Mayoría circunstancial

Uno de los argumentos usados por varios congresistas respecto del proceso constitucional, sus elecciones y futuros cambios, era que debían ponderarse sus decisiones, ya que no eran más que la expresión de mayorías circunstanciales. No me sorprende que hoy hayan cambiado de parecer triunfo en mano, llegando a la osadía de pedir voto obligatorio luego de haber aprobado su eliminación. Aún siendo mil, un millón o cien millones de votantes, cada votación será circunstancial y contingente, tal como lo fue la del domingo.

Esto nos pone en un mal pie, ya que si nos vamos a reencontrar desde el amor y la unidad, no podemos aceptar la falacia como origen. La primera de ellas es el proceso en sí: los millones en las calles no pedían una nueva constitución. Esta es la respuesta de la política para abordar manifestaciones y, entre otros logros, poder finalizar el mandato presidencial. Obviando esto y aceptando que ya estamos acá, pareciera que tampoco el gasto de recursos era problema, ya que no importó el gasto anterior y vamos ahora por uno nuevo.

La falacia, tiene de raíz la mentira. No es solo un problema lógico. Esto, en consecuencia, termina bloqueando nuestro actuar. ¿Si decimos que la convención tenía incompetentes —incluyendo integrantes cuya escolaridad llegaba “sólo” a 4° Medio y profesionales que no habían estudiado derecho— entonces podremos aceptar que congresistas con igual formación tomen decisiones constitucionales?.  Si aceptamos la premisa hasta el final, la mitad de los diputados maulinos debería excluirse.

Un investigador curicano quizá tenga pistas para sincerar esto. El sociólogo Naim Bro, quien ha estudiado en profundidad la oligarquía nacional –congresistas incluidos– ha presentando algunos patrones que se van repitiendo, especies de dinastías que van copando los espacios de decisión. Quizá –sólo quizá– más allá de comisiones de expertos, nuevas convenciones u otras alternativas, sea posible designar a este selecto grupo, la verdadera mayoría no circunstancial, genética, de raigambre que remonta a los inicios de la patria misma y que, como vemos, comienza a copar la siguiente generación.

(3)