¿Usted recuerda aquél lejano 2004? Aún disfrutábamos de esa inercia noventera de Curicó Avanza, quizá incluso desde el jolgorio de los 250 años del ‘93. En ese marco se abre un sueño, el de un funicular. Si, desde aquél momento ya se han cumplido 18 años del proyecto de Funicular en el Cerro Condell. 18 años y cientos de millones más tarde, pareciera no ser problema aquel proyecto inmóvil. No se si estén los ánimos para celebrar su mayoría de edad. No se si alguien siquiera esté midiendo el tiempo del proyecto inconcluso o si exista ese registro. No sé si importe. Presumo que su inmovilidad habla.
A diferencia del intento de zoológico -que favorablemente se mantuvo en su status de volador de luces- es un error pensar que esto es una superchería. Recordaríamos esto en plena pandemia, con bloqueos de espacios públicos, donde el Cerro pasó a ser más que el pulmón de la ciudad que a su vez mantiene los pulmones de la ciudad, significando la forma de mantener también el cerebro, la salud mental para cientos de curicanas y curicanos en los momentos más duros de restricciones. Más allá de la oportunidad de varios de reconocer este espacio -que luego sería capitalizada con una administración mejorada y un enfoque distinto- hubo otros que simplemente no podían acceder. Durante el cierre a vehículos y posterior restricción también se bloqueó de facto este espacio para ciertos segmentos de peatones, adultos mayores, niños o quienes querían subir a pesar de sus necesidades especiales de movilidad. El funicular, en el momento en que pudo demostrar todo su evidente potencial, se mantuvo detenido.
Hoy, su finalización significa bastante más que un atractivo turístico o un nuevo intento -como varios en los ‘90, el zoológico entre ellos- por parecer una capital: hoy significa la posibilidad de acceso y movilidad sustentable en un espacio sin igual en la ciudad, lo que es en sí un problema. ¿Quién debería hacerse cargo de este pendiente, Secplac, la Dirección de Tránsito, la nueva administración del Cerro Isla? Es difuso, aún pudiendo incluirse como respuesta que ninguna de las áreas.
No es el único tema en el que pasa esto, por ejemplo el de gestión real de transporte “público”, el de la definición de políticas de movilidad u otros que abordan a todo aquello que no son vehículos. Quienquiera puede mirar el organigrama municipal y ver que, por lo pronto, el foco de la Dirección de Tránsito es el automóvil, así como de Secplac es una expertiz global en cada fondo postulable. En ese marco, todo el abanico de temas asociados a movilidad sustentable -funicular incluido como un aporte a la peatonización- quedan tan huérfanos como la paternidad del Funicular.
Más allá del cumpleaños y romper esa inercia de velocidad cero, valga recordar dos proyectos clave que a mi juicio dan cuenta de las magnitudes de lo posible, de lo esperable en cuanto a proyectos de ciudad. El primero y clave, el hospital ya 12 años pendiente. Nos dicen que tuvo modificaciones irregulares de contrato, que faltan más de 17 mil observaciones por subsanar y que, a pesar de la persistente priorización ciudadana como Top-1, mantiene sus puertas cerradas aún habiendo sido inaugurado. El segundo, el de la amistad cívica, es el de calle Maipú, donde todos los astros se alinearon, donde todos están de acuerdo con su concreción y donde el contador de metros reparados -tal como la velocidad de funicular- sigue en cero. El Funicular no tuvo ni tiene la prioridad del primero y tampoco tuvo ni tiene la adhesión transversal del segundo. Entenderemos el destino que debería tener el Funicular.
A la par, soñamos con un bypass, con al menos 4 puentes, con un nuevo eje vial, con cuatro pistas y otros anhelos proauto que, en el mejor caso, vendrán a quitar prioridad al listado de pendientes. ¿Qué hace el Gobierno Regional y sus consejeros frente a esto?. De la lectura de sus actas, parece que tienen varios pendientes internos por resolver antes.
¡Felicitaciones!: ya eliminamos la peatonal. Luego volvimos a quitar espacio caminable de veredas. Continuamos con atropellos de peatones. Volvieron a dañar el Puente Simbra y vuelven a asaltar a peatones camino a Los Niches. ¿Foco y prioridad en el peatón? Total.
Quizá si debamos recordar estos 18 años de aquel ícono del desdén, aunque no me queda claro si con una torta o con un minuto de silencio, tan sepulcral como el de nuestros representantes y fiscalizadores frente a él.
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