¿Cuándo Curicó pasó a llamarse Mall Curicó?

La estación de trenes de Curicó como tantos edificios de la ciudad, fue demolida luego del terremoto que aun mantiene su daño. Hoy, sigue funcionando en una improvisada casa vecina que hace de boletería para mantener el servicio.

El Plan de Reconstrucción Sustentable (PRES Curicó) y la apertura de la conversación acerca de la reconstrucción, abrieron la puerta a que se pusiera sobre la mesa la reconstrucción de la estación en otro lugar, algunos metros al sur, coincidente con las instalaciones de Mall Center Curicó, quienes estarían dispuestos a “aportar al desarrollo de la ciudad” con su financiamiento.

Esto es un absurdo. Estoy completamente en desacuerdo y diré por qué  en las siguientes líneas. El primer argumento y esencial se relaciona con nuestros acuerdos, nuestros compromisos públicos de desarrollo y como los llevamos a cabo.

Eje turístico
Curicó fijo hace años una “estrategia turística” —si, quizá es mucho nombre— que tiene como uno de los puntos de entrada a la estación. Esta ruta turística, comenzaba en la actual estación de trenes, culminando este trayecto en el Cerro Condell, lo que orientó durante años los esfuerzos, ideas y recursos para mejorar en infraestructura y servicios a este eje. Sin ir más lejos el propio Cerro Condell con la idea del teleférico es parte de ese concepto, siendo una de las tantas inversiones realizadas. El punto fundamental aquí no es necesariamente la millonaria inversión que hay detrás de todo lo que se planifico y se llevó a la realidad, sino la capacidad de desarrollar una ciudad bajo acuerdos consistentes en el tiempo y no cambiantes ante la aparición de otro impulso o de un mejor lobbysta que cambie los planes públicos a su conveniencia particular.

De acuerdo, las condiciones han cambiado, pero en vista del mismo cambio —terremoto— aportar al desarrollo de iniciativas comerciales que sufrieron sus consecuencias, particularmente en el centro de la ciudad, me parece más importante que hacerle el juego a un único centro comercial.

El interés de Mall Curicó
Es totalmente comprensible y válido el interés privado del centro comercial por tener este tipo de estación conectada directamente en sus instalaciones, sabiendo que uno de los puntos importantes para cualquier mall es tener un flujo de publico ojalá permanente, lo que desde luego abre sin mucha vuelta ni teoría conspirativa, un jugoso lobby por hacer este proyecto una realidad. Esta no es ni será la primera acción que realice el centro comercial por aumentar ese flujo de personas. Imagino que no se han creído eso de cultura, deportes y auspicios por el mero fin buena ondi. La idea es llevar gente y está bien, es parte de su negocio privado.

Por cierto, nadie desconoce el aporte en cuanto a trabajos que ha logrado este centro comercial. Este punto no está en discusión, pero llamo también a no olvidar que poner el mall significó optar hace algunos años entre educación versus trabajo. Los terrenos del Regimiento pudieron haber albergado en su momento instalaciones que reflejaran el real interés de la ciudad por una mejor educación, pero bien, eligieron un centro comercial y ahora hay que asumir ese “costo de oportunidad”.

Urbanismo inconsistente
Varios son los argumentos que se esgrimen para realizar este cambio. Me parece sorprendente que los mismos que enarbolan la liga del urbanismo y desatochamientos, no se den cuenta que al igual que la cárcel, el aeródromo, el cementerio —por plata en su momento hasta exhumaremos nuestros muertos para construir— el mall es un atochamiento en si mismo que bajo esa lógica argumental, deberemos erradicar también. El regimiento en su momento ya era un tapón y la línea del tren su extensión.

¿Qué hacemos ahora que nos pisamos la cola, argumentalmente hablando?, ¿estamos dispuestos a sacar ese mall de ahí y ponerlo fuera de la ciudad como sí lo hicieron ciudades que caerían en la definición de “más desarrolladas” que Curicó?.

La falacia de los tacos
Otro argumento que se expone es que el cambio de estación  desatochará los tacos del centro, como he leído en los comentarios que han aparecido en el blog de PRES Curicó. Pensar que el cambio de lugar de la estación, dentro de la ciudad, logrará desatochar el centro es un absurdo, dado que el mismo tren continuará pasando por el medio de la ciudad, ocasionando las mismas bajas de barrera que mantendrán los tacos del centro. En el mall o fuera de el, mientras la estación de trenes siga ahí, seguirá pasando. La opción de fondo, al igual que para el terminal de buses, es el traslado fuera de la ciudad de ambos servicios.

No se aborda en su mérito las precarias armas para abordar el problema vial que mantiene Curicó. Los problemas ocasionados por el paso del tren son parte de un conjunto de problemas que no se han enfrentado desde la técnica y creatividad y que llevan años ahí.

EFE atento
Para EFE, siguiendo la lógica economicista —muy de moda por cierto- la opción simple es dejar todo en manos de un externo que ponga los recursos. La opción del flojo sería en este caso la indicada, ahora bien, roguemos que el juicio de Empresa de Ferrocarriles DEL ESTADO sea consistente. Esperemos que el flamante director de Terrasur y ex diputado, defienda una postura más enfocada en el desarrollo integral como ciudad y no un negocio de privados que por cierto, lleva las ganancias a un Santiago que hasta el momento no dice mucho.

Las inmobiliarias despiertas
Es interesante ver como se han ido moviendo las fuerzas en este ajedrez. Mover la estación de trenes, del mismo modo que lo sería mover el aeródromo, la cárcel o como hasta hace poco persistían en hacerlo con el hospital, abrirá la puerta a la venta de suculentos terrenos céntricos los que, incluso sin ir más lejos, ya deben tener precio en el mercado. Teniendo esto en mente, si usted, ilustrado lector, fuese dueño de una empresa inmobiliaria, ¿qué haría?. Y si además de ser dueño de una inmobiliaria, tuviese la potencia, digamos a nivel incluso de alta autoridad regional, ¿influiría?.

Reitero, este post no evitará el lobby del Mall, el de las inmobiliarias y los cachenchos que siempre sacan la tajada, simplemente pretende exponer algunas de las cartas que siempre se suelen dejar bajo la mesa para el mejor momento y los argumentos falaces con los que se pretende concretar un buen negocio privado. También para llamar a la atención de que si bien se valoran las fuentes de trabajo que ha traído la instalación del mall —directos e indirectos— se debe mantener la cordura, pese a la alta inversión publicitaria, como para no terminar rebautizando la ciudad de Curicó como Mall Curicó.

Somos mucho más que un mall.

¿o no?

Publicado en Maulee.cl

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