La Vendimia como oportunidad para mejorar La Granja

Antaño teníamos siempre en agenda mejorar La Granja. De hecho el Intendente Balmaceda –como exponía Díario La Prensa en septiembre de 1906– pretendía incluir hasta un hipódromo.
Cada torneo, cada 18 de septiembre o aniversario, era argumento para sumar alguna mejora en el estadio, coordinado por personal municipal y contingente del Regimiento Dragones. Así apareció una cancha de Foot-ball (no fútbol), las primeras graderías y el primer velódromo, alrededor de la cancha, el regalo de navidad del ‘53. 
Con expectación esperamos entonces las mejoras en vista de La Vendimia. Como suele suceder cuando vienen visitas, no las haremos pasar por los tierrales que en invierno pasan a ser barriales. Me parece que la víspera de esta actividad en algo activó aquel espíritu de mejoras que luego de marzo quedarán para la comunidad. Porque cada centímetro de asfalto o concreto que se aplicará para peatones, tiene alta probabilidad de continuar siendo útil, a diferencia del que requiere el automóvil que por el tonelaje exige más y mejor. No. En el caso de peatones, sillas de ruedas, carritos de feria o bicis un par de centímetros ya entrega la dignidad de poder caminar sin riesgo.
Ojalá que varios barriales tuviesen la misma oportunidad a futuro.

Ya expuse por qué no me hace sentido el cambio de locación. Entre otras ideas, porque somos ladinos con aquello de la tradición, que para lo que nos conviene las abrazamos y cuando no las entregamos fácil. La bicicleta es tradición, es ícono, es emblema, es identidad y ahí la tenemos, despriorizada frente al dios automóvil que todo lo puede: el centro de toda decisión urbana, incluyendo la de cambio de locación.
Pero hay una paradoja hoy. Si hay un lugar que sí cuenta con un notable conjunto de ciclovías circundantes ese es La Granja, colindante con la que fuese la primera ciclovía de Chile.
A diferencia de la plaza de la Capital del Ciclismo, en aquel entorno deportivo sí se pudo disponer de ciclovías por aquellos años, donde importaban más que ahora.

El cambio de locación abrirá, también, desafíos de movilidad y seguridad sobre el eje Plaza – Alameda – La Granja.
¿Cómo llegarán allá quienes reservan desde hace semanas los hoteles para no perderse la fiesta anual?
Porque en su retina todo pasa en la Plaza. ¿Cómo transportaremos a miles entre ambas locaciones? Si nos diésemos la oportunidad de ser creativos –así como sí lo era el Intendente Balmaceda– podríamos ver que hay una ciclovía ya disponible conectando en gran parte aquel recorrido.
Ceder, otra vez, la movilidad al vehículo particular para esas noches, volverá a gatillar el caos.
¿Implementemos un circuito basado en electromovilidad? ¿Llamemos al uso intensivo de la bici (7 minutos)? ¿Mejoremos la peatonización en el trayecto (24 minutos)? ¿Dejemos de endiosar, al menos por esta vendimia, al automóvil particular?

Actualización
Fue anunciada la llegada de un bus de turismo que será especialmente dispuesto para unir ambos puntos en este Eje Vendimia. Durante el noticiario de Radio Condell del martes AM, analizaban una serie de cambios que ya se están dando en tal eje, construcciones en curso que no logran ser terminadas aun siendo comprometidas para finalizar “antes” del ingreso a clases. No lo lograron.
Ojalá el bus tenga aquella vía priorizada para desplazarse. Sino está destinado al taco y a esas imágenes de “esto no funciona”, mismo cuadrante en donde varios dejaron al funicular que, en pésima implementación, quedó en el olvido.
Si lo vamos a hacer, hagámoslo bien.

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