Desbloqueemos este paradigma para Curicó y Los Niches con

Más allá de que queden menos de 300 días para el fin de este periodo presidencial, en Curicó sabemos lo que puede llegar a demorar un proyecto. Nos referimos a la presentación del estudio de prefactibilidad para lograr la conectividad entre Curicó y Los Niches —si, etapa previa a la factibilidad y que podría dar resultado negativo— por esa eterna promesa usada en cada campaña que nos convoca: “recuperemos este puente para Curicó y Los Niches con”. En 2006 (hace 15 años) presionamos desde la Federación de Estudiantes del Campus Los Niches de la Universidad de Talca, para verificar la factibilidad de utilizar los restos de aquel puente. En ese momento, la respuesta fue negativa. Quizá, también por el paradigma que llamamos a desbloquear hoy. Y es que ese paso (desbloquear el paradigma) facilitaría la movilidad diaria de cientos de estudiantes de las dos universidades maulinas y por cierto de la comunidad en general, la que fue creciendo año a año, tanto por la expansión de esos centros universitarios, como por la urbanización del sector.

Escuchando hoy al Seremi, nos dice que estima en 4 años el plazo que para tener sentido como tal, debe ser el de construcción; entendiendo que una década hasta ser transitable, podría ser poco. Esto, teniendo presente el orden de magnitud en tiempo para este tipo de obras en Curicó. Seamos claros: esto no será este año ni en 4 años más. Creo importante partir por sincerar esto y no volver a generar una expectativa que excederá al tiempo que le queda en su cargo al señor Seremi y sus pares. Guarde esta columna si lo duda.
¿Qué pasará en el intertanto? Considero esta pregunta esencial y a la elaboración de un PDF como respuesta insuficiente. Sugiero, nuevamente, romper el paradigma. La necesidad de movilidad seguirá hasta que no se concrete la obra, por tanto eliminar el paradigma de “camino es igual a pistas para autos” podría facilitar el tránsito intensivo de peatones y ciclistas —que hoy deben proseguir sus rutas hasta la carretera— pudiendo cruzar en una pasarela temporal, liviana, notablemente más barata y de instalación en plazos incomparables por lo acotado en tiempo, frente a todas las fases que seguirán a esta anunciada “prefactibilidad”.
No hablamos de un Cykelslangen como en Copenhague, Dinamarca: una pasarela liviana bastaría para lograr el objetivo (el de la foto). ”Puente mecano”, otra opción.

Insisto, esto no es posible de lograr si el automóvil sigue monopolizando los canales de mielina de nuestras autoridades y gremios de la construcción. La Seremía de transportes —y de obras públicas— debería pensar también en peatones y ciclos, en todas las fases de sus  proyectos. Para este caso específico, no hablamos solo de tiempo de desplazamiento, es también un asunto de seguridad. Exponer a peatones y ciclistas a la carretera —como se les expone diariamente en el actual escenario— habla de eso: que los peatones y ciclos se conformen con las sobras del camino que pensamos para vehículos. ¿Siniestros en el camino?, ¿muertos?, ¿asaltos en el túnel de malla?: irrelevante, aguantense y usen lo que puedan. Todo esto, a vista y paciencia de nuestros honorables fiscalizadores.
Quizá no se supo en la comarca, pero guardias privados debieron disponerse para securizar este trayecto ante la letanía pública y asaltos constantes. ¿Qué tal?. Por cierto, sin disponer tampoco de frecuencias acordes a la demanda de transporte público. ¿Qué logramos como resultado? Estacionamientos repletos en centros de estudios y tacos kilométricos cada día, hasta la carretera. Pero como somos gente de fe, acudimos al Panel de Expertos que en una epifánica visión, definió cambiar de lugar de un disco pare para resolverlo. Todavía se espera por el milagro.

Comenzando un nuevo periodo municipal y con una nueva oportunidad de una visión integradora desde la Gobernación Regional, esto debería ser tema. No solo por considerar a Los Niches como parte de Curicó —deuda que mantenemos también con Sarmiento, Tutuquén y Zapallar; punto uno entre los “pilares” del discurso del nuevo periodo del alcalde— sino por las ciudades que estamos pensando en construir o seguir construyendo. En Curicó esto no debería concitar dudas: los últimos en llegar fueron los autos en enero de 1910, cuando peatones, ciclistas y tracción animal eran el centro de la movilidad junto al tren. La ciudad ciclista debería tener claras sus prioridades: al menos, en la última instancia de participación ciudadana, la comunidad fue bastante clara en su mensaje.

Mientras acá seguimos machacando el ideario proauto, ante este nuevo anuncio local centrado como siempre en automóviles; se acaba de anunciar el acuerdo de Benelux, que en países de la Unión Europea definieron a la bicicleta como elemento central para superar la crisis post pandemia. Promueven la extensión de redes de ciclovías, la generación de planes de movilidad sustentable, activación de campañas para estimular el uso de la bicicleta, promover el uso de la bicicleta para transportar carga y facilitar redes logísticas con emisión cero de carbono, ofertar bicicletas públicas, reducir velocidad de automóviles en centros urbanos a 20km/h para dar seguridad a peatones y ciclistas, en fin, un futuro del que ni siquiera deberíamos estar dudando hoy en la “capital del ciclismo”. Bajarse del auto puede ser un interesante punto de partida para los tomadores de decisión.

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