Por qué estudiar Ingeniería Civil en Computación

Hace algunos días me enfrentaron a la pregunta de «por qué estudiar Ingeniería Civil en Computación», como me lo preguntaba la universidad de la cual me titulé en pregrado, la pregunta completa era «por qué estudiar Ingeniería Civil en Computación en la Universidad de Talca». Este es parte del resultado:

Entiendo que al ser sólo una híper-síntesis no quedaba tiempo para ir a los detalles, lo que me motiva a compartir la otra parte. Como la razón le sigue a la voluntad, la pregunta también me invitó a seguir pensando qué hago aquí, lo que intentaré mostrar tanto desde mis vivencias como del entorno esta decisión.

Los inicios
Como muchos de mis compañeros, desarmé cada auto que tuve. Si tenían pilas y motor mejor todavía. Mirando hacia atrás había cierta obsesión por entender cómo funcionaba lo que llegaba a mis manos. Perdí un patrimonio enorme de juguetes y casi pierdo un dedo intentando desarmar un motor. Desde ahí pasé por ver cada programa de supuesta ciencia y tecnología que había en la magra parrilla ochentera regional -si, “el trece” y “el siete”- inclusive creí en el Cometa Halley. Obviamente no me perdí capítulo de The A-Team y MacGyver. Ya más grande vería todos los Beyond 2000 imaginables. Desde pequeño tuve ese interés por ver qué había y qué vendría luego.

Con los “computadores”, más allá de un Atari 800 XL y algo de Basic no hubo mayor acercamiento. Tampoco fui brillante en matemáticas, pero las primeras intuiciones para estudiar en la universidad fueron por el lado de la ingeniería. Entendiendo que hay más de 13.000 carreras posibles, algo de claridad tenía. Eso fue como a los 13 ó 14.

Ya en secundaria tuve algo más de cercanía con ofimática y algo de hardware, pero fue en 3° y 4° medio que me decidí por Computación o Informática. No recuerdo bien el origen, pero comenzamos a mirar por detrás de webs con Francisco Reyes y Gabriel Berner mientras estábamos en el Liceo Luis Cruz Martínez. Obviamente a punta de Bloc de Notas. De forma casi natural nos asignaron montar el sitio del colegio, lo que pasaría a ser el primer sitio de un colegio levantado por estudiantes a fines del siglo pasado. Si hasta conferencia de prensa, torta y nota en el Diario Familiar™ hubo!. Esto fue fortaleciendo la decisión posterior o aclarando la línea por la que quería ir.

Entrando
Luego de un costalazo académico con deserción incluida -esto da para post completo- cuan Ave Fénix ingresé a Ingeniería Civil en Computación en la Universidad de Talca como primer seleccionado, lo que como sabemos, asegura nada. Ya tenía varios de mis mejores amigos en el Campus Curicó y además durante 4to medio había podido estar en alguna visita de promoción. También estuve en una especie de propedéutico comandado por Sergio Yáñez finalizando la media, por lo que algo de cercanía tenía con la U.

Además, la carrera a la que llegué, basaba su plan en gran medida en la arquitectura de la carrera homóloga de la Universidad de Chile gracias a la mano  Juan Álvarez, que fue también una razón para la elección. Por cierto, está en Curicó, en un campus que se ve a si mismo como un centro tecnológico en formación.

Mirando y comparando con perspectiva, la acreditación de la carrera por 6 años -no pasar por alto- y los académicos actuales, dan ganas de volver a entrar nuevamente. Por cierto, cuando ingresé usualmente la universidad como tal usualmente estaba entre el 7° y 8° lugar en rankings y ahora no se aleja del 4°, lo que es mérito para tener sólo 32 años y estar en regiones.

¿Y qué hace un ingeniero civil en computación?
Esta es una de las preguntas intensas. Lo primero, es aprender a pensar como Ingeniero civil, para esto existen los clásicos Calculos, Álgebras, Físicas, Estadísticas,… en todas formas y colores. En paralelo se va entrenando el pensamiento algorítmico en asignaturas que se van intensificando en el tiempo. Datos, sistemas, interconectividad, requerimientos, diseño y desde luego programación aparecerán para ir expandiendo la propia visión de lo posible que vamos adquiriendo en el camino. Por si fui demasiado ambiguo, un Ingeniero Civil en Computación podría:

