¿Morir por Curicó?

Cada chileno tendrá “la oportunidad de tener” una vacuna, nos dice el vocero regional -Seremi de Gobierno- esta semana. Se suma al sabido anuncio de que no podemos darnos el lujo de parar la agricultura, realizado por el Intendente y a los pedidos de tranquilidad de parte de la Seremi de Salud. Este nuevo mensaje, que intuyo se ha solicitado hacer resonar a cada vocero regional, en el Maule desentona. Y es que es complejo salir a vender la idea de un éxito mundial, teniendo a tres capitales provinciales parpadeando en rojo en el panel de control. Más cuando ya se vuelve a oír en los pasillos acerca de brotes relativos a ese mundo agrícola que no puede darse el lujo de parar y, formalmente, encabezando los contagios diarios según el reporte de quien nos llama a la tranquilidad. Más nos alejamos de la tranquilidad cuando encabezamos también las cifras de muertes a nivel regional, estando incluso por sobre el promedio nacional. ¿Cuántas de esas muertes se debieron a las cosechas en ese rubro que no puede darse el lujo de parar?. Esta pregunta es esencial entendiendo que estamos y seguiremos estando en faena.

La imagen de los containers detenidos en China debió ser un balde de agua fría para quienes habían decidido enfrentar el riesgo. Decía en alguna columna en ese momento que en Curicó incluso habíamos pasado a cuarentena por China. El efecto mariposa que le llaman, por el deseo de alcanzar una nueva jornada memorable para el Oro Rojo: deleite para las mesas en Año Nuevo Chino. Este 2021 se batiría el récord. Lejos de eso, el efecto de la noticia difundida en la red social local Weibo y la desconfianza generada en Wuxi terminaría ajustando la estimación de ingresos desde los US$2.500 millones a US$1.800 millones. Algunos más cercanos a las tensiones globales, exponen que estaríamos peligrosamente cerca de una disputa mayor entre China y Australia -también exportador de cerezas- quienes han limitado el ingreso de inversiones chinas a ese país por motivos de seguridad nacional. Pero como en Chile no nos preocupan este tipo de asuntos y siempre habrá una cuerda separada por usar, el país comunista (insisto en lo de cuerdas separadas) ya ha logrado ingresar con éxito a la comarca -si, a Curicó mismo- a través del servicio de electricidad -si, a su casa- y también en la ruta que nos lleva hasta la ciudad, por ejemplo. Es justo recordar que China estará en la mayor parte de los brazos y cuerpos del país -quizá del suyo y el mío también- a través de la vacuna Sinovac. ¿Qué pasó realmente con las cerezas y las supuestas trazas de Covid? Quizá algún día lo sepamos, por lo pronto, la ficha jugada logró apenas sortear el abismo.

Es plenamente entendible que ante la sequía de victorias, se intente centrar todo el juego sobre el indicador estrella, en este caso, la capacidad de vacunación. Logro que tendremos que agradecer, entre muchos, al rector Sánchez y su capacidad prospectiva. Pero olvidemos por un segundo esto y creamos que efectivamente hay un plan, que las decisiones se toman en base a evidencia, que existe un diseño de gobierno que nos situó como referencia mundial y que se mantendrá este indicador. ¿Podremos definir en la región donde no podemos darnos el lujo de parar la agricultura, la priorización de vacunación en ese rubro, donde seguirá exponiéndose (a) la gente?. Del rotundo éxito que nos sugiere el vocero regional, tendríamos que entender que no será mayor problema hacerlo, entendiendo que ámbitos específicos como el del profesorado ya pudo ser incluido y vacunado como prioritario, desplazando la fila para lograrlo. ¿Podrá priorizarse el agro desde lo sanitario, así como se prioriza desde lo económico?. ¿Nos interesa bajar el riesgo?.

No hemos llegado ni a la mitad del partido del Covid y en el Maule la última vez que vi ya íbamos en la tercera ola. No dudo que si la Onemi la viera, la calificaría digna de riesgo de tsunami. Ya hemos hecho el ridículo ofreciendo al inicio ayuda a China (¿?) y denostando a Italia y a varios países de la región en base a cifras parciales de un partido que se sigue jugando intensamente. Ni el presidente, ni el ministro, ni el intendente, ni el gobernador, ni los seremis estarán cuando el partido termine y veamos realmente qué fue lo que pasó, datos en mano. Una mínima cuota de empatía, frente a un hospital que no quieren abrir gradualmente, a faenas agrícolas que seguirán realizándose, a restricciones vehiculares sin sentido e indicadores descontrolados, sería decidir priorizar esa vacuna en quienes participen de la intensa tarea agrícola. Más que argumentación técnica y oficios acorde, sabemos que se necesita poder para lograrlo y es allí donde no tiene sentido aspirar a que alguna virtuosa figura política maulina logre el poder que no tuvo durante todo el periodo. La presión deberá provenir desde la propia industria y su deseo de sobrevivencia, para que esta no sea la última cosecha, evitando hacer carne el verso de aquel señero himno curicano.

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