Un chispazo

Parto por decir que escribo esto a 239 días del 2020.
Me gustaría compartir en este post algunos temas tomando como origen el problema de corte de energía eléctrico luego de lluvias de mayo. La gente está apestada y con razón, el servicio no se está entregando a pesar de que el servicio será cobrado de todos modos al final de mes. Pero lamentablemente, el cabroneo se viene desde un poco antes, con el amago que significó los medidores y, un poco después, con la noticia de alza de costo de la energía. ¿Habría por qué encabronarse?.

Esto viene a pasar en un momento donde ya están las campañas por las futuras alcaldías activadas. Y las candidaturas por la alcaldía son el apronte para las elecciones siguientes ya que los municipios y el foco del incumbente local -el alcalde- son elementos que pueden hacer una notable diferencia en una elección de congresista por ejemplo. Por eso es que los actuales congresistas aparecerán también encabezando esa lucha por la energía eléctrica.

Partí diciendo que estamos a días del 2020. Todo quien haya vivido algún tiempo fuera del backbone -que en Chile se parece a la Ruta 5, donde todo usualmente funciona- sabrá acerca de los servicios que allí se entregan. ¿Dónde están los APR en el Maule?, ¿Dónde se cae más el servicio eléctrico en la región?. Hay sólo dos opciones si usted es autoridad: la primera es que conoce el penoso nivel de servicios, la segunda es que no lo sabe. En el caso de la segunda, estamos en el peor de los mundos, vale decir, el de la autoridad que no tiene idea donde está parada que imagino no es el caso general. En cuanto a la primera opción, a la de los que sí sabían, sabrán también que es un problema histórico y no una ramita que se cayó en el último ventarrón. Quedamos frente a la pregunta complicada, esa que dice así: ¿si sabía que esto pasaba, qué hizo usted en su rol de autoridad?.

Insisto, a días del 2020.

Ahora, podemos establecer cierta gradualidad en esta responsabilidad, por ejemplo, quien no alcanza a cumplir un periodo como diputado, debería tener menos responsabilidad que quien va por el récord de los 40 años en el congreso. De igual forma, quien no alcanza a cumplir su periodo como alcalde, debería tener menor responsabilidad que el alcalde milenario que se quedó mandando oficios a la superintendencia. Cuando le pongo chispazo al título es por que creo que este relato da una chispa para comprender y generalizar un entorno frente a problemas que ya vamos normalizando y que ¡Oh!, hoy nos sorprenden.

Como hay un entorno de campaña y la imagocracia requiere de streaming y fotos, apareció de súbito la necesidad de formar alianzas, de coordinarse, frente a la afrenta que hoy notamos -a días del 2020…- afecta a nuestros vecinos. Ahora si es el momento de aliarnos entre Hualañé, Licantén y Vichuquén. Los demás problemas anteriores no los tocaremos y tampoco sumaremos a otros que tengan visiones políticas distintas aunque los ciudadanos tengan el mismo problema. Bueno, adelantando un poco la película, el problema se mantendrá. Si, aquí usted puede pensar que hablo desde el pesimismo, no obstante hablo desde otro lugar, primero el de haber visto en versiones distintas el mismo problema y entendiendo un poco la lógica de lo que significa la entrega de servicios de este tipo.

Me parece que la solución de generadores efectivamente puede o pudo ser útil, sobre todo en escenarios donde todos estamos seteados en clave emergencia, como lo fue sin duda el tiempo de terremoto y posterremoto. Ahora, cuando hay algo de calma, entre que se nos olvida mantener el generador, que se nos queda la llave, que no lo cargamos o que no se activó como debería, la escena es distinta. Y esto podríamos pensarlo como una variante técnica del problema, aun cuando el problema sin duda es político. Y digo que es político ya que esta situación tiene plena consistencia con un conjunto de decisiones que se van tomando, entre ellas, la del centralismo desde luego o la de asignación de recursos donde hay centros urbanos más amplios. ¿Si la autoridad tiene que elegir entre supervigilar el servicio de Curicó versus el de Iloca, cuál elegirá? Esa decisión es política, no es técnica ,ya que desde lo técnico luego de tomar la decisión política el siguiente paso sería ir a fortalecer el servicio en ese lugar que se pausó en el primer momento, pero eso no pasará ya que la autoridad tendrá una nueva decisión por tomar, por cierto, decisión política nuevamente.

