El génesis
Diario La Prensa y Vivimos la Noticia nos cuentan que ha sido instalada una imagen de Jesús Crucificado en uno de los espacios públicos ícono en la comarca como lo es el Cerro Condell de Curicó. Versa la nota, que un empresario local como muestra de agradecimiento a un ser superior (divinidad católica en este caso) por su consagración como empresario la ha pagado y solicitado autorización para ser instalada. Autorización solicitada en sesión de Consejo Municipal. Como no dice claramente el material -metal, madera, bronce, etc.- podríamos pensar que debe ser de alguna especie de ¿polímero, plástico? en fin. Era que no: el tema ya se convirtió en polémica.
Con justa razón, veo a mi buen amigo Oscar sumar esta pregunta al asunto
“Por qué instalan imágenes de personas torturadas, animales maltratados y otro tipo de gigantografías que atentan con la sensibilidad de niños y adultos que no tienen por qué estar obligados a “gustar” de su estética. Exijo una explicación.”
Al parecer el criterio fue este: si usted quiere instalar una estatua, asista al Concejo municipal y dependerá de la decisión de la mesa si puede poner donde guste, siendo terreno público. Es importante hacer la aclaración de que la mirada es desde lo bien-pensados que seamos, ya que sería un despropósito por ejemplo que la mesa haya discriminado positivamente por tipo de religión (alguna distinta a la católica en este caso). Asumiendo que el criterio existe, cabe hacerse la pregunta de si otro empresario quisiera expresar el mismo agradecimiento de la misma forma, siendo no-discriminatorios y siguiendo el mismo criterio, podría poner la misma imagen una al lado de la otra. Llevándolo al extremo, podríamos pensar qué pasaría si, para no ser discriminatorio, llegan unas 20 solicitudes de instalación de la misma especie con la misma imagen. ¿Hermoso no?.
Nuestros propios dioses
La ciudad está plagada de estatuas variopintas. Algunas con mayor significación que otras. Algunas clásicas incluso que en el intento de ser reemplazadas se cae en peores arreglos. Otras, como las de la Alameda, sin mayor ordenamiento a modo de un árbol de pascua de varias cuadras. Por solo señalar algunos: la Iglesia Católica, el Rotary, los Leones, la Masonería, los Profesores Normalistas, inspiración corralera y otros tantos han puesto sus propias imágenes en algunos casos más de una inclusive.
Ahora bien, cabe preguntarse luego de este episodio de un particular poniendo su estatua, ¿cuál es el criterio real y de fondo para una aprobación de esta especie?, ¿existe?, ¿es discriminatorio?, ¿el dedo?. ¿Los adherentes de Goku -miles- o bien los de Pikachu podrían aspirar a tener el mismo respeto como grupo o existen restricciones de “afinidad” con el Concejo, “ingresos”, “status” o “religión”?. Estas mismas preguntas cabe sostenerlas cuando pensamos por ejemplo en los nombres que se les ha dado a las calles de la ciudad. ¿Isaac Newton merece más una calle -dado su notable aporte a la humanidad- que Paul Harris? ¿o es que los rotarios tienen mejor muñeca solamente?, ¿cuando haya un físico en el Concejo, recién ahí Newton podrá tener su calle?.
Criterio, criterio… criterio.
Es importante tener presente los criterios sobre todo de imágenes por dos motivos, el primero, de mantener los espacios públicos como lugares no-discriminatorios y también como segundo punto, por algo que ya hemos visto que les importa poco, vale decir, la imagen que como ciudad vamos generando. Harto nos dice de una casa lo que ella contiene y de sus dueños, lo mismo pasa con las ciudades y el espacio público. Para nuestros viajeros concejales, valga el ejemplo de todos los viajes internacionales, a ciudades donde al menos se aplica una línea, un criterio estético, en fin, una preocupación por la armonía.
¿Tiene algún sentido o criterio aprobar en concejo la estatua de un Sumo Pontífice frente a la de una Vaca en pleno aplasamiento?
