Estamos planificando la ciudad de Curicó a 30 ó 40 años más, reflexiona el concejal presidente de la Comisión de Vivienda e Infraestructura. Tiene un punto, en cuanto a que parte de lo que vivimos hoy es también un efecto del pasado. En 21 años ya estaremos en el III Centenario, quizá ese sea un horizonte más prudente para ajustar cuentas.
Ante esto, ¿esperanza o escalofrío?. En septiembre vimos la tensión entre la comunidad y el enfoque de Parque Cerro que se le intenta dar al Cerro ¿El motivo? Los asados y el chipe libre: por una parte se ponen trabas razonables a ello, pero por otra hay proyectos para potenciar la zona de asados. ¿Consistencia pública? Dejemos pasar. En Prat, luego de eliminar la peatonal, se dio inicio a las obras de remodelación con dos pistas de autos. Sorpresa: el Plan Maestro de Transporte Curicó 2030 tiene propuesta una peatonal que incluso llegará a Felicur. Antes de comenzar a romper la calle ya existía esta propuesta. No sé si valga la pena darle más líneas a otros proyectos en búsqueda de la esquiva consistencia entre planes, prioridades y visiones de ciudad.
Hace 30 ó 40 años podían darse lujos como dejar pasar el tiempo respecto a esto. Lo hicieron. Por lo pronto y mientras las prioridades las ponen otros -como el Bypass hoy- se ha persistido en el sesgo proauto. Tal como pasó con la restricción vehicular que no funcionó, ahora es el turno de los ensanches, ya que el problema no es que haya una cantidad ingente de vehículos, sino calles muy angostas. Una máxima dice que agregar vías es como subir de agujero del cinturón para creer que bajamos de peso. Seguiremos apostando por la misma figura que una y otra vez no nos da el resultado esperado, aunque debamos romper un humedal en el infructuoso deseo. ¿Y si mejor dinamitamos el cerro o hacemos las diagonales en la plaza para dar más fluidez? En este marco de soltura grácil -validado por Serviu- esto tiene pleno sentido.
Los concejales actuales han viajado notablemente menos que los pasados. Quizá eso esté incidiendo en varios al no ver que la fórmula que sí ha funcionado en otras ciudades es precisamente la inversa: dejar de apostar por el automóvil, incentivando comprometidamente los demás modos de transporte. Valga repetirlo aún cuando decir esto a los tomadores de decisión en la ciudad ciclista signifique predicar en el desierto.
¿Esperanza o escalofrío frente al proceso de discusión del Plan Regulador? Escalofrío pleno e invernal. Ojalá estemos en 2043 para ajustar cuentas, aunque sea desde las mecedoras.
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