.

Es positiva la noticia del bypass, porque con ella sabemos que las prioridades no están cerradas, que siempre puede venir alguien con su agenda y decirnos qué es lo que harán con la ciudad o, incluso, presionar a esa entidad para que nos haga el juego. Cambios de uso de suelo, revalorización de terrenos, segregación territorial, gentrificación, arrinconar al agro y otros tantos resultados pueden ser muy interesantes para la industria siempre activa de la venta de tierras y comisiones. En tan flamante escenario, no nos da el estómago para siquiera plantear que esta será una nueva decisión proauto que desbalancea aún más la inversión pública en desmedro de ciclistas y peatones. ¿Ven como no era tan malo el helicóptero nuevo?

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