¿Tendrían que salir a manifestarse los vecinos? Esta pregunta sí que se vuelve importante en este escenario, sobre todo cuando desde la gobernación se ha hecho explícito que la respuesta es: no, no deben salir a manifestarse por que estamos mandando oficios. En efecto, la primera pulsión desde la autoridad es que todo se mantenga sin desorden, sin caos, todo bajo control. El asunto es que por más oficios que se envíe, el servicio estratégico no depende de la gobernación. Esta línea tiene impacto profundo en la pregunta permanente de nuestra época y que hace referencia a dónde está hoy el poder… y no está ni en la gobernación, ni en la alcaldía, ni en la cámara.

Llevando este punto al extremo, ¿qué pasaría si la compañía de electricidad se le antoja bajar el servicio por una semana?. Es un escenario que obviamente no está contemplado, ya que las cosas no pasan hasta que pasan, sobre todo cuando nos referimos a infraestructura crítica.

Por cierto, nuestras acciones nos definen y, cuando se es autoridad, doblemente quizá. ¿Cuántos minutos pasaron entre que la comunidad de Rauco sale a la calle por el atropello de Zoe y llega la gobernadora?. Esa métrica es relevante ya que da cuenta de cómo reacciona la autoridad frente a un tipo de movilizaciones (si, independiente de los futuros intereses de la gobernadora). Hay tránsito cortado, hay movilización sin llenar el formulario, el camino es parte de la infraestructura crítica, etc. y en ese escenario ¿qué pasó?.

Permítanme cambiar un poco el escenario y los personajes. Tenemos un problema local que como comunidad nos afecta y que no están atendiendo las autoridades, pienso por ejemplo en la comunidad de Villa Prat. La gente se cansa. Recuerdo que una de las frases de ese momento fue que se cansaron de ser el patio trasero de Sagrada Familia. Los Niches, Lontué, Gualleco, Iloca, Lora, La Huerta, El Llano y una larga lista válidamente podrían aplicar en esta consigna. Entonces, se produce el movimiento, hay fuego en la escena -literal- y qué pasa: ¡Oh! los vecinos nos sorprendieron con este movimiento, no era necesario realizarlo, pudieron habernos escrito antes. ¿Estamos notando el patrón que se repite?.

¿Qué fue lo que se demostró luego de Villa Prat? Que cuando hay presión de la comunidad, en la calle, las cosas pasaban, que había medios de comunicación, que había escucha, que aparecían en la comunidad provincial y cercana, que el alcalde ponía atención al tema, que aparecían las comitivas de congresistas, que se inundaban los feises, que se viralizaba el problema, en fin, que pasar la línea era mucho más efectivo que elocuentes cartas, oficios del alcalde y, por cierto ofertazos de campaña. A pesar de las cartas la respuesta fue y será un “Oh!”.

Oh! Nos soprendió la muerte de Zoe. Oh! Nos soprendió la preemergencia. Oh! Nos sorprendió el ciclista muerto en el camino rural. Oh!, Oh!, Oh!. ¿La autoridad sorprendida una y otra vez? ¿Y al día siguiente la foto del diputado del minuto diciendo que hará algo?. Disculpen, pero pareciera que el cansancio de las comunidades tiene más sentido del que están testeando las autoridades, si es que lo están haciendo.

Como puede ver el perspicaz lector, el problema es más bien profundo y con capacidad de acción baja si esperamos a que lo resuelva una autoridad, una entidad superior que baje con una solución, partiendo por que si no pasa en Talca, Curicó, Linares o Cauquenes -en ese orden- seguirá importando poco. Luego porque nuestras autoridades millenials no se le acercarían ni a la basta del pantalón a un Balmaceda Fontecilla. Eran otros tiempos, como diría mi abuela.

