Como baipasearse cinco comunas

Este lunes 2 de noviembre se realizó una sesión de Participación Ciudadana en contexto de Estudio de Impacto Ambiental del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) –encabezada por su director regional– por el hiper plus ultra mega proyecto Bypass Curicó. Hace algún tiempo venía siguiendo esto y supuse que “el mandante”, la autopista actual, habría hecho la tarea de “sensibilización” en las comunidades acerca de los inmensos, enormes, ingentes beneficios, progresos y desarrollo que una obra de estas características traería según el paradigma proauto. Porque entenderemos que esta genial idea que romperá el agro en cinco comunas –Curicó, Teno, Molina, Sagrada Familia y aunque persistan en bajarle el nivel de impacto, Rauco– no causa la alegría descollante que muchos esperarían, vi precisamente lo contrario.

Admito que tenía un par de ideas para presentar, pero preferí observar las distintas sintonías en curso. Esto que le llaman participación ciudadana, fue realizado a metros de la curva rebautizada como La Curva de la Muerte. En efecto, en una escuela con vereda incompleta donde Vialidad, Serviu y Municipalidad desplegan todo su potencial en cada jornada. Allí se discutía este proyecto de miles de millones, frente a una pista que no puede tener ni eje divisorio pintado. Digo que preferí observar, porque al final me parece que fue una nueva función del teatro de lo público, del guión de final conocido, por más sinceros que hayan sido los vecinos del sector en sus consultas y opiniones.

Acercándose a las 3 horas de duración, fue notable constatar que la participación real de la ciudadanía, al menos en la sesión, debió esperar a la extensa contextualización del SEA para luego continuar con la exposición del diseño de ingeniería de la consultora que debe salir a dar la cara por una autopista y un ministerio –MOP– que brillaba en su ausencia.
No es que me haya querido restar de las opiniones, pero no vi toma de actas, grabación o transmisión en vivo, menos una oportunidad real de por último confrontar algo en su origen, porque las decisiones tomadas en otras latitudes requieren del mismo método original para retrotraerlas. Y ese origen entenderemos que no fue camino a Rauco.
Lista de asistencia, medios de verificación y el check cumplido. Digamos lo indecible: no será un formulario el que cambie algo, menos en una votación de supuestamente 1 versus 8 ó 10 seremis que bailarán gustosos el ritmo del auto en aquella instancia tan… técnica.

¿Alguien sabe el origen de esta decisión? ¿Fue un senador motivado que presionó a MOP? Qué importa: si quieren alegar llenen el formulario para procesarlo. Esa parece ser la mejor respuesta burocrática luego de enterarse cómo desde alguna oficina –¿o persona?– decidieron que esto es lo mejor para aquellas comunas y poblados que deberán cambiar de vida por este deseo. Tal como en el próximo Eje Vial Diego Portales, sepan disculpar pero la expropiación se viene. Y si se viene, ¿qué sentido tiene todo este teatro de participación ciudadana? No me malentiendan, no digo que esto no pueda cambiar, pero no sería en esta ocasión ni en este nivel. Punto destacado el de la consulta de un vecino que preguntó al ingeniero si “ir a La Moneda” podría cambiar algo: no, dijo el colega. Notable audacia “técnica”.

Desconozco por qué el colega se expone a hacer pasar esto como una decisión técnica cuando es evidente que es una decisión política. Porque si fuese su interés el mitigar impacto, ante la supuesta necesidad –falaz– de nuevas pistas, mejor sería sumar pistas en el espacio ya existente de desmadre, ese que es Top 1 en muerte a nivel regional: la autopista. Ese era el gran argumento, no el bloqueo por siniestros viales ni el Chile partido en dos. Si quisieramos redundancia, como ya expusimos en Una Ciudad Ciclista, los puentes sobre el Guaiquillo, la caletera o completar la ruta de la Costa serían bastante más eficientes que salir a meter retro por cuatro comunas intentando modificar un contrato de concesión. Porque entenderemos que este bypass no será sólo a los miles de vecinos de las comunas afectadas que no han tenido opción a decir “no”, sino también a varios proyectos que deberán tomar el carril usual frente a este proyecto de carácter especial. Esto excede los RS, los BIP, FNDR y Cores.

La consultora de la empresa no tuvo todas las respuestas. Algunas eran bien dudosas. Otras preguntas no estaban previstas. Varias excedían el conocimiento territorial de la empresa frente al de gente nacida y criada en el sector. Otras era mejor ni recordarlas.
Pero sobre todo, me pasó algo que me pasó también al ver reacondicionar a Morales, de la Cerda, Saavedra o Tapia: sentí que era innecesario exponer a un adulto mayor a esto de defender algo rayano en la ofensa, por mucha capacidad técnica y conocimiento ancestral vial que tuviera el colega. No hay para qué someter a estos disgustos a adultos mayores.

Vi a la concejala Bravo y al concejal Sanz. VLN y Condell durante toda la sesión. El alcalde Saavedra no estuvo, quizá estaba preocupado eligiendo la platería del banquete o los mejores manteles dorados, como Anna reabriendo el castillo en Frozen. Otro caracol que se le escapó en sus fabulosos 15 (días). Diputados frunciendo el ceño: cero. Senadores desplegados: cero. Seremis invisibles: cero.

Serán ahora los vecinos quienes deban enfrentar este problema de 30 kilómetros de largo concretable a 2030 y no sus diputados o senadores, algunos que hasta se deben haber alegrado de la propuesta. El tiempo está en contra y los formularios válidamente tomarán la forma comentada por la expositora: “un lulo”.

Como diría una exgobernadora intentando evitando lo inevitable: no es necesario tomarse la carretera para lograr algo.

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