Si viviese en torno a Avenida España comenzaría a preocuparme.
Nuestros diseñadores del futuro –usualmente sin residencia aquí– ya tienen una propuesta para la que estimamos será la nueva pista de carreras de la ciudad. No es la única, pero llegará a ser la más nueva, con el usual rediseño, reperfilamiento, suavidad, confort y amplitud para correr a lo que podamos por allí.
En la última sesión de participación ciudadana en Liceo Zapallar, me aclararon que, como es usual, estará toda la señalética administrativamente requerida, legalmente necesaria, esa que también existe en la Ruta 5, en J-60 y en el Eje Vial Freire Alessandri, donde los siniestros viales en diversa magnitud son la constante. Quién podría imaginar que frente a respetar una señal versus usar todo el potencial de una vía, elijamos lo segundo. Como pude asistir a la sesión, pregunté específicamente eso: ¿cuál será la velocidad “real” que permitirá la renovada Avenida España, más lisa, más directa y más suave?
Y hoy, ¿cuál es la velocidad máxima “real”, antes de iniciar obras?
Casi sin curvas, con lomos testimoniales y pasos cebra desgastados o de plano inexistentes, el único freno real es en torno a semáforos especialmente ubicados, el límite frente a la velocidad máxima del vehículo y la disposición de los conductores a frenar.
Hoy, Avenida España ya es un entorno de inseguridad vial especialmente para peatones de todas las edades y ciclistas que osan transitar en este entorno sin ciclovías
Lo preocupante y decepcionante es que teniendo la oportunidad de rediseñar, el paradigma vehicular vuelve a pesar más que lograr diseños seguros y racionales.
Aquel diseño de futuro para Avenida España no incluirá ciclovías. Este anuncio se hace en la misma semana donde una concejala proponía definir horarios específicos donde veredas se reconviertan en ciclovía, motivando así espacios seguros para estudiantes, para que las familias prefieran dejar el auto en casa. Y es deprimente ver que quien tiene aval técnico, presupuestario, creativo y apoyo gubernamental para repensar el futuro, sencillamente deje fuera opciones para volver a reforzar el entorno de inseguridad hoy existente.
Sinceremos esto. ¿El problema es que la salida de Zapallar tiene pocas pistas o que en el deseo irrefrenable del uso del automóvil particular haya tacos monumentales cada día? ¿El problema es de redefinición de la vialidad o de modelos de transporte que no logran satisfacer las necesidades de movilidad de todo un entorno residencial?
Lo pregunto porque cada mágica bala de plata nos está costando unos $20 mil millones para volver a abrir los ojos y ver que… otra vez hay taco y más choques. Suele pasar cuando intentamos resolver un problema cuya causa de origen no se aborda.
Los vecinos de Avenida España ya tienen sobre sus vidas los efectos de la gentrificación, expresado en la reconversión a un barrio de entretenimiento y todos sus efectos no gestionados. Habilitar parquímetros ya fue una medida que debió recular. ¿Qué pasará cuando conozcan este deleite del diseño vial? Ojalá consideren usar el mismo estilo de rejas del Freire Alessandri, esas convertidas en expresivas esculturas, rediseñadas a golpe de parachoque, la expresión estética de como “avanza” y “progresa” la ciudad.
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