“(…) la seriedad con que algunos se toman sus aparentes aspiraciones presidenciales refleja lo desacreditada que está hoy la política. Si los políticos se las dan de showmen, por qué no escoger de presidente entonces a un payaso de verdad.
Cuando cree que los médicos no saben curar enfermedades, la gente termina visitando a un chamán. La irrupción de Farkas es síntoma de la crisis profunda de nuestra elite política. Mucho más que incrédulas sonrisas, sus aspiraciones presidenciales debieran ser una clara advertencia de las turbulencias que se aproximan en la ruta de la democracia chilena.”
Pato Navia, Farkas for President.
Por cierto, punto aparte es ver como cientos de ávidos de dinero más que mostrar su necesidad económica, demuestran su escacez de dignidad.
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UN HOMBRE RICO
Cuando era chico, recuerdo que un amigo de mi padre, Bernie, era un
próspero mayorista de fruta y verduras, y todos los veranos, cuando
llegaban las primeras sandías, Bernie nos llamaba. Papá y yo íbamos al
depósito de Bernie ubicado junto a la playa, y nos sentábamos en el borde
del muelle, con los pies colgando. Bernie traía su machete, abría nuestra
primera sandía, nos alcanzaba a ambos un gran pedazo y se sentaba junto a
nosotros. Entonces enterrábamos la cara en la sandía, comíamos sólo el
corazón -la parte más roja, jugosa, firme, y libre de semillas- y tirábamos
el resto.
Bernie era lo que mi padre consideraba un hombre rico. Siempre pensé que
se debía a que era un hombre de negocios de mucho éxito. Años después, me
di cuenta de que aquello que mi padre admiraba en la riqueza de Bernie
era que éste sabía cuándo dejar de trabajar, reunirse con amigos y comer
sólo el corazón de la sandía.
Lo que aprendí de Bernie, es que ser rico es un estado de ánimo. Algunos
de nosotros, al margen de cuánto dinero tengamos, nunca seremos lo bastante
libres como para comer sólo el corazón de la sandía. Otros son ricos sin
tener más que un cheque de su salario por delante. Si uno no se toma el
tiempo para dejar que los pies cuelguen sobre el muelle y disfrutar de los
pequeños placeres, su carrera probablemente será abrumadora.
Durante muchos años, me olvidé de esa lección que aprendí de chico en el
muelle de carga. Estaba demasiado ocupado haciendo todo el dinero que
podía. Bueno, la volví a aprender. Tengo tiempo para alegrarme con los
éxitos de los demás y para disfrutar del día. Ése es el corazón de la
sandía. He aprendido a arrojar el resto. ¡Por fin soy un hombre rico!
Harvey Mackay
¿QUÉ ES RIQUEZA?
A dos grupos de personas se les hizo la siguiente pregunta: ¿Qué es
riqueza?
El grupo número 1 contestó de la siguiente manera:
Arquitecto:
– Tener proyectos que me permitan ganar mucho dinero.
Ingeniero:
– Desarrollar sistemas que sean útiles y muy bien pagados.
Abogado:
– Tener muchos casos que dejen buenas ganancias y tener un BMW.
Médico:
– Tener muchos pacientes y poder comprar una casa grande y bonita.
Gerente:
– Tener la empresa en niveles de ganancia altos y crecientes.
Atleta:
– Ganar fama y reconocimiento mundial, para estar bien pagado.
El grupo número 2 contestó lo siguiente:
Preso de por vida:
– Caminar libre por las calles.
Ciego:
– Ver la luz del sol y a la gente que quiero.
Sordo:
– Escuchar el sonido del viento y cuando me hablan.
Mudo:
– Poder decir a las personas cuánto las amo.
Inválido:
– Correr en una mañana soleada.
Persona con una enfermedad terminal:
– Poder vivir un día más.
Huérfano:
– Poder tener a mi mamá, mi papá, mis hermanos, y mi familia.
‘No midas tu riqueza por el dinero que tienes, mide tu riqueza
por aquellas cosas que no cambiarías por dinero’.