La paradoja legislativa de un error virtuoso

Se nos cuenta durante la franja acerca de la necesidad de contar con las luces que aportaría la mitad del congreso en una eventual instancia constitucional. Quiero compartir un relato que da cuenta de todo lo contrario pero, de forma sorprendente, ha sido plenamente deseable. Una paradoja para la democracia, la que, como veremos, incluso podremos palpar en la comarca.

Hay dos pulsiones siempre presentes en el representante popular: mantener el poder y evitar toda amenaza a ese poder. Esto ha llevado a lograr reelecciones que suman décadas y por cierto debilitando en cada elección a la democracia, ya que todo interés de participación o formación de liderazgos internos en los partidos, queda bloqueada por el incumbente en cada escalón de la república. El senador reelecto bloqueó al diputado. El diputado reelecto bloqueó al alcalde. El alcalde infinito bloqueó a los concejales y así: una cadena de bloqueos que, sin duda alguna, se sumó al hastío de octubre. Estos dos intereses, hacían peligrar dos iniciativas: una que limitara su infinita reelección (para lograr mantener el poder iteración a iteración) y otra que abriera a la democracia el rol designado de intendente por el de Gobernador Regional (para evitar amenazas, sobre todo si estas vienen fuera de Santiago).

Cundió la desazón cuando quienes tenían gestionado el siguiente periodo de reelección, se dieron cuenta que no podrían acceder a esa posibilidad. En el parlamento y el ejecutivo como colegislador, se sintió la presión sobre todo de alcaldes y concejales que en el manido mantra, “no lo vieron venir”. Detengámonos un momento sobre esto, ¿no fue acaso señal de su propia incompetencia al aprobar lo que iba en contra de su personal y partidario interés?. Pero prosigamos. Se insistió persistentemente en la presión por lograr que se cambiara esto para abrir la posibilidad a la clásica silla musical, lo que finalmente no llegó a puerto, por un voto, con la airada reacción siguiente de una connotada curicana insigne.

No fue esta la única presión al congreso y al ejecutivo, ya que no se puede distribuir poder fuera de santiago: debía evitarse la elección de gobernadores regionales, esa era la premisa. Esas presiones permanentes se extendieron en cada momento y cuando era posible se intentaba patear ya que como ciudadanía -como es sabido- no estamos preparados para tanta democracia. ¿Cuál fue el resultado de su esfuerzo? Ya apareció en el diario la publicación de Servel y tenemos candidaturas a primarias a gobernadores regionales.
¿Otra vez los legisladores no lograron plasmar su sapiencia y presión para evitarlo? ¿Nuevamente el destino les dió vuelta la espalda?.

Se abre sin querer, un virtuoso nuevo escenario: varios consejeros y consejeras regionales tomaron la decisión de una candidatura a este nuevo rol de gobernador o gobernadora. Esto obligará a los partidos a definir reemplazos y gracias a la eliminación de las eventuales sillas musicales, es muy posible que encontremos nuevos perfiles o por alcaldías, concejalías o quizá más de alguna primera vez. Habrá tiraje en la chimenea. Veremos también algo de esto en la región, así como el fin de algunas eternas reelecciones, donde parecía que la única condición de término era el lento recorrido horizontal hasta Avenida Freire.

Sin querer queriendo, el error, ineptitud e incapacidad, terminó siendo un virtuoso cambio que, a no dudarlo, contribuirá de forma positiva a fortalecer la democracia. Ahora, viendo estos episodios olvidables a ojos de los representantes, ¿la mejor opción será confiar en el desempeño de esa mitad de congresistas?.

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