¿Machete, silla eléctrica, lapidación en la plaza, inyección letal?. Usted decide.
Bueno, como diría una señora, quizá solo desollar a los delincuentes, pero sin matarlos -sólo para que sufran- han sido algunas de las opciones. Y es que nuestro Texas criollo también tiene representantes para defender y representar estos intereses. Como no!, si tenemos nuestra salud mental asegurada y nunca nos llegará a pasar algo así.
Bien, volvamos a las lumbreras. Les comparto esta publicación en Diario El Centro acerca de esta cruzada -literal- donde nuestros representantes llevan la lumbre.
Frutos del Maule: Pena de Muerte
Con estupor vemos que los diputados maulinos Celso Morales, Pedro Álvarez Salamanca e Ignacio Urrutia, sostienen la propuesta de plebiscitar la reposición de la Pena de Muerte. Como hace varios años ya pasamos por este intenso debate gastando galones de tinta, creo más fructífero abrir el debate acerca de los frutos que entregamos como región al Congreso Nacional.
Sorprende ver que a la adhesión chilena al Pacto de San José el ‘69, a su ratificación en los ‘90 y a la supresión de la Pena de Muerte en 2001, llegando a la segunda década del siglo siguiente, un lote de diputados en ejercicio –Urrutia desde 2001– hayan descubierto tamaño error para enmendar. A la fecha, los dos países que han salido de este acuerdo han sido Venezuela junto con Trinidad y Tobago. ¿Esa es la propuesta?, ¿Los asesores de los parlamentarios cobraron a sabiendas de esto?.
Sorprende ver que en este caso la ciudadanía al parecer sí esta preparada para votar a favor o en contra, lo que parece que no sucede cuando se aspira a plebiscitar una Nueva Constitución. Paradoja: los ciudadanos si estamos preparados para elegir, pero a la vez no estamos preparados para elegir.
El oportunismo y premura mostrados por los representantes, podría ser utilizado de mejor forma para abordar de forma efectiva, dos temas de suyo relevantes para la región como son: la robotización y su impacto en La Segunda Región Más Pobre de Chile; y el fenómeno de la migración en el contexto nacional y regional. Son dos temas bastante más relevantes para ocupar esa ansiada pantalla de TV estival en vez de volver con la majadería de la importancia de vestir corbata en el Congreso, la mejor trilla a yegua suelta del verano, o, como en este caso, legislar en caliente con machete en mano.
Como ya develó el letrado lector, esta idea no llegará a ningún lado. Probablemente fue diseñada a sabiendas de que así sería. Pero dejará una notable contradicción abierta: los que ayer nos decían defender la vida (anti-aborto) hoy piden la Pena de Muerte; los que se negaban a plebiscitos y asambleas (cambios constitucionales) ahora tienen sed de democracia directa. Faltó afinar el diseño.
Es de esperar que la jubilación de parte de los representantes traiga consigo nuevas ideas y estándares superiores, para así dejar de avergonzarnos acerca de los frutos que el Maule entrega a Chile.
Parafraseando a Walsh, cada vez que se alude a este escarmiento la Humanidad retrocede… en cuatro patas.
La obra. En cuadro en portada es La lapidación de San Esteban, cuadro de Rembrandt (1625), que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Lyon, Francia.
Al no poder rebatirle los argumentos a Esteban, sobornaron a unos testigos para que dijeran que Esteban había blasfemado contra Moisés y contra Dios. Buena onda igual. Por ello, “conmovieron al pueblo, a los ancianos y escribas” y tomaron a Esteban y lo llevaron hasta el Sanedrín en el Templo de Jerusalén. Entonces los testigos falsos le acusaron de haber dicho que cambiaría las costumbres de Moisés y que Jesús destruiría el Templo de Jerusalén.
Jerusalén rima con Licantén. Solo coincidencia.
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