El caso del queso

Cuando te ofrecen una oferta tentadora la primera reacción es de desconfianza, recelo y precaución, pero como poder responder ante un éxito asegurado?, según tengo entendido -la familia de un amigo está entre las afectadas- en algún momento el negocio de los quesos mágicos dio ganancias a quienes tomaron la opción de fabricarlos o entrar a invertir.

Quesos mágicos

El caso del queso nos muestra como se puede fomentar la ilusión de muchos por obtener los objetivos de forma rápida, sin esfuerzos gigantes o gran tiempo de por medio. La vorágine lo exige. Recuerdo el chisque aquel, en donde le preguntan a un alumno:

Profe: “rápido Juanito: 15 x 20”
Juanito: “34532 profe!”
P: “pero cómo Juanito!!!
J: “pero profe, pidió rápidez o exactitud??”

Agrégenle un plop al final del chiste por que es bien fome. El punto es que dentro del esquema actual, suele verse como nerd, ñoño, tonto o inocentón -palabra de abuelita- a quien trata de esforzarse por llevar a cabo algo, obviamente como reflejo del exitismo e instantaneidad. Lo lamentable es que en ese punto, en el de lograr todo rápido y fácil es cuando comenzamos a perder la calidad o excelencia que algún día pudimos pensar en lograr, o lo que puede ser peor, perder la voluntad.

Quiero quedarme con la enseñanza de que algún dia todos los esfuerzos por cumplir nuestros objetivos, serán recompensados…

Saludos!

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