Cómo dueles Cerro Condell

Hace unos días participé de una visita guiada al Cerro Condell, con foco en patrimonio histórico y biológico de nuestro cerro. Esa visita era en el contexto de un seminario con visitantes de otras ciudades de Chile donde íbamos de locales junto con los organizadores y los expositores. Fue impresionante primero el conocer un lugar que pensé conocer pero que me mostró lugares que nunca ví. La impresión era sólo contrastable con el nivel de vergüenza que sentí.

Durante la ruta, en zona atacada por uno de los tantos incendios.

Vergüenza
Ya no era sólo un par de botellas y latas de cerveza, ya eran prácticamente micro basurales en pleno sitio de especies de alto valor natural y casi únicas. Como si no fuera suficiente, los motoqueros se tomaron el lugar y con interés en encontrar la ruta más sexy y novedosa han ido acabando progresivamente con especies que nutrían la diversidad de este ecosistema. Que decir de los incendios. Un drama que se mantiene -vaya y vea por usted mismo, la foto no es suficientemente expresiva- y con baja probabilidad de cambio. Mientras el establishment sigue considerando como punto a priorizar el enrejar y, más precisamente, volver a cambiar otra vez la entrada del cerro, la comunidad desde hace algunos meses ha tomado por voluntad propia el desafío de limpiar donde el camión no puede llegar. Y es que quizá ese deba ser el camino, “concesionar” el cerro a alguna organización o conjunto de curican@s que si estén interesad@s primero en entender el cerro y luego protegerlo de la erosión, de los incendios, de la basura y, en definitiva, de los propios curicanos.

Todas las manos suman
Para hoy estaba convocada una nueva jornada de limpieza. Vi la convocatoria por feis. Pero de sólo ver los comentarios nos vamos dando cuenta de que el problema sigue siendo individual. Resulta absurdo que, independiente de la entidad que lo haga -convocatoria incluía de filial de Revolución Democrática territorio Curicó- se quiera detener o invalidar el esfuerzo completo por lograr limpiar el cerro y, al contrario, no motivar a otros partidos u organizaciones a acometer el mismo esfuerzo, entendiendo que como comunidad nos tenemos que hacer cargo de la falta de cuidado, cuando cada irresponsable visitante no lo hace.
Peor aún, otros más lúcidos desincentivaban diciendo que el que bota la basura debería ir ahora a recogerla. Alguna epifanía gatillaría en quien primero dejó la basura en el cerro y bajó, ese deseo por volver a subir el cerro para ir a buscar su desperdicio.
Si, pagamos impuestos y el contrato social debería haberse encargado, pero dado que no pasa, la República queda sobre cada una de nuestras conciencias… y manos.

La foto. La imagen muestra parte de la acumulación de basura justo al lado del humedal poco conocido en el Cerro.

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