Cómo abrir la cocina

Cuando el representante de mi región (…) Andrés Zaldívar, se despacha una declaración como la del otro día con el Cookiegate de fondo, pone sobre la mesa toda una realidad que intuíamos pero siempre fue pasando piola.

Quizá el mayor impacto de la declaración es por la descarnada realidad que expone tanto como análisis, como por la forma en que muestra que ve el mundo. En esa cocina no cabemos todos ya que, en su opinión, simplemente no es posible. Desde ahí es donde partimos a crear lo que concebimos como democracia. Desde luego, es distinto creer algo a hacerlo explícito ya que en mayor o menor medida todos entendemos que la premisa no explícita ha sido esa: la cocina o el living (…) tienen metraje acotado. Ya Roxana y Marco nos dieron de eso, de la cuota de realidad pero ahora compartida, en torno a ese Chile diario.

Si teníamos cierto grado de sospecha, nuestra sospecha fue confirmada.

Zaldívar se ha encargado de estar en cada momento crítico, de decisión o de negociación en Chile, y nos lo hace saber. Bajo su propia frase y asumiéndola en su totalidad, podríamos preguntarnos cómo ha hecho para lograr entrar a cada cocina crítica y qué requisitos se necesitan para lograrlo. Pero ahora fue distinto. En esta etapa de adolescencia hacia madurez que luego del 2011 estamos viviendo en Chile, esto no pasó piola, ni por la cocina donde sólo unos pocos pueden entrar ni por los selectos livings -ojalá al menos haya sido living- donde se negocia el futuro de Chile. No sólo por el proceso completo enviado a la basura (comisiones, representantes, exposiciones, PPTs por cientos, pautas por montón, minutas por resma, tiempo legislativo, tiempo ejecutivo, viajes Santiago-Valparaíso-Santiago etc.) sino por la regla con la que en adelante se medirá cada paso.

La forma para abrir la cocina está ahí. Desde luego el primer paso es disposición y modificar las premisas detrás de la representación, lo que, conociendo a quienes nos representan, no pasará por su voluntad. La forma, tiene que ver, nuevamente, con las premisas detrás de la representación y participación. En el momento histórico en donde estamos -despierte- de la sociedad del conocimiento e información, la solución rápida es apoyar el proceso de decisión pública con tecnología y aplicaciones. Esta no es una idea nueva, ni pretende serlo, por el contrario, es archi conocida pero como siempre, depende de la voluntad política. En este caso, hablamos de interacción en torno a proyectos de ley y como se veda la participación de la comunidad bajo el argumento de 1) ya son “representados” por un diputado o senador, contrato invisible incluído y 2) no cabrían todos. Pero en una generalización, también impacta a las decisiones en el marco de la autoridad más cercana a la representación diaria, como lo es el Municipio. Pero bueno, en este caso, no da ni para webcam.

Esto no es un sueño de un cabeza de martillo que piensa que todos los problemas son clavos. El ejemplo más explícito es el del sistema de AFP, modelado magistralmentepara las empresas– por José Piñera. Todas las premisas fueron pensadas para 1980 y funcionaron, hasta que algunos jóvenes osaron ir en contra de una de las premisas fundamentales: los clientes no tienen capacidad para asociarse. Lo que Felices y Forrados y luego otros sistemas logran -apoyados con infraestructura tecnológica- es patear la mesa, enviando información a todos los clientes de las mejores opciones gatillando un eventual cambio de fondos de sus clientes, produciendo impacto real al mercado. El indicador máximo de lo que debemos pensar, vale decir, La Segunda del Viernes, incluso llegó a lanzar en portada el llanto de las compañìas que alertaban acerca de esto que no podía estar sucediendo!. El negocio se nos cae y, como todo buen poder, será defendido como sea. No dudo que también haya existido otro quiosco en esa ocasión vendiendo galletitas para abordar el asunto.

El caso de la democracia no es distinto. Nuestro representante mantiene un esquema mental, al igual que la mayor parte de sus colegas, en donde no hay ni podrá haber cabida a algo de esta especie. No puede entrar más gente a la cocina. Entienda. Tener una cantidad finita y conocida de “representantes” asegura también poder a resguardo, “la manada” como diría Francis Underwood. Si no sigues las reglas, serás expulsado de la manada, pero, en el caso chileno, también si no te pareces a nosotros, intentaremos expulsarte. Sino preguntemos al ícono de la persecución por contraste, el Diputado Alinco. No cota mil, no balanceado en los columpios, no accionista, no director, no apellido foráneo, no pelo liso, no UC, no UCh, no VD, no SG, no IN, no INBA, en fin… no como nosotros. Mientras ese esquema no cambie, la solución no vendrá desde dentro sino, al igual que el episodio de Felices y Forrados, deberá venir desde fuera. Quizá Populus, Poderopedia y otros puedan abrir la puerta.

En fin, Chile, país serio donde las instituciones funcionan.

(562)