El error de la semana

Esta semana, mientras estuve concentrado en encontrar errores en software, me dispuso con una actitud distinta. El sol no aparecía cuando debía, el tiempo corría más rápido de lo debido y María Música Sepúlveda apareció en el mundo luego de lanzarle agua en la cara a la Ministra de Educación de la República de Chile. Lo que, por cierto, además de ser un error, es de mala educación.

Se esgrime la impotencia al no ser escuchados -y lo dice en una entrevista sentada en las piernas de un abuelo- sin embargo, en algún modo muestra también la ingenuidad de los estudiantes al no lograr lo que piden. Viéndolo de otra forma, no están siendo efectivos. Es interesante ver como las grandes empresas, sin necesidad de tomas, son más efectivas. Obviamente el poder del dinero influye. No hay dinero, pero si el potencial de negociación que entrega la fuerza si es que existen negociadores que en el punto final sean realmente efectivos con el uso de aquel “dinero” que tuvieron por montones en la revolución pingüina y que día a día botan a la basura y bajan la curva del movimiento estudiantil con lo que la ciudadanía empieza a rechazarlos. De algún modo, la fuerza utilizada a destiempo no es valorada por la ciudadanía. Visto de otra forma, han sido pollos al final del proceso.

Tuve el honor de estudiar en un colegio público, donde un docente de calidad reconocida y respetada por la comunidad en su conjunto -ya que había sido docente de gran parte de ella- prefirió retirarse en el momento en que un estudiante lo agredió. Si, lo cuento como un caso particular, y personal desde el momento en que perdí la opción de tener esa calidad de docencia, pero más allá de eso, de algún modo muestra que el ánimo no es del más pacífico en la sala de clase. Nuevamente, hago la aclaración de que los estudiantes y sobre todo los más chicos, no son más que el reflejo social y hogareño. Así de simple.


Foto por Orianomada.

Este evento, sin duda muestra la falta de educación en Chile. No lo digo solo por la niña arrebatada, sino por la ministra sorda.
El pedido es simple. Es más, el pedido de calidad nos beneficia a todos de ser cumplido. Si, quizá los frutos se vean en 10 o 15 años más, lo que no es políticamente rentable o popular, pero en algún momento alguien tendrá que ponerse los pantalones para volver al camino que en lideramos en América latina en siglos pasados, donde el modelo educacional incluso se exportaba.

Lo grave, es que la mala educación se convierte en círculo vicioso si no le ponemos cota. Si, lo bueno de la mala educación, es que es más fácil gobernar a quienes no se educan.

Espero que el agua de la niña despierte a quienes tienen la capacidad de acción para hacer que esto cambie y purifique en algo la intencionalidad de la acción.

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