Dentro de lo que fue la reacción inmediata por lo de Zoe en Rauco, admito que pensé en el riesgo al que se exponía el alcalde al parlamentar con los vecinos en pleno cruce central, no por el tránsito ni por una eventual agresión de parte de la comunidad, sino por su propia salud. En fin, aun considerando importante el que lo hubiera hecho y un tanto irracional el intentar exponer razones en un momento donde es la emoción lo que está al centro, me causó una ligera sonrisa su punto acerca de los secretarios regionales: los seremis. Tanto por ser pequeñas cajas de resonancia de lo que se le llegue a ocurrir a alguien en Santiago, como por la mínima capacidad de acción de los, en algunos casos, novatos representantes. Esto parece una tragedia griega cuando vemos que quienes bregan por que el estado sea cada vez más pequeño, añoran poder tener equipo para poder lograr tener algo más de potencia y con suerte logran un chofer y secretaria.

Ayer, vimos la expresión plena de esto. Ante la preemergencia, estaba la duda si la cantidad de fiscalizadores que estaban destinados eran 2 ó 1 persona. ¿La preemergencia fue un problema técnico, de indicadores, de niveles, de valores, temperaturas, humedades, en fin?. No fue un problema político por que la decisión política es tener cada vez un estado más pequeño y así el poder fiscalizar obviamente será cada vez más complejo. Tenías el dato en la mano, la estación de control te entregó los valores, los sensores estaban bien calibrados, tenías el estándar para gatillar la alerta, la gatillaste ¿Y?. Ojalá el pobre pollo que salió a fiscalizar haya logrado hacer algo mientras el humo seguía cubriendo el súper polígono convexo.

¿Qué pasará cuando niños mueran por problemas respiratorios? Enviaremos un oficio a alguna subsecretaría o superintendencia, supongo, luego de las fotos de conmovidos representantes que bien bailaron en la previa.

A modo de resumen, como podemos ver se mezclan varios temas. Las puertas de una elección municipal, la pérdida de poder tradicional como lo conocíamos, la tensión entre autoridades impotentes y ciudadanía hastiada, los modelos antiguos de asistencialismo validado por los congresistas y alto grado de “dinorancia” cívica que parte por no entender que esto es un asunto político, de la polis, ese espacio que nos importe o no, nos afectará sin duda.

La luz volverá y la compañía seguirá funcionando. Luego de recogidos los cuerpos el tránsito seguirá fluyendo. A días de la barricada ya el tema deja de ser tema. A otra cosa mariposa, mientras se viene encima el nuevo circo luego de un poco de pan. ¿Hubo solución real?

¿Cómo cambiamos esto? Creo que con acciones simples. Con entender que el barrio importa y que tenemos poder para cambiar desde lo que hacemos a diario -ayudar, reciclar, empatizar, estudiar, entender- hasta irnos en mayor profundidad a generar cambios con otros. Por cierto, ni estoy pensando en partidos políticos que en lo que al Maule se refiere están siendo parte del problema. Si hablamos de cambiar esto, obviamente dejar de esperar leyes que no llegarán y hacer justicia por mano propia votando; también genera cambio, pero para eso tendrá que dejar de votar por el amigo, ese que lleva 2, 3, 4 y más periodos sentado cómodamente viendo que la luz se cortaba, que las ciclovías y veredas no se construyeron, que el puerto del Maule no se hizo, que las inmobiliarias se comieron el aeródromo, que el funicular nunca funcionaba, que ferrocarriles no se preocupaba de los pasos, que los buses seguían bloqueando el centro o que el puente nunca se recuperó.

Bueno usted verá si es parte del problema o de la solución. Comente y comparta si lo desea.

A días del 2020, vea en qué lugar se ubica usted, la polis lo necesita.

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