Los senadores no cometen errores

Han sido muy ilustrativas dos notas a excelsos congresistas de la comarca durante la semana. En una de ellas, un senador confiesa la posibilidad del todo descartada: en el senado cometimos errores, dice. En específico, ante la posibilidad de que convencionales puedan participar nuevamente en una futura convención, él desea aumentar el periodo de inhabilidad de quienes ya dejaron su cargo. Así tal cual, cambio de reglas mientras se juega  el segundo tiempo.

Imagino que en la mente de cada congresista, al ver la TV aquel viernes de octubre, se asomó esa peregrina idea de “¿habremos hecho algo mal?”. O días más tarde, con el asedio de millones en las calles de Santiago y comunas, presionando la propia sede del legislativo que no pudo tener otra opción que ceder. Pareciera no ser fruto del error entonces, la definición de inhabilidad decretada tras el acuerdo, sino de intensas jornadas de evaluación, discusión y detalles, tras las que sería aprobada la propuesta final.
No hay error, hay diseño.

Pero asumamos que sí hay un error. ¿Por qué 5 años y no 4, 6, 10 o, quizá mejor, el destierro final?. Recordemos que su pedido solo incluye un escenario posible, el de ganar el rechazo, vale decir, continúa existiendo el senado. Qué pasa antes de esos 5 años, ¿hay acaso (re) elección de senadores, por ejemplo, en el Maule?

Pero me pareció más interesante una idea que no alcanzó a desarrollar, acerca de los requisitos para esos nuevos constituyentes. En esencia, recordemos que los constituyentes tuvieron los mismos requisitos que cualquier diputado. ¿Qué nuevos requisitos querrá imponer? ¿Esos requisitos que sueña los cumplen hoy él y sus colegas? ¿Podría un ingeniero comercial, un deportista o alguien con 4º medio, por ejemplo, tener la oportunidad de cambiar la constitución?

Parece ser pertinente la pregunta de aquel diputado santiaguino que desde su confortable escaño en Valparaíso se preguntaba con lucidez: ¿Qué solución nos dan los políticos?.

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