Un angustiante Día del Patrimonio en Curicó

Otro día del patrimonio acaba. Un día que en Curicó tuvo cierto grado de interés en el entendido que la ciudad cuenta con un patrimonio tangible e intangible que está en permanente espera por ser (re)descubierto. Es cierto, en un país de 200 años, altamente centralizado y bajamente apropiado de su propio patrimonio, es importante que cobre interés eso que nos une, nos cohesiona y da significación, en este caso, como ciudad.

Pero al igual que el día de la madre, del padre, del amor y otros tantos, un día no es suficiente, salvo que sea sólo eso, un saludo a la bandera. Por sus acciones los conocerán y, en este caso, por su inacción también será una forma de conocer e interpretar algunos intereses. Profundizaré en esto en un par de líneas más.

Dando sentido a hitos de la Curicó
Como ya está siendo tradicional, los voluntarios de Curicopedia sembraron en algunos de los hitos del patrimonio físico, señales que dirigen a su artículo en la enciclopedia local por medio de códigos QR. Esta especie de hacking patrimonial, ya lleva 4 años intentando dar sentido y poner en valor las obras que el día a día invisibiliza y que como símbolos de una época, esperan a ser leídas.

Detrás está la premisa de que no existirá preocupación por algo que no se sabe que existe. Esta iniciativa tiene como objetivo sacar del espacio de lo invisible ese patrimonio material y también inmaterial.

Angustiante recorrido

El equipo de Grupo Temporal organizó un recorrido por edificaciones que develan parte de un pasado, glorioso a ratos, precario en otros, pero que están ahí, como decía antes, esperando a ser leídos. Y el grupo nos condujo a los asistentes a través de este pasado, intermediando un significado desde la arquitectura como es obvio pero también desde el contexto, vale decir, desde las circunstancias históricas que dieron vida a algunas de las obras visitadas.

El itinerario incluyó la Plaza de Armas, el Club de la Unión, Iglesia Matriz y su vecindad, el Teatro, el Mercado Municipal y su vecindad, el Cuerpo de Bomberos y algunas edificaciones intermedias del trayecto, para finalizar en el Quiosco de la Plaza de Armas, Municipalidad y Gobernación. Por cada paso que dábamos íbamos cayendo en lo que había y lo que hubo –por causas de la naturaleza y otros intereses más humanos- y la potencial pérdida a la que está expuesto este patrimonio. Cabe tener en cuenta que este es patrimonio visible y físico, vale decir, qué podríamos esperar de ese otro patrimonio no visible y más asociado a la cultura, naturaleza e intangibles.

Al finalizar este recorrido, además de agradecer el trabajo que realizó esta organización expuse lo angustiante que es ver que todo esto está a un paso de perderse. Con solo dar una vuelta por el centro es evidente la pérdida de sentido y, peor aún, de interés por proteger lo que queda, por quienes esperaríamos que pudieran protegerlo, vale decir, por la autoridad encargada de la ciudad, que entendemos que es el Municipio por una parte y el Concejo Municipal por otra. Chicos, ocultar los cables es la punta del iceberg de una inacción evidente.

Existen esfuerzos por hacer emerger este patrimonio –el recorrido es parte de esto- pero si quienes reciben un salario por preocuparse de la ciudad no sintonizan con esto, malamente quedará algo. Las distintas organizaciones ciudadanas no pueden dictar ordenanzas o hacerlas cumplir, por lo que la amenaza está latente y, quizá, al igual que en el caso del Hospital, el camino sea de reacción y gatillado desde la propia movilización ciudadana. El próximo hito sería el propio Teatro, que perteneciendo a privados, podría tener un futuro como el de tantos que han optado por una demolición.

Creo que los que asistimos, quedamos motivados pero a la vez con una angustia galopante. Por cierto, ningún integrante del Concejo asistió, quizá eso de las 10:00 AM fue una barrera de entrada.

Vea algunas fotos del recorrido aquí.

Municipio y patrimonio
De alguna forma es entendible que el municipio propenda actividades masivas, con interés incluso en algo que podríamos asociar a “rating”. Una serie de actividades se realizaron también incluyendo una mateada, coros, representaciones y favorablemente incluyendo también a la última victoria que nos queda. Un punto a destacar es el potencial que tiene el Cementerio Municipal, que cuenta su propia historia pero que quizá por el día a día se mantiene oculta. Los cementerios reflejan también la ciudad, en este caso, la ciudad de los muertos pero que van creando los vivos. Bien por la preocupación.

Si bien autónoma, la Corporación Cultural de Curicó, debería de gatillar la tensión necesaria ante el Municipio en cuanto a todo lo relativo a proteger el patrimonio. Pero mientras el presupuesto se vaya a pagar artistas efímeros de noches de Vendimia, poco lograremos. Es cierto, se ha ido potenciando más y más un rol generador de eventos, buscador de ese “rating”, descuidando quehaceres centrales que esperaríamos de una Corporación Cultural formada al alero de la Corporación Municipal. Comer y mascar chicle.

Vuelvo a la idea anterior, sin un interés desde las instituciones asociadas a la protección del patrimonio de velar por él, tendrá que ser la propia ciudadanía la que deba aparecer. Si bien la historia cambia y el futuro siempre es modificable, ver las decisiones que se han tomado conscientemente en el pasado–optar por un Mall versus un Colegio, vista gorda histórica ante reglamentación explícita urbana, interés particular versus colectivo, aceptación de obras a medias, etc.- permite tener un nivel de esperanza bajo acerca de lo que se viene. La irrupción de organizaciones desde la propia ciudadanía y la presión a través de ellas tendrá que intentar mejorar ese nivel de esperanza, nuevamente.

Por ahí leía que en una época de globalización como la que vivimos, el sentido crítico debe protegerse también.

Mención destacada
Más allá de la alegría de ver cómo nuevas organizaciones florecen en el cuidado del patrimonio (estructural, documental e incluso ecológico), quepa la mención especial para el Cuerpo de Bomberos, que de forma voluntaria y sin mediar petición, abren sus puertas a la comunidad exponiendo también su propio caminar que está indefectiblemente unido a la ciudad. La historia de su institución a nivel local se entrelaza con la de la ciudad. Notable esfuerzo que conocimos a través de don Samuel y un completo equipo que le acompaña en este esfuerzo por mostrar su propio patrimonio institucional local.

Por motivos de tiempo no logramos visitar una exposición de objetos en la que además entiendo que participaría la comunidad de Fotos Antiguas de Curicó, siempre importante en la recopilación gráfica y documentación de ese pasado desde los primeros días del blanco y negro y que ya debería ir pensando en una exposición permanente.

La esperanza ciega, pero esperanza al fin
Tanto integrantes del Concejo Municipal como del propio Consejo Regional –ojo, el problema de pérdida no es sólo de Curicó- han podido visitar a costa de financiamiento público, ciudades que son referentes mundiales del patrimonio y de su resguardo. No conocemos todavía alguna obra, algún fruto que pueda hacernos pensar que esos viajes sirvieron de algo más que de una entretenida experiencia turística individual.

Espero sinceramente que luego de este día, puedan inspirarse en esas millas ganadas y lugares visitados como para, por un momento, preocuparse del escaso patrimonio que nos queda y ponerse los pantalones hacer cumplir la reglamentación vigente. Que les den ganas de generar -ok, aunque sea copiar- nuevas ordenanzas ya pasaría del espacio de las esperanzas al de los sueños.

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