Retorno a la realidad

El viaje realizado a Iquique ha sido una gran experiencia, como sucede en cada viaje que emprendemos, incluso aquellos que no tienen distancias de por medio.

En cuanto a las JCC en si mismas, a mi parecer, no alcanzó a cumplir a cabalidad las expectativas, lo que es un juicio personal que con el de algunos de mis compañeros -utalinos y otros- ha coincidido. Desde pequeños detalles hasta cuestiones de fondo se podrán señalar en el momento pertinente para hacerlo, a pesar de valorar el trabajo, voluntad y compromiso que aprecié de la mayoría de quienes formaban el staff local.

En lo que se refiere a la estadía, me enorgullece que no solo yo haya valorado como uno de los puntos mas altos de este periodo, al recibimiento y cercanía de mi familia local, la que sin duda excedió en varias oportunidades los gestos de cariño y afecto que me entregaron a mi y a mis compañeros de viaje. Les agradezco sinceramente la acogida más allá de la acogida puramente física.

La ciudad y la gente también agregaron su parte en cuanto a expansión de horizontes posibles y descubrimiento de los sistemas locales. Gente trabajadora, con esperanza en si mismos y en sus familias, gente amable e integradora, con desconfianza -declarada varias veces- en sus políticos, en fin, con una mirada positiva al futuro. El mar como siempre le da el toque especial, y el cielo la hará única. Zofri no fue tanta maravilla. Le gané al casino, aprendiendo a jugar algo de Black Jack.
Una semana siempre será poco.


Inauguración de las JCC from marcelo aliaga on Vimeo.

No para de asombrarme haber visto 3 autos por CL$600m, los platos gigantes del Terminal Agro, la existencia de una estación de radio y canal de televisión municipales, la gran invasión de indúes y peruanos, el transporte de modelo caótico donde todos los colectivos llegan a todas partes, un colectivo prendedor con nitro, el desarrollo turístico logrado en tan poco tiempo y la diversidad local en todas sus formas.
Punto aparte es el pastelazo de LAN.

Gracias tíos y familia, gracias Unap y Utalca, gracias Iquique.

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