  • Entender la necesidad de un cliente para resolver un problema. Cuando hablo de cliente, me refiero desde particulares, empresas, municipios, gobierno, ONGs, etc. Si bien esto abarca mucho, podría desglosarse casi al infinito.
  • Desarrollar aplicaciones que pueden terminar funcionando en casi cualquier parte imaginable. Me refiero a desde un teléfono (aplicaciones móviles) hasta un refrigerador (sistemas embebidos) pasando por computadores, automóviles, aeropuertos, aviones, semáforos, la tablet de un gerente o del presidente, etc.
  • Mejorar performance de sistemas ya realizados. Es posible mejorar por ejemplo el rendimiento de aplicaciones que por mal diseño o peor implementación no son lo que el cliente espera.
  • Mover la frontera del conocimiento a través de la ciencia de la computación. Es posible tomar el camino científico/académico y generar avances desde la academia a través de la investigación y posterior transferencia tecnológica.
  • Además, dependiendo del interés del estudiante o futuro profesional, pueden cargar la balanza no sólo hacia programación sino también a telemática y comunicaciones, datos e información, gestión, multimedia, robótica, automatización y un gran etcétera.

Cabe recordar sobre este punto que, también basado en el ser ingeniero, se definen márgenes de optimalidad al momento de buscar soluciones, ya que el objetivo no es sólo encontrar formas “ingeniosas” de resolver problemas, sino también de ajustarse a parámetros técnicos y racionales (presupuesto, tiempo, equipos, etc.). También cabe recordar la capacidad de poder analizar contextos y problemas de modo de definir soluciones tecnológicas apropiadas.

* * *

Ya he contado algunos de los puntos que gatillaron mi decisión en aquél entonces y he contado un poco acerca de qué hace un ingeniero civil en computación, pero me gustaría también mostrar parte de lo que tengo en mente cuando hablo acerca del futuro y el papel de los ingenieros en él.

Desafíos de frontera
Más allá de los problemas computacionalmente complejos o sin solución aún, cuando me refiero a la frontera lo hago teniendo en mente los desafíos que se han ido presentando en base al propio avance de la ciencia y que llaman a la ingeniería a resolverlos. Citaré un par de ejemplos para dejar más claro esta motivación.

Hacia el interior, la decodificación genética ha mostrado una permanente necesidad del rubro, algoritmia para procesar datos que durante años se vieron como un desafío sobre-humano. El punto actual, donde la decodificación ha bajado sustancialmente en los tiempos y costos, abre nuevas problemáticas como la detección de cadenas de texto que pueden evidenciar tendencias a enfermedades.

Mirando hacia afuera, los teras y teras de información que obtenemos desde el país ventana al universo, hacen emerger áreas como astro-computación que intentan apoyar nuestra permanente inquietud humana de conocer el cosmos. En la mitad, la gestión de ciudades basados intensamente en datos en lo que hemos llamado SmartCities, también sigue presentando un llamado a capturar, procesar y orientar en tiempo real decisiones de transporte, energía, emergencias, etc. apoyando la gestión urbana de un modo nunca antes visto. Esto, como casi todo en la vida, no se resolverá solo. Serán equipos interdisciplinarios los que tendrán que abordarlo, pero donde si o si la ingeniería civil en computación será un aporte clave.

Sociedad de la información y conocimiento
Quizá, llevándolo a algo más general, pueda ser más claro analizar desde la época en donde nos encontramos a los profesionales que podrán moldear futuros posibles.

Actualmente estamos adentrándonos en la sociedad de la información y conocimiento. No es casual que industrias como el porno y los juegos muevan miles de millones de dólares, o que la lista de millonarios de Forbes tenga año a año más millonarios del área. Noten que Google, Twitter o Facebook tienen una magnitud notablemente mayor en cuanto a impacto que un starmedia, geocities, altavista o virtualia con sus fanimanis. Inclusive los demás medios ya sin asco replican contenido desde la web basando casi programas completos en contenido de terceros. En la historia de la humanidad nunca habíamos visto algo así.

Definitivamente la ola no se detendrá. La web, las bajas barreras de acceso masivo, el software libre, el conocimiento abierto, la impresión 3D en casa, entre otros nos han llevado a cambios de paradigma que nos enfrentan a nuevas formas de plantearnos lo que actualmente conocemos como realidad y que desde luego traerá consigo más desafíos por resolver. Algo está pasando y querámoslo o no, seguirá pasando.

No se ustedes, pero yo querría estar ahí ;-)

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