Tercer año. Como supondríamos, esto no avanza como se querría. A pesar de que las obras públicas ya antes de llegar al año 2 fanfarroneaban con cifras cercanas al 100% de recuperación de la infraestructura pública, parece que algo falta. Quizá como en las leyes naturales de compensación, la naturaleza sólo nos da parte de un pasado que fue y no volverá. Chile requiere más que una estrategia comunicacional definida desde Santiago pensando en el lector de Santiago, por más que se vengan elecciones y que la capital concentre la mayoría de los votantes.
Como conté en el primer post, el terremoto me tocó cercano. A pesar de no tener que haber pasado inviernos bajo la lluvia de una mediagua o vivir en carpa, los recuerdos de mis dos casas en donde viví mis primeros años quedaron bajo retroescavadoras que, lamentablemente, hicieron bien la pega. Duele ver el pasado en el suelo, pero más duele un futuro de menosprecio centralista y permanente subestimación. Pero si he usado una carpa y puedo imaginar lo que significa vivir como familia en tal precariedad. Por cierto, sin usar una carpa la idea se vuelve lejana.
¿Justicia y control?
A pesar de alcanzar el año 3 desde esta tragedia, en lo reciente se ha dado un acercamiento a posibles responsables ante la justicia, en base a una evaluación de a lo más un par de horas. ¿Es suficiente saber quien dió o no una alerta?. Analizar por ejemplo, por qué no muere ningún efectivo militar en terreno de terremoto y únicamente civiles ¿importa?. Si “invertimos” miles de millones en tecnología y personas que nos dan seguridad militar, debemos cuestionarnos que ante un corte de caminos no se pueda acceder a medios aéreos, es decir, ¿importa?. Si se intenta buscar responsables me parece que en este caso debiese al menos hacerse el intento de lograr un trabajo realmente profesional y a fondo, más allá de alimento para candidaturas futuras.
Por otra parte, y como Chile es Chile, Contraloría también hace lo suyo, inspeccionando con reglas de tiempos de normalidad, en tiempos de mayor normalidad a aquellos tiempos de emergencia. Sería interesante ver cómo se aplica una licitación para el servicio de retroescavadoras mientras las murallas cuelgan poniendo en peligro a los transeúntes, por ejemplo o bien las propias carpas compradas a la rápida. Tal como el sabio lector notará, Contraloría se ubica en Santiago ergo no tuvo idea y por lo mismo seguirá basando su accionar sin mediar un análisis reflexivo y de contexto. Me hace recordar como las concesionarias de caminos siguen cobrando peajes incluso a bomberos camino a emergencias.
El problema interpretativo del Estado
El Estado no es sólo el Estado como gran maquinaria no-pensante basada en el peso de la noche. Esto es más Robotech que Transformers, en cuanto a que no hay un monstruo gigante que se mueva lento, con carácter decimonónico y decisiones sin firma: son personas funcionando, tomando decisiones, gestionando con otras personas. La venta de un mostruo desalmado al más puro estilo Transformers no corre. En este marco, la velocidad también depende de personas, articulación, coordinación y no sólo de plazos burocráticos. Tres años, en este marco, ha sido tiempo razonable como para demostrar excelencia, efectividad y potencia en la gestión. Tres años ha sido suficiente y a pesar de lo que el lector lea como un ataque, pido amplitud en cuanto a que, en mi interpretación, posiblemente el manejo de procedimiento pudiese dar mayor velocidad en caso de que quienes hubiesen guiado la faena, hubiesen sido los mismos resultados. Nuestra honorable casta política endogámica y eterna se acostumbró a pensar Chile en el corto plazo, al el flash, la cuña, el tuit, el doble clic, la foto, la encuesta, tanto como para que un proyecto de esta especie, algo tan demoroso y figurativamente ambiguo como una casa sea dificil de concebir.
Y a pesar de todo, se reconstruye
Chile se levanta y lo ha hecho desde el primer día. El sector público ha metido mano, pero sin duda de no ser por el propio ánimo, empuje y perseverancia de las propias familias, el panorama sería bien distinto. Más allá de los otros esfuerzos personales de los acaudalados locales que en cada una de las comunidades se puso a hacer la América comprando terrenos céntricos a precio de huevo, las familias de a pie con foco en recuperar lo perdido han logrado mejorar en lo que han podido. A pesar de esto siguen existiendo aldeas, allegados, deserción, migración que completan también su tercer año. Y tres años pueden ser una vida.
La medida de lo posible se acabó
Llegando el tercer año la lógica veo que también ha cambiado. Ya no solo hay angustia y premura. De las lógicas de la medida de lo posible estrenadas en los 90 y entrenadas con esmero aun intentando mostrarnos como jaguares económicos hasta los albores del 2000, hemos llegado a un punto en que compramos mejor de lo que votamos. Por que esos mismos ciudadanos forzosamente aquietados, fueron reentrenados para ser consumidores y en tal posición, reentrenados en ser exigentes desde lógicas de mercado. Ya no es solo Maule o el histórico grito penquista, ahora se suman Arica, Punta Arenas, Aysén y posiblemente el clamor no se ahogue. Hoy ya no son sólo chilenos, son consumidores chilenos que también exigen al Estado con lógicas de mercado ante la ciudadanía adormecida. “¿Me entregas una casa a medias y quieres que mantenga el silencio?”, “¿hago lo que me pides y no tengo garantía de respuesta satisfactoria?”. Muchos desde luego no esperaron nada, otros, en el camino guardaron las expectativas para hacerlas carne en base a su propio esfuerzo personal.
Usted tambien es responsable
Se han reinventado, en medio de escombros sacaron botes, pusieron un par de mesas y se pusieron a cocinar, a vender, a lo que fuese, intentando recuperar un pasado. Peor aun en zonas que parecían perfilarse como turísticas a pesar de los esfuerzos inorgánicos que aun persisten a ciegas. Viaje, visite, coma, gaste y colabore si es que puede hacerlo. Ver las noticias y conmoverse no es suficiente: nunca lo ha sido. Vea por si mismo y no espere a que le muestren lo que quieren que usted vea. Fórmese su propia opinión y de paso ayude también a lograr la reconstrucción. Adoptar un terremoteado y sumar un allegado a la cuenta, tampoco es suficiente.
Ya son tres años, ¿vamos por el cuarto?.
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