En este par de días se ha intentado mostrar que perder $585 millones es un asunto de semántica. La paradoja que puede contrarrestar esta noción está a la vista: sin ese dinero el municipio queda a merced de embargos y, como algunos preconizaban, incluso en riesgo la libertad del alcalde. Es una paradoja ya que por una parte la liviandad y hasta frivolidad aflora pero por otra, el no cumplimiento a la Corte Suprema traería las penas del infierno. Es que el desenlace del despido mal hecho -nos referimos a lo procedimental por ahora- durante el periodo municipal anterior sigue pendiente, teniendo incluso el sacrosanto veredicto de la Corte Suprema luego de las instancias intermedias usuales.
El esfuerzo de contención desde la alcaldía, ha ido por la línea de aclarar que a pesar de la modificación al presupuesto llevada a votación durante la semana a concejo, se va a mantener las condiciones a apoderados y estudiantes, incluyendo también a profesores, de quienes se dice que no verían afectada la liquidez durante el año, para intentar aplacar la alarma natural que significa ver la disminución de los fondos de la Cuenta de Personal de Planta… en febrero. Al parecer se mantiene como opción razonable el despido realizado a Irene Cortés y la forma, vale decir continuar con los dientes apretados hasta llegar a lo que sea. El tono y la propuesta lo deja bien claro: fue una decisión razonable, necesaria y, a pesar de lo que diga la Corte Suprema, bien hecha en lo procedimental debería ser la conclusión.
Es cierto, es momento de tomar una decisión ya que intentar identificar motivos, razones, porqués o hacer una escena arrodillado a lo Axel Schumacher en la Alameda, no tiene (mucho) sentido en esta parte del proceso. Corte Suprema obliga al pago, de dónde sacamos el dinero. Pero como esto excede el ámbito de lo razonable (vamos, que es política!) el hecho es relevante en el devenir más allá de lo puramente administrativo, procedimental y legal incluso.
Hay un argumento que ya he oído un par de veces en la discusión, tanto en concejo como en entrevistas, y es el del contrafactual, vale decir, la imposibilidad de contar/usar esos $585 millones en el entendido que ese dinero es efectivamente solo para regularizar situaciones de esta especie. Lo cierto es que, independiente de no estar inclusive dentro del presupuesto local (sino ya se habría pagado la deuda, ¿no?), esto habla de la responsabilidad institucional si se quiere, respecto de la noción de dinero público en si. Este dinero no aparece de una dimensión paralela o de un no-mundo.
Seamos claros. El Estado de Chile deberá hacerse cargo de entregar a una ex directiva designada por Alta Dirección Pública casi un millón de dólares a través del municipio. Si importa.
Es momento de decisiones, que duda cabe, pero también es momento de reconocer el pedazo de problema (A.K.A. cagazo) que hay enfrente, proporcional al monto quizá. Volveré a este punto más adelante, pero de forma preliminar es relevante partir por ver si todos estamos viendo lo mismo o si, como diría el Alcalde, no hay peor ciego que el que no quiere ver..
Efectivamente se resuelve la situación, o una parte de ella. Bien, al menos hay respeto por la Corte Suprema, eso es positivo. Lo que queda por ver es el desastre luego del huracán. De partida, se pone en tela de juicio desde el inicio del proceso la idoneidad del círculo cercano de confianza política y técnica de la máxima autoridad de la comuna (también se hizo explícito en concejo), cuando los escenarios posibles son pocos:
- Nadie lo previó. La inexperiencia no dió cabida a análisis de efectos posibles, estando en un espacio de total ceguera cognitiva frente a la situación. Plausible.
- A nadie le importó. Había sólo un camino: el despido rápido. Plausible.
- Alguien lo previó pero no importó. Había experiencia, pero no interesaron las consecuencias en ese momento. Plausible.
- Lo previeron y les importó responsablemente: este escenario queda descartado entendiendo el punto en el que estamos hoy, donde de rebote existe una cuenta a la que echar mano por un programa circunstancial a nivel central.
De partida lo que queda en duda es la idoneidad del primer círculo en torno al alcalde, lo que nos lleva a la necesaria pregunta acerca de qué otras sorpresas del estilo están pendientes de develar. Ya decía el alcalde al asumir el segundo periodo que revisaría su círculo cercano, ojalá sea pronto. Si se pone en juego incluso la libertad de la autoridad máxima para poder lograr un objetivo, quepa cuestionarse si realmente el método es efectivo, inocuo e incluso ecosistémico entendiendo la pérdida consiguiente para el erario público o el riesgo del actor principal para lograr esos objetivos.
Por otra parte, desde el municipalismo si se quiere, o del necesario reconocimiento a la pega que día a día se desarrolla en los municipios, el llamado de atención es a ver lo que expone la escena de dos modificaciones presupuestarias al segundo mes del año. En efecto, los presupuestos son estimaciones, por lo que son dinámicos y las modificaciones presupuestarias existen… otra cosa es no definir el presupuesto correctamente, sobreestimar unas cuentas y subestimar otras al inicio del año… en salarios. O bien, tener que forzar el presupuesto ante tamaño imprevisto.
Seamos claros: el huracán no pasó, está pasando.
A pesar de lo que el afinado ojo del lector podría pensar, no valoro para nada el único voto en contra. Estamos, nuevamente, ante un caso de ética pública en juego y de la capacidad de utilizar recursos públicos de forma, a lo menos, competente, al igual como el caso de los concejales viajeros, de los cuales 3 tuvieron votación para definir esto: uno votó en contra, uno se abstuvo, uno aprobó sin más.
