Cobrar por escuchar

Mis bisabuelos no supieron qué era ir al psicólogo; no creo que haya existido un terapeuta familiar que les hubiera “facilitado” la resolución de un eventual desacuerdo.

psico

Nunca he ido al psicólogo o al psiquiatra. Cercanía tuve con una. Puede que el estudio y largos años de análisis del humano vaya generando gran cantidad de papers que puedan entregar, aparte de suculentos ingresos por tratamientos, una aproximación a soluciones a los problemas personales o de convivencia. Sin embargo, creo que el Chile actual y la proliferación de profesionales del escuchar reflejan eso: no nos escuchamos.

Cuando amigos me cuentan sus experiencias con psicólogos, tiendo a preguntar ¿oye, pero eso pudo hablarlo un amigo contigo? Y claro, me explican que detrás hay algo así como una mayéutica. ¿Y si realmente no solucionan nada?. Sigo pensando en que el comportamiento que asumen es el de un amigo mezclado con lectura en frío, o sea, llegamos al nivel de “cancelar” para que alguien nos escuche. O mejor dicho, de forma absurda, pensando en que alguien desde nuestros zapatos y luego de “cancelar”, tendrá la solución a nuestros problemas y aflicciones. En el caso de los terapeutas familiares u orientadores, creo que son sobre valorados, ya que si no se transforma en algún talk show legislativo, se le entrega el poder de sanación mágica a quien “sabe más”. Con lo de orientador me acordé de mi des-orientadora. La señora Nora, que ante mis dudas no tenia mejor solución que aplicarme un test”¦ por cierto, no fue ella la que decidió que estudiara ingeniería. Que decir de los adivinos, el Principe Faruk y otros tantos que, teniendo en cuenta los problemas tipicos (salud, dinero, amor, trabajo) no dudan en absorver el a veces escaso presupuesto de mentes ilusionadas con encontrar una salida…

Escuchando

Escuchar lo que se quiere escuchar. Pagar por escuchar. Quizá el problema no esté en la cabeza de Chile, sino en los extremos: las orejas. Es sorprendente a veces que, a pesar de tener el doble de orejas, lo que usemos preferentemente sea nuestra boca y con lo mismo vamos perdiendo poco a poco la audición, y vamos dejando de lado amigos, familia y en el punto mas central, a nosotros mismos. Por imponer tal o cual posición terminamos de escucharnos. Y pasa a ser un problema. La exclusión implica el no escuchar a tal o cual grupo, y con eso fomentamos indirectamente a los ‘neo caca’ o los ‘anti neo caca’. La delincuencia, la pobreza, los problemas en salud o educación también son abordables desde esa perspectiva. La falla viene intrínseca en la especie.

Atisbando

Y tu, ¿estás escuchando (te)?

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