Es posible que el tema esté un poco añejo, pero vale la pena tenerlo en cuenta. Añejo por que de los blogs se ha desplazado el foco a los microblogs, de la pintura a la fotografía quizá. Bueno, el caso es que este extracto levantado por Sonia Blanco desde la discusión en torno a ScienceBlogs por el ingreso de un blog pagado de Pepsi en una esfera de vecinos de blogs de divulgación científica sin pago, muestra una noción clave que, si bien discusión antigua, se mantiene en el tiempo.
Un periodista escribe para comer; un blogger escribe por amor al arte. Todas las demás diferencias derivan de ésta, que es la esencial. Sobre qué se escribe, cómo se escribe, para qué se escribe, cada cuánto se escribe, con qué palabras se escribe; todo se deriva de esa definición básica, radical. Se puede ser periodista trabajando en un blog, si la intención es comer de ese trabajo. Se puede ser blogger escribiendo en un periódico, si uno no se gana la vida con ello. El cambio fundamental en perspectiva desciende de la decisión inicial: escribo para comer de lo que escribo, o escribo para decir lo que me da la real gana y que le den a las consecuencias porque yo ya me gano la vida con otra cosa.
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