Digo que no valoro el voto en contra, ya que el concejal Canales debería de haber dado un paso al costado al día siguiente del mea culpa en 2015. No es la primera vez que digo esto y sigo creyendo que, más allá de lo legal, si realmente le importara su error habría tomado una acción para enmendarlo. Por cierto, bueno estaría que recauche la metáfora de Mandrake el Mago copiada a su empleador.
De los nuevos, me refiero a los que tomaron la palabra al menos, hubo 3 que se mantuvieron al margen con voto favorable y dos hicieron uso de la palabra. Me parece que el comentario acertado fue el del concejal Sanz, posicionando dos ideas relevantes: 1) cerrar la deuda y 2) mantener atención (FISCALIZACIÓN) sobre si se mantiene el compromiso o no y, siempre importante, cómo se mantiene ese compromiso.
Dejo para el final el análisis del último voto, de quien puso el tema de la “semántica” sobre la mesa en el Diario La Prensa, en un punto especialmente dedicado a esto.
La posición que adopta el concejal Canquil es consistente con la vista anteriormente, por ejemplo, al momento de dar la conferencia de prensa ante la formalización en contra del Alcalde. Vale decir, obediencia de coalición. En ese momento, había que guardarse en el bolsillo el rol fiscalizador y estar en la mesa del Raíces. En esa línea, expone durante la sesión de concejo un supuesto de expectativa soterrada de detención del alcalde, lo que generaría a su juicio un escenario de ingobernabilidad, lo que es falso ya que incluso si muere el propio Presidente de la República, está claramente establecido su reemplazante.
Pero bien, levantar este punto da cuenta de la posible detención lo que evidencia también que entiende la magnitud de las cosas pero que debe defender el punto de que “no nos afecta” o del “igual no es tanto”.
Esto es particularmente delicado ya que es ni más ni menos que el presidente de la Comisión de Finanzas. En un baile de problemillas argumentales (esperemos que sólo haya sido nerviosismo), llega a afirmar que por una parte no hay ningún problema presupuestario como se dijo en campaña, pero por otra termina aprobando una modificación presupuestaria, insisto, la segunda al segundo mes del año y en una cuenta de salarios. Y, a pesar de pertenecer al gremio, afirma que modificar la cuenta de Personal de Planta no afectará en nada los compromisos asumidos, en este caso, de salarios.
Una cosa es intentar defender lo indefendible desde la posición del afectado (teatralización del enojo en el caso del alcalde por ejemplo) pero otra es intentar de plano asumir un futuro que no puede manejar. Bajo esa perspectiva, en efecto se cubre la deuda y se compra un poco de tiempo, pero el huracán -insistimos- aún está pasando.
Ahora bien, preocupa que el concejal que está más cercano a los temas financieros por su presidencia en la comisión, además de haber abdicado de su rol fiscalizador -esto no es interpretativo, todos lo vimos tomando partido en el Raíces- trate como un asunto “semántico” el origen de los salarios del personal de planta del DAEM o lo que es peor, trate como un tema “semántico” la magnitud del problema en pesos o el resguardo del dinero público.
Para tener una idea de la magnitud de las cosas, según el Sistema Nacional de Información Municipal los ingresos por Permisos de Circulación han sido menores que la deuda pendiente. Esto no es semántica.
Por si no queda claro o si se requiere un ejemplo más cercano al diario vivir de los representantes. Según el Servicio Electoral, la sumatoria de los aportes declarados por los candidatos de Curicó (incluyendo candidatos a alcaldes y concejales) para la elección pasada caben 5 veces en la irrelevante deuda. Eso tampoco es semántico.
El alcalde de Curicó no irá detenido. Pagaremos caro evitar una nueva vergüenza para la ciudad, pero al menos en este capítulo quedamos con algo de dignidad. Será necesario al despertar, verificar si realmente la jugada salió buena o si todo esto no sirvió de nada (despido). Quedarán varias lecciones del proceso, de partida la de escuchar a asesores prudentes antes de los rifleros e impacientes. La siguiente es la de atesorar la libertad propia, lo que sin duda llevará a actuar de forma razonable en pos de fines comunes (de ciudad me refiero, más allá de coalición). Luego, la de los concejales, por ver más allá de su propio interés y dedicarse a fiscalizar en vez de dedicarse a mantener el statu quo político y financiero propio. Diría algo de los fiscalizadores que tenemos en el Congreso, pero es preferible esperar a unos nuevos que se tomen en serio su trabajo.
Ojalá el presidente de la Comisión de Finanzas y el de la Comisión de Educación nos alerten en caso de requerir liquidez más adelante. Si se llegó a afectar cuentas de salario para salir del paso, la venta de liceos públicos no parecería tan descabellado.
Hemos escrito columnas desde hace más de 10 años acá. En este tiempo hemos visto partir también a notables, que han realizado un aporte relevante al espacio de lo público en Curicó, entre ellos Abraham Vega. Sin aspirar a un nombre de calle, población o ciudadanía ilustre: simple y sencillamente con su trabajo, ideas y perspectivas locales, nacionales, internacionales y de vida, que también han ayudado a ver si la frecuencia es la correcta.
Hoy, compartiendo estas ideas con interés en lo público, quiero dedicar este post a Paola Parra quien luego de una intensa lucha contra el cáncer, ha muerto.
Ejemplo de amistad cívica y de aporte sustantivo a la actividad pública curicana. Ciudadana activa más allá de los roles y cargos. Un saludo para su familia y amigos en este aciago momento.
Lucidez, talento y solidaridad en una comarca siempre singular, donde estos atributos son más bien escasos. Un honor haber aportado con un voto a ese oasis que construiste en medio de un paisaje desértico y plano de ideas.
Gracias por compartir tu sueño y visión con nosotros.
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