Un tema siempre interesante en fiestas patrias, es volver al pasado y ver que sucedió en Curicó días después de ese septiembre de 1810. Esencialmente nada: no cambio mucho, manteniéndose el ordenamiento previo. Más de 200 años después, no deja de sorprender que el esquema de distribución de poder no diste de aquellos años, la figura de rey y reina la sigue ostentando una pareja real representada por el presidente o presidenta y su primera dama o quien reemplace ese rol cuasi monárquico. Similar esquema se repite como fractal en cada región en intendentes y gobernadores designados desde la metrópoli, tal como en la época de Manso de Velasco incluso.En este marco, el emplazamiento del alcalde Javier Muñoz frente a las autoridades provinciales y regionales es injusto, sabiendo que esos roles finalmente se dedican a cumplir un mandato elaborado a control remoto, desde la capital. Aún requiriéndose ese liderazgo, digo que es injusto, ya que es conocido el destino que tendrá quien ose contravenir el mandato central. No hay margen de acción y si en tiempos de calma se nota cierta ausencia, en épocas de crisis y por contraste la carencia es total. Esto, en la era del homo-videns, imagocracia y sociedad del espectáculo suele intentar compensarse con harta foto, harto polar corporativo, selfis y puntos de prensa. ¿Se resuelve algo?, no, pero se cumple con el indicador que pide la capital.
Dos modelos chocan aquí. Uno carente de margen de acción, basado en designaciones de entre candidatos escasos y con escasos dones, frente a alcaldes con autonomía y bolsa de votos en la mano. Así, un intendente, con recursos siempre escasos y nulo margen, presionado directa o indirectamente por diputados y senadores, debe responder frente a 30 alcaldes con mayor autonomía, con necesidades siempre crecientes y con legitimidad democrática bastante mayor. Imaginemos el alcance de esto ahora con una pandemia. Si para un puente, un nuevo camino, el gimnasio soñado, la nueva ambulancia, el techo de la escuela, la redirección de miradas iba a Santiago, imaginemos algo realmente serio donde está la vida de miles en riesgo, como definir una cuarentena. ¿Aló Seremi?.
Volviendo al punto del liderazgo y testosterona, de forma activa salió al paso de las críticas, el vocero regional (Seremi General de Gobierno), pidiéndole al alcalde más solidaridad hacia las otras comunas en cuarentena y la otra veintena de comunas que también claman atención. Por cierto, llevándose la vocería frente a la del Intendente y la del Gobernador, quienes serían centrales en el cuestionamiento acerca de sus liderazgos. Jugada corta y un tanto mezquina frente a un dato clave: Curicó sigue encabezando las cifras de contagiados a nivel regional. Pareciera que Curicó entonces sí debería tener una atención distinta, así como con las comunas que actualmente se encuentran en cuarentena, decisión también capitalina.
Si algo faltó durante los últimos 30 o quizá 300 años, fue el liderazgo regional, provincial y comunal y no solo del Maule o de las autoridades de turno, sino de todos los actores políticos para exigir la distribución de poder a todas las regiones. Supongo que recordamos cómo y dónde fue que se logró la aplicación de cuarentena o la fallida aplicación de restricción vehicular después. Qué decir de la década de hospital pendiente. ¿Liderazgo?. En el Maule no se corta, se corta en Santiago, porque por diseño está definido así y ese modelo paternalista a muchos en regiones les acomoda perfectamente. En la persistente necesidad por mantener el poder en la capital, nuevamente se intentará evitar la elección de Gobernadores Regionales, que no quepa duda. Será un nuevo intento por mantener ese paternalismo donde cada región debe mirar hacia Santiago para encontrar su destino, mientras en Santiago intentan encontrar únicamente el propio.
Y si esto iba en gris, se fue a negro en el deseo permanente por minimizar al Estado. Algo que no se quiere aceptar es que están faltado manos, no dimos abasto, nos quedamos cortos. ¿Recordamos cuando se fue el Regimiento de Telecomunicaciones N°3?. Hoy tenemos que ir a pedir a la comuna del lado para siquiera pensar en cubrir puntos de control. Quizá donde esto sea más evidente es en lugares como Licantén o Hualañé, donde un par de contagios en Carabineros o Bomberos pudo poner en pleno riesgo la cadena básica de emergencia. Qué decir de los contagios en personal de la salud. Aún así, desde Talca se seguirá cumpliendo con el indicador de selfis. ¿Esto es liderazgo? Claro que no, pero -insisto- no es el liderazgo el factor clave para designación de cargos en entornos de escasez de dones. Deuda de los partidos: también.
En esta encrucijada por liderazgo, un concejal en permanente reelección -bloqueo a nuevos liderazgos- ya prefirió enfocarse en pedir liderazgo al alcalde y así diluir la capacidad de construir liderazgo conjunto frente a nuevas oportunidades y desafíos. Lo secunda otro y de seguro vendrá el siguiente. Por cierto, lo más relevante en este acto de magia es lo siguiente: ¿cuál es el liderazgo real que no se está apareciendo en escena? Participe del concurso. Hay un punto en todo esto: sigue faltando liderazgo.
(15)