Sinceremos la cuarentena gancho

¿Cuarentena en Curicó? El tema de las últimas semanas frente al aumento de contagios abre la pregunta acerca de ¿por qué no la decretan aún?. Comparto algunas ideas para sincerar esto, en esta columna para Diario La Prensa., publicada este lunes.

Con sorpresa vemos que congresistas se han sumado al llamado a la ansiada cuarentena local. Aún siendo portada de este diario, con alcaldes frente a la gobernación provincial haciendo el pedido, la duda sigue presente en Talca y Santiago. Los “no” han venido en todos los tamaños, colores y sabores posibles, incluso cuando aún se mantenía aquel intendente que nos aclaró al renunciar que el fútbol era realmente lo suyo.

¿Podría lograrse una cuarentena efectiva? En entornos de pobreza que nos llevan a obtener lugares top nacionales como región, el pedido de mantenerse en el domicilio choca de frente con la necesidad de salir a la calle en busca del pan diario. Digo domicilio como generalización y eufemismo, sabiendo que el panorama de ghettos santiaguinos no es tan distinto en la provincia bajo el abuso al inmigrante. Pobreza, hacinamiento y segregación territorial. Todo lo que quisimos ignorar en esta espiral jaguariana de éxito sin cota superior. El Chilean Dream, gancho. Pareciera que el per cápita también venía con letra chica en el país siempre al borde del desarrollo. Quizá el otro borde fue siempre el de la pobreza salvada en cuotas a 30, 60 y 90 días.

Calles llenas como si nada pasara, requieren de un análisis que exceda al de la “irresponsabilidad” como explicación. Por lo pronto una parte importante es explicable desde el desatado comercio ambulante. ¿Y que es el comercio ambulante sino la forma más directa de sobrevivencia? Podremos romantizar los completos, las chaparritas, tortillas churrascas y sopaipillas, pero seguirá siendo el camino más corto para lograr unos pesos y poder salvar el día. En el otro extremo, desde el ateneo luminoso de las dietas parlamentarias y reelecciones infinitas, en 30 años se prefirió interpretar la pobreza como una oportunidad. Sin pobreza ese bingo para sobrevivir al cáncer no necesitaría de la donación del premio del diputado, senador o concejal. Sin pobreza, el club podría comprar sus propias camisetas y hasta techar esa cancha. Sin pobreza, la oferta de salir de la pobreza dejaría de tener sentido. Es que nos pilló mal parados la pandemia, gancho. Quizá este sea el mayor bloqueante para declarar una cuarentena por parte de un Estado Milenial. Por lo pronto no cabe esperar mucho de quienes ven esto solo como un set de selfis para el insta, donde las cajas ahora son el fetiche más deseado.

Dígame congresista, ¿le pareció sorpresivo el bloqueo de caminos por lo de la jibia esta semana?, ¿les sorprenden los cortes de luz día por medio en Curepto y la costa maulina? ¿entienden el fondo del sentido agradecimiento por el camión limpia fosas de la gente real de Vichuquén?, ¿notan la facilidad para montar una olla común?. Es que la pobreza está y estuvo ahí, a pesar de la gozadera porteña de congresistas y la abrumadora regla metropolitana estatal. ¿Partidos locales? Siempre dispuestos a seguir la instrucción santiaguina.

Favorablemente -o no- la pobreza estructural sabe cómo pasar tiempos como estos. Los que no, aprenderán rápido a que en la comunidad hay valor, en la solidaridad comunitaria de emergencia y las manos que no requirieron de ningún votante para apoyar. La memoria kinética nacional gancho. Volver a la esencia de la comunidad horizontal y local, será hoy el camino frente a una institucionalidad impotente y un mercado plenamente offside.

Foto: Olla común en una población de Santiago por Memoria Chilena.

(7)