Promesa incumplida: que pase el siguiente

¿Valen de algo los buenos deseos de futuro cumplimiento de parte de las autoridades que están a horas de dejar sus cargos? ¿Es sólo anclar plazos verdaderos o no?
Hemos visto pasar varios deseos como si no se tratara de gestiones propias o inherentes a sus roles. Tanto en lo relativo al hospital (“ojalá abran en mayo”), la instalación del nuevo semáforo (“ojalá hagan el par vial pendiente”) y en el Eje Vial Freire Alessandri, que no alcanzó ni para un deseo como profundizaré a continuación.

Desde 2020, ya habiendo avanzado el megaproyecto Eje Vial Freire Alessandri, comenzamos a alertar al municipio y autoridades ahora salientes, acerca de fundamentadas observaciones en la obra. Había que dar la alerta rápido. Desde las distintas agrupaciones de ciclistas urbanos es un tema muy sensible, para el que abogados, ingenieros, arquitectos y geógrafos de las propias organizaciones destinamos tiempo y energía en contribuir a alcanzar una obra que de partida fuese segura al momento de su entrega en 2023. Vidas dependían de ello. Hace más de un año, en febrero de 2021 y frente a varias de las autoridades con fecha de vencimiento, estas observaciones fueron planteadas en terreno. Allí, se comprometieron a comprometerse.

No sabemos si fue una ironía, pero a horas de la Cicletada de Primer Martes de Cada Mes, se entregó de forma adelantada en más de un año las obras. Ostentando esta holgura incluso. Digo que se entregó, ya que en lo factual será al menos complicado osar bloquear nuevamente el paso en uso, como para categorizarlo solo como una inofensiva “marcha blanca”. Aún con holgura de un año y con cerca de 20.000 millones de pesos en la mesa, no alcanzó para comprar unas latas de pintura. En plena entrega, un medio radial consultaba acerca de si habría una ciclovía allí en el Paso Bajo Nivel ya que no había demarcación. La respuesta de la directora del Departamento de Tránsito del municipio, con algo de desazón, señalaba que sus contrapartes no habían cumplido el compromiso y que muy posiblemente el municipio debería hacerse cargo de la demarcación, ni más ni menos que de los espacios compartidos entre ciclistas y peatones. Esto fue reforzado en sesión de concejo municipal donde el alcalde planteó la misma idea: no cumplieron el compromiso.

A un año del “nos comprometemos a comprometernos”, preferimos hacer de forma explícita la consulta vía transparencia a varias entidades públicas para ver qué había pasado. De forma progresiva, la consulta iba derivándose desde cada una de aquellas entidades al Serviu. Nos llegó la respuesta: a juicio de Serviu no existen observaciones pendientes, ya que los diversos servicios -incluida la Municipalidad- fueron aprobando cada parte del proyecto. Aquí no hay nada que modificar ni tenemos actividades programadas para dar mayor seguridad al lugar. Así no más. ¿Habilitar pasos cebra? ¿Reductores de ruido? ¿Poner barandas de verdad? ¿Pintar? ¿Árboles?. Aquí no hay nada pendiente.

Las autoridades no solo hablan por los medios, por decretos, por ordenanzas o respuestas de transparencia. También las decisiones políticas quedan plasmadas en obras aunque no se escriba una línea. El Eje Vial y el Paso Bajo Nivel de Freire son una autopista. Como tal, quien no lo entienda estará bajo riesgo de morir en ella, como ya pasó: esta obra pública ya nos ha costado vidas, varios atropellos y decenas de choques. ¿Seguiremos mirando al techo?.
Fue penoso ver como el paradigma proauto se imponía ese día en las mismas autoridades y en plena entrega. Porque lo relevante era despejar el paso al señor automóvil, aunque significara bloquearle el paso a peatones y ciclistas. Frente a esto, las propias autoridades debieron usar la pista para lograr proseguir su marcha. Entenderemos por qué sí hubo interés en demarcar el espacio destinado a automóviles y no el adyacente, disponible para “el resto”.

Hace unas semanas, una vecina en calle Calama recordaba que fueron años hasta lograr el semáforo de la esquina, ante autoridades regionales emocionadísimas por su inestimable logro. En Zapallar fueron al menos 3 años hasta activar el semáforo. Para lograr los conjuntos habitacionales en Los Emilianos y Los 14, más de 10 años. Para lograr un hospital, ya son más de 12. Concretar una estación ya pasa a tiempo indefinido, tal como las 4 pistas -sin vereda ni ciclovía- de Camilo Henríquez. No hablemos de Maipú, la regla de tiempo si aspiramos a renovaciones de pavimento.

En un comunicado desde la Delegación Presidencial Regional, el delegado nos informa que “dejo una región bien encaminada”. No dice hacia dónde, ni da plazos. Supondremos que también es parte de esos buenos deseos por concretar algún día lo que ya debió haber pasado.

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