Asumiéndonos como ciudad ciclista

Hace un par de años causó extrañeza que a poco tiempo de instalados, se eliminaran los tachones de Merced, lo que aparecía como un nuevo impulso al desarrollo ciclista curicano, llevando las rutas ciclistas al interior del dámero central. En efecto, al poco tiempo fueron retirados ya que la congestión que gatilló los hacía insostenibles. Hoy, con sorpresa vemos que lo mismo sucedió con los tachones de calle Sargento Aldea, que hacían proyectar la ruta desde Rauco y Tutuquén al centro. Esta ruta también fue eliminada.

No obstante, seguimos intentando levantantar el indicador de cantidad de metros de ciclovía como uno de nuestros orgullos, aunque, de las últimas obras de conectividad vial, vemos que no necesariamente está asumido por quienes planifican y construyen. Las últimas rutas y conjuntos habitacionales no están incluyendo infraestructura que parece obvia para una ciudad que dice ser ciudad ciclista. Ni por vías ni por los siempre necesarios bicicleteros, señalética de esquina o planes de cuidado al ciclista.

Cabe hacer notar el incremento de esas bicicletas con motor que llamamos motocicletas en el tráfico diario. Además de la baja en el precio y facilidad de acceso vía crédito a una moto, esta opción intenta evadir un insostenible tráfico vehicular. Todos quieren tener un auto, pero las ciudades pensadas para peatones y carretas sin mayor adaptación que encementar la superficie no responderán a tal anhelo y la moto, esa bicicleta con anabólicos parece ser una posible respuesta. Si creyésemos realmente eso que decimos, de ser una ciudad ciclista, ni siquiera estaríamos hablando de esto y la opción por defecto debería ser la bicicleta.

Ojalá a futuro se considere en cada construcción la posibilidad de demostrar, en los hechos, que desde la autoridad también se asume que Curicó es la ciudad ciclista de Chile.

Columna publicada en Diario La Prensa de Curicó,
Martes 6 de enero de 2015, P.15.

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