Tengo sentimientos encontrados con Santiago. Capital, como la pena. Va mas allá del alegato constante por una regionalización verdadera y descentralizada, tanto en recursos como en conversaciones. Hay algo en el ambiente de Santiago que no me calza. La gente va sin ver, sin pensar, sin importar. La vorágine envolvente ciega y divide entre aptos y no aptos, y es darwinísticamente drástica.
Hace mucho que no me pasaba. De la vez anterior que visité la ciudad metropolitana, la capital de un país del mundo”¦ Cruzando calles veía una y otra vez como aquellas personas tenían en su mente solo una luz verde.
La paradoja de las aglomeraciones unidas ““ divididas. Tal como robots ambientando una ciudad, el cumplir es mas importante que el pensar”¦
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Últimamente casi todos mis amigos dicen que están llenos de pega, que tienen tanto trabajo que no alcanzan a hacerlo. Otros me cuentan que por fin les sacaron un poco de pega, pero que siguen a full.
Esto coincide con algo que escuché en la radio donde decían que al estar mejor la economía, las empresas estaban trabajando más, hasta el punto que el pago de las horas extras se hacía poco rentable y se debía contratar más gente. Sería una de las causas de la baja en el desempleo y el aumento en la oferta de puestos de trabajo.
Posiblemente estos factores, sumados a los problemas como el transporte público y las pocas horas de descanso de los santiaguinos, sean causa de este clima que notaste en tu último viaje a la capital.
Todo es mecánica o no…. ?? no es un problema de Santi”asco” solamente!!!
saludos wachis!! chau
La gente ve lo que quiere ver.
Saludos.
Dios esta en todas partes, pero sigue atendiendo en Santiago…