¿Qué falta para avanzar en una entrega parcial del nuevo Hospital de Curicó? Esta idea no es novedosa si consideramos la apertura anticipada de parte del moderno nuevo Hospital Dr. Gustavo Fricke o la oferta de análisis de apertura expuesta en junio del año 2020 por un intendente maulino. Tampoco es disruptiva si consideramos que todos los plazos entregados por la autoridad en cada visita oficial, corresponden a fechas que pasaron hace rato. Repetir por enésima vez que este es un pendiente desde 2010, que fue siempre priorizado por la comunidad, que ya tuvimos episodios de colapso sin pandemia o que debamos andar mendigando camas cada cierto tiempo, pareciera no tener mucho sentido para despertar a quienes nos representan, aún cuando ellos mismos deban ser derivados a otros hospitales. Si eso pasaba en años anteriores sin pandemia, imaginemos como es el escenario hoy. El paciente que llegó a Punta Arenas ilustra este punto.
La tradición dicta que para una obra de esta magnitud -entendiendo también el Vía Crucis que ha significado esta construcción, con muertes sin posibilidad de resucitar en nuestro caso- los plazos de apertura calcen por arte de magia con inauguraciones donde finalicen, por ejemplo, los periodos presidenciales u otros hitos políticos afines. La única forma de desmentir este punto será con el hecho obvio. Si llevamos 11 años, donde las triquiñuelas políticas de más baja estofa patearon desde el inicio los plazos, ya debería ser el momento de cambiar el guión.
Suele haber un invierno cada año -tal como las cosechas anuales, vaya novedad imprevisible para un territorio eminentemente agrícola- y como cada año ya sabemos de la sobrecarga hospitalaria que se vendrá. No obstante, a diferencia específica del año pasado y en general respecto a los años pasados, este 2021 estamos más al borde del abismo y desde antes de tiempo incluso. Con todas las actividades suspendidas -elecciones inclusive-, acercándonos a una región completa en cuarentena, con equipos médicos exigidos intensamente durante todo 2020 y hasta hoy, con la comuna que ostenta el récord regional de días de confinamiento sin mayor efecto y una red de salud regional “tensionada” como nos dicen -recordemos Punta Arenas- no es posible esperar un escenario auspicioso y feliz, por más ganas que le pongan en el Hospital de Emergencia.
Para varias autoridades este será el último invierno en sus roles. A algunas les importó “el asunto”, a otras no mucho, unas bloquearon, unas facilitaron, otras se desentendieron, otras no sabrán de su existencia y otras prefieren concentrarse a un tema de crucial importancia: el nombre que tendrá. Todas coinciden en valorar lo que ha sido el trabajo asistencial, invitan a aplaudir a los equipos de salud, incluso les ponen medallas. Han sido escasas las que cobran plazos, que insisten en verificar cumplimientos y menos las que exijan esta apertura, por más que esto impacte directamente a la comunidad y especialmente a quienes dicen honrar, mientras siguen desempeñándose en un espacio de trabajo “tensionado” desde 2010.
“El invierno se acerca” o “viene el invierno”, dice uno de los protagonistas de Juego de Tronos, apoyado con las dos manos en la empuñadura de su espada en una colina de un día gris. Es un augurio de gravedad, de seriedad, de miedo, incluso de duda ante la propia sobrevivencia. Aún hay tiempo para ver si la realidad supera la ficción o si podemos cambiarlo. El invierno se acerca para Curicó.
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