Sube a lo más alto del cerro y detente allí
Casi a modo de paréntesis, la ausencia de desarrollo del espacio público, no ha sido una excepción en el caso del Cerro Condell. La última iniciativa de la que se tenga memoria, es la de brillante concepción de un Funicular que además de permitir subir a una altura media, permitirá apreciar en su completo esplendor el interior de la cárcel que tiene enfrente. Espectáculo turístico de alto nivel. Bueno, todo esto si la idea se hubiera concretado. El funicular, anunciado ya hace 12 años por Celso Morales, se convirtió en uno más de los puntos de disputa entre coaliciones, bloqueando su término por medio de la simple inacción. El carrito, además de la cicatriz de cemento, dejó en evidencia el verdadero interés en uno de los espacios públicos centrales de la comarca. En su momento, el alcalde recientemente asumido decía que coronado, decía que sus prioridades eran otras. No queda claro si el Cerro Condell era una de ellas.
Visto al revés, tuvo que venir el Minvu a preguntarnos que nos gustaría hacer ya que parece que los proyectos no alcanzarían a subir hasta el Cerro. Ahora, en último año de periodo edilicio, desde Minvu Regional nos dicen que adelantarán el plan de obras. ¿Interés real desde el municipio por el cerro?.
De los arrepentidos será el reino de los cielos
Volviendo al tema central, de todos modos, no deja de ser jocosa la época en la que se instala la nueva imagen. En plena decadencia ética (y ya legal) en la Comarca, con una mesa completa de formalizados e incluso un par de concejales con mea culpa público, siendo objeto de burla a nivel nacional, que se intente ahora exponer a la comunidad una especie de… ¿arrepentimiento a través de la aprobación?, ¿un Jesús en la cruz?, ¿El que debió caminar con una cruz?, ¿El referente ejemplo para una religiones completas durante siglos?. No deja de ser gracioso.
“yo no he visto ni conozco un político que esté actuando de la manera que usted lo hace, vendiendo a sus propios pares, la verdad Alcalde que creo que aquí lo que falta es que usted tome una cruz y nos crucifique a cada uno en el Cerro Condell”
— Concejal Jaime Canales, en reunión de Concejo Municipal
Llegando a Omega
Cada quien puede hacer lo que guste con su dinero. Hay gente que directamente lo dona a la propia Iglesia incluso. Bien por las libertades individuales y lo que gusten hacer en su domicilio. Por cierto, igual de legítimo aspirar llevar intereses personales al espacio público -como poner una estatua de lo que sea- es por eso que nos damos instituciones, para equilibrar intereses, generar tensiones y no andar a palos por la calle. El problema comienza cuando las instituciones se quedan en el papel, o bien, carecen de legitimidad factual, como lo que sucede ahora a nuestro concejo.
¿Con qué autoridad detener esta u otras decisiones a futuro? ¿Dejarán de asistir a las sesiones -incluso despues de aceptación pública– y de hacer las boletas?
Quizá a futuro y teniendo en mente el actual contexto en que se encuentra sumida La Agrópolis sea importante recomendar que cuando otro empresario desee instalar una figura en señal de agradecimiento, sea la de las tablas de los 10 Mandamientos.
Amén.
La obra
Hoy la obra citada es el clásico de Semana Santa en TVN: Los 10 Mandamientos. Obra magistral donde Charlton Heston nos deleita por el camino de las zarzas flameantes y castigo divino. Quizá esta propia escena épica pueda ser llevada a estatua en nuestro propio cerro para conmemorarlo. Los mandamientos podrían aparecer en español para ser más simples de seguir.
(917)
http://www.uta.cl/masma/patri_edu/PDF/LeyMonumentos.PDF
En su título IV esta ley indica que bajo previa autorización de este consejo, y que el municipio sólo tiene a su responsabilidad su mantención.
Notable comentario…
Lore, es acerca de la plaza o del cerro? No aparece el cerro como parte de los monumentos.
http://www.monumentos.cl/catalogo/625/w3-propertyvalue-44799.html