LAN: el encanto de esperar

Ayer viajé al sur de vuelta a Curicó. Mi vuelo tuvo escala en Antofagasta, en donde el avión tuvo problemas mecánicos y comenzó el show. Entendiendo que la revisión se debía realizar sin pasajeros a bordo, bajamos rápidamente luego del pedido del encargado, para acelerar el proceso y volver al vuelo lo antes posible. Todo lo anterior hasta que anuncian que anunciarían una hora después mayor información, si, se comprometieron a comprometerse. En ese intertanto, conversé con algunos viajeros frecuentes Santiago – Antofagasta – Santiago, quienes me señalaron que la frecuencia con la que sucedía esto estaba aumentando de forma preocupante.

Pasajero en tránsito

Seguimos el conducto intuitivo, ir a preguntar a la gente del mesón cuales eran las opciones. Cabe señalar que lo ánimos ya estaban calentándose sobre todo de aquellos que tenían conexión con otros vuelos internacionales y también de los que han tenido el problema varias veces en este año. La señorita del mesón -no se como se llame el rol en jerga de línea aérea- respondió al menos a 4 personas con una estrategia evasiva que parecía respuesta final, pero que no lo era. Le consulté por que sucedería si el avión definitivamente no era reparado, y me dijo que se enviarían en los siguientes vuelos, a lo que le consulté que pasaría si no habían los asientos suficientes, a lo que me contestó que eso se vería en su momento, pero que eventualmente, cancelarían los costos de alojamiento. Fue ahí, sin almuerzo, sin que nos hubiesen dado ni un snack en el trayecto Iquique – Antofagasta, cansados, que pedimos hojas de reclamo, las que algunos dijeron que llenarían después, pero que preferí llenar ahí mismo y dejarla aca también.

Sres LAN

Durante mi vuelo desde Iquique a Santiago (LA363), el capitán anunció en la escala de Cerro Moreno de Antofagasta que el avión tenía una falla de motor, por lo que debiamos esperar en el aeropuerto a que solucionaran dicho inconveniente.

Cuando decido viajar en LAN por sobre otras alternativas, pienso en la calidad del servicio, la mantención de sus naves y el respaldo de la compañia es real y no una mera identidad lograda a traves de la publicidad. En este caso, creo que yo y los demas pasajeros afectados no hemos contado con la atención y compromiso que merecemos ante el evidente retraso del servicio.

Quienes elegimos LAN, también tenemos compromisos que cumplir, los que debemos anular por culpa de un servicio carente de la clase mundial que esperamos de cualquier linea aérea.

Además de no contar con las mínimas garantías, se evade dar respuestas concretas a los pasajeros ante casos extremos como la imposibilidad de que el avión pueda proseguir su viaje.

Esperaría de LAN al menos un compromiso real con “la inmensa mayoría de los chilenos” que vuela por el interior del país y que se preocupe y ocupe de mejorar lo relativo a calidad del servicio, mantención de máquinas y por sobre todo, dar respuestas que no sean solo un calmante aprendido en alguna jornada de capacitación de la empresa.

Lamento haber volado en LAN

Atentamente,

Marcelo Aliaga Q.

Luego de una hora de espera, hicieron el llamado a abordar el vuelo a los pasajeros caldeados y cansados, quienes salimos sin contratiempo luego de la revisión.

Pasajeros descontentos con LAN

No entiendo de que sirve el gasto de dinero en sistemas como el de lan.com -tanto en lo computacional como en lo publicitario- en un área del proceso, si la empresa en su conjunto no está acorde con lo que significa el disminuir los tiempos de espera y mejorar el servicio para el pasajero.

No se si existan en Antofagasta y en los distintos aeropuertos del país, los especialistas que puedan reparar una aeronave de pasajeros o si tengan los repuestos para hacerlo ni si tienen una maquina extra, lo que supongo es muy costoso. Si no se quiere cancelar ese costo, se debe mejorar la mantención, algo que ayer definitivamente faltó.

Por más que las aeromozas nos hayan ofrecido el doble de snacks en el trayecto Antofagasta – Santiago, el resultado final para LAN fue negativo.

El encanto de volar se convirtió en el encanto de esperar.

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