Cambio de época en la comarca: abran paso a las mujeres

Como nunca, esta elección municipal significará para Curicó el fin de una era. El fin de la reelección infinita -ley mediante- asegura que al menos dos candidatos con 4 periodos, salgan de la escena. Si miramos en detalle, con suerte, un solo candidato a la reelección puede tener cierto margen de tranquilidad aún cuando las elecciones no se ganan hasta contar los votos. En ese sentido, esta elección podría parecerse a la del cambio de siglo, donde lograron mantenerse solo don Emiliano, que lograría varias elecciones más, muriendo en el cargo y don Leo. Desde ese lejano 2000 y con la bandera de “el que tiene mantiene” siempre al tope, no hemos logrado salir de este tiempo. Tanto por la pesada nueva ley, como por la frágil posición de los nuevos contrincantes, el escenario no parece auspicioso en sus deseos de reelección.

No dudo en que por primera vez en el futuro concejo, habrá más de dos mujeres sentadas en la sesión. Eso lo cambiará todo. Recordar que en nuestra historia local algo cercano pasó durante un breve tiempo, cuando Isabel Margarita Garcés junto a Carmen Olivos casi llegaban a ser el 50% de la mesa, sumando un factor que hoy vemos como una rareza: dividir el periodo entre dos alcaldes, Eduardo Jara en la primera mitad y Emiliano Rojas en la segunda. Es triste ver que no solo eso se puede tomar como comparación posible en este eventual futuro. Punto aparte para el deseo persistente de quienes completaron la mesa en ese distante 1992 del siglo pasado -casi 30 años- y que vuelven nuevamente a insistir en la papeleta: Leoncio Saavedra ahora fichado por el PC para cumplir su séptimo periodo (…) y Miguel Angel Limardo ahora con camiseta de RN por su tercero. Esto nos recuerda el lema de aquel año: Curicó, generosa tierra mía.

Esta próxima elección, como nunca antes, se revitalizará el padrón con sangre nueva. La energía puesta en los deseos de participar en la discusión nacional, atraerán a nuevas generaciones sin los paradigmas clásicos de la comarca singular, donde la mujer debe mantenerse en casa, mientras el panel de hombres toma las decisiones. Mi intuición y números me dicen que esto cambiará, abriendo un tiempo distinto y necesario para lograr cambiar las conversaciones en torno a eso que pensamos como ciudad, lo que ya llevamos dos décadas pateando por no arriesgar capital político, por partidos que prefieren mirar al techo y por una creatividad desértica. La máquina ya cambió y con ello tendrán que realizarse los ajustes para lograr que funcione.

Como se desprende, me parece ver una oportunidad en este plenamente necesario cambio, aún cuando me preocupa la carencia de visiones de ciudad. Más, cuando estamos viendo la relevancia que ha logrado el municipio en momentos donde lo nacional no termina de dar respuesta y lo regional solo mantiene su rol de correa transmisora del destemplado ruido nacional.
Estamos a días de la elección, en un marco poco tradicional de campañas y con la política cuestionada. Como reza el mantra, no se puede cambiar sin cambiar, por lo que en esta ocasión contribuiré personalmente a elegir con mis votos sólo a mujeres. Tome las medidas de protección, mantenga la distancia y piense su voto antes de llegar al local. Motívese a hacerse cargo de la relevante responsabilidad que le cabe en la construcción de la ciudad.

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