Este lunes debía comenzar a regir la Restricción Vehicular en Curicó. No por congestión, ni por contaminación -como es usual- sino para intentar restringir los viajes que se siguen viendo en plena cuarentena urbana, cuarentena que se extendería a toda la comuna. Pero a última hora del viernes, por vía informal –el feis- un diputado comunicaba que finalmente no se aplicaría esta medida, satisfecho ya que la población está muy “saturada” con tanta restricción. Por cierto, esto antes que lo difundieran los medios de comunicación: al parecer el valor de tener la exclusiva primó.
¿De no concretarse la visita del Ministro de Salud el viernes, se habría mantenido la medida? Considero importante esta pregunta -más allá de que no podemos saber la respuesta concreta- ya que nos llama a la reflexión acerca de cómo se toman las decisiones, la evidencia que las fundamenta, la voluntad de respetarlas y luego, a la inversa, como se baja la medida y la evidencia usada para hacerlo.
¿Fue sólo la sugerencia de congresistas? Si así fuese, quepa acudir a las tres decisiones anteriores: no decretar cuarentena antes de que abdicara el intendente, decretar cuarentena parcial y ampliar ahora la cuarentena a toda la comuna. Reitero la pregunta: ¿también eso se decidió en base a la sugerencia de congresistas?.
La calificación de “poco seria” por parte del alcalde y que fuera el titular del diario del sábado, fue bastante suave a mi juicio. Suponemos que cambiar el viernes una decisión tomada y difundida el jueves debió fundamentarse en datos y posteriormente en diseño para aplicarla y controlarla. En Iquique y Alto Hospicio -ojo, dos comunas dada su interacción- una medida similar fue aplicada para incidir diariamente de forma alternada en las patentes pares un día e impares al siguiente, impactando a la mitad de los vehículos. Aquí, la medida que iba a ser y no fue, contemplaría dos dígitos por día, afectando con suerte la quinta parte.
Las señales importan y quizá esto sea lo más interesante de la visita. De partida la procesión que vimos en el recorrido por el hospital, donde la gran ausente fue la distancia física frente a la avidez por imágenes. En segundo término, la señal de que el pasillo o el teléfonazo (WhatsApp o Telegram en su versión actual) es más efectivo que una decisión reflexiva basada en evidencia como veremos casi al final de esta columna. En tercer término, la ambivalencia al definir una parcialidad -restringir movilidad solo al 20% de vehículos- cuando se decide endurecer la cuarentena frente a los magros resultados. ¿Queremos dar el mensaje de “quédese en casa” o, por el contrario, el de “igual hoy no tengo restricción”?. En plena dirección opuesta, la guinda de la torta, entendiendo el contexto que motiva a reforzar la cuarentena, la apreciaríamos con la flexibilidad con la que el diputado saludaba no “saturar”, vale decir: ¿para qué ser tan estrictos?. Y si de guindas se trata, quizá sea hora de que la autoridad revise los números de Romeral y Molina -también parte del Gran Curicó- para no caer en el recurrente “no lo vimos venir”.
Es cierto, los humanos tomamos decisiones no necesariamente racionales ni siempre basadas en evidencia. Como advertimos en febrero, fue irracional patear la reconstrucción del hospital cuya inauguración es aplazada en cada visita ministerial. Ya que hablamos de telefonazos y capacidad de presión de congresistas, la historia develará cuál fue la real capacidad (o interés) de los congresistas por concretar esa prioridad 1 del plan de reconstrucción, vigente hace más de 10 años. En los hechos, aún sigue pendiente a pesar de las amenazas de apertura parcial anticipada.
“Dicen” que la restricción quedó preparada y lista para aplicarse en caso de ser necesario. Este lunes la constante fueron los tacos por controles y ahora además nos quedamos con la herramienta averiada antes de usarla siquiera. Ojalá que puedan ponerse de acuerdo antes de comprometer nuevamente su autoridad frente a la ciudadanía.
Pregunta abierta: ¿cuál autoridad queda más dañada? Comente.
Acorde a la fineza edilicia, esperemos mayor seriedad a futuro y menos bailes nacionales sin ropa.
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