Los congresistas aún no se dan cuenta. Por más que se tropiezan una y otra vez, no caen en cuenta de la complejidad del escenario actual. Esto es más que un problema de porcentajes de desaprobación, es una sociedad que no respeta ni valida su entidad de representación esencial. Von Baer, Orpis, Pizarro, Walker, León y Morales entre varios, siguen pensando que este es un problema de comunicaciones.
El asunto del viaje es un poco más intenso que sólo fotos.
Por una parte es enfrentar la moralina persistente del conservadurismo del que el diputado es parte, en la UDI, ya por décadas. Toda la basura moralista que intenta imponer un partido al resto del país, queda en evidencia al momento de ver cómo sus preceptos básicos no son seguidos ni internamente. Ahora resulta que si era posible rehacer una vida luego de un matrimonio aun sin divorcio previo, o también era posible pagar por asesorías parlamentarias a cercanos a nivel “familiar” -full time, of course- y estar al otro día a caballo en la procesión.
Ahora, resulta que si es posible ser UDI, ver esto y que no parezca extraño ni cuestionable. ¿O no sabían?
¿Qué haría Jaime Guzmán en mi lugar?, ¿Qué opinan los Kast, los Larraín, los Melero et al?, ¿Qué opinan los UDI en Curicó?, ¿”el que tiene mantiene”?.
Como es un clásico en él, sigo esperando que el Senador Coloma muestre su preocupación acerca de este tema.
Por otra parte, desde luego está el tema de las fotos. Quizá lo que más molesta, por lo que se ve en redes sociales, es poder acceder a privilegios -tiempo libre, viaje al extranjero, viaje a París, fotos publicadas- sin mayor esfuerzo a días de ver la seriedad con la que se toma el trabajo parlamentario. Nuevamente, la premisa del mérito y del esfuerzo tan UDI -¿le suena eso de que quién más trabaja más fruto logrará?- se cae y en definitiva quienes ni leen proyectos de ley y andan firmando en lote proyectos de otros, más encima tienen acceso a algo que, en lo masivo, no podremos tener acceso. Hay algo de impudicia o quizá de calibración ética asociada al distrito, muy similar a andar en un Ferrari por la calle. Violenta. Bueno, acerca del estilo Miami Vice, sin comentarios.
Como decía en la petición para dejar de reelegir a los de siempre, acá también hay un problema de desmesura y dejar de tener la sensibilidad apropiada, la que por cada reelección se va diluyendo. Si la primera semana es raro tener chofer, a la siguiente ya no lo es tanto, luego nos acostumbramos y de ahí a que sea vital hay un paso. Peor aún, a ser un requisito exigible no queda tan lejos. Vamos a París, vamos a Ginebra, vamos a Cancún, vamos a donde sea, con tal, para eso fuimos electos. La sensibilidad que se va perdiendo también es un indicador para tomar la cajita, guardar los cuadros de fotos -de París en este caso- e irse a casa.
A mi parecer, esto es lo que hace que el tema salga de las redes de Curicó -durante la mañana antes de “estallar” por varios grupos de conversación me llegaron las imágenes- llegando a posicionarse durante el día como el tema número uno en Twitter a nivel nacional. Celso Morales podría estar sin duda en esa selecta vitrina en donde hemos visto premiados como representantes yendo a un Mundial de Rugby luego de un terremoto o los que se gastan los tickets de este periodo asegurando elección en otro distrito.
Celso Morales me tiene bloqueado en Twitter. De todos modos -y ni que fuera pitoniso- hace algunos días le preguntaba acerca de un evento al que le gusta asistir. Este evento, comandado por Naciones Unidas es el COP -conferencia del cambio climático- donde ya “nos representó” en Cancún (…). Le preguntaba si asistiría, ya que la versión de este año adivine donde es: París.
Sospecho que no tendré respuesta.
Cuando vaya a votar, además del carnet recuerde llevar su memoria.
Acerca de la foto
La consagración de Napoleón de Jacques-Louis David muestra el notable gesto de ponerse a si mismo la corona y luego… bueno, ya saben la siguiente parte. Este clásico está ubicado -como no- en el Musée du Louvre, en París. A minutos de le tour en batobus por la Seine.
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