Open Government y monitoreo chilensis

Ya en dos ocasiones he hablado acerca del monitoreo y las listas negras 2.0. También he hablado en algunas ocasiones acerca de la contextualización del open government en Chile y América Latina, no obstante me sigue preocupando lo vaporosos que pueden ser los primeros acercamientos y desde luego la indefensión en la que puede encontrarse la ciudadanía cuando la orgánica gubernamental mantiene aquel contrapeso desmedido.

Del dato a la acción
Para tomar acciones se requiere de información. Acciones por ejemplo referentes a políticas públicas requieren de datos de calidad que puedan utilizarse para generar información y, bajo supuestos de aplicabilidad, generar cruces que permitan llegar a tomar mejores decisiones en pro del bien general de la comunidad. Esto se ha hecho y se seguirá realizando, desde luego en base a datos tomados de diversas fuentes luego de procesamiento y validación de procesos como los propios censos, caracterización socioeconómica y otros que apoyan a esa toma de decisión.

La doble flecha no aplica únicamente a una escucha activa, sino también a abrir la puerta de las instituciones que validan su existencia (tienen razón de ser) en la propia comunidad y ciudadanía. Juzgados, municipios, seremías, gobernaciones, congreso y otros valdrían cero de no ser por la comunidad que les confiere sentido y a esto me refiero con la doble flecha, la de dentro hacia afuera a esa comunidad que entiende que el gobierno/estado NO TIENE ni todas las ideas ni todos los recursos para implementarlas. Escuchar no es suficiente, pero si es parte importante de la labor de quienes tienen la representación. Deseamos ser escuchados, pero distinto es cuando hay un gran anónimo detrás de la palabra Estado en alguno de sus brazos.

El gran anónimo
Por más que todos quienes opinemos y seamos trazados, tengamos nuestra identidad expuesta, esto no implicará en que enfrente tengamos al gran anónimo obteniendo la data sin tener conocimiento -como comunidad que le da sentido a las organizaciones que trazan- de cómo, quienes, cuando o para qué se utilizarán. De otro modo y ejemplificando en Punta Arenas, luego del conflicto, los ciudadanos que se manifestaron tendrán un acceso igualitario a los beneficios disponibles para cualquier región no movilizada? El gran anónimo utilizará la tecnología -en esencia neutra- para atentar unilateralmente contra ciudadanos como alguna vez lo haría IBM en el holocausto?

La novedad del año
Seamos sinceros, desde esta y campañas anteriores, en lo que se refiere a redes sociales y lo que ahora algunos interpretan como “tecnología”, hemos asistido a un gran re-cocido de copias mal hechas con mayor o menor éxito. La estrella brasilera, el gesto de Zapatero, los shots de cámaras, el cambio y otras “innovaciones” no han sido más que una copia de algunos inspirados en un obamismo medial más que un obamismo discursivo. En esta misma línea, y teniendo en mente a los copiones de siempre, cabe preguntarse acerca de cómo lo copiarán acá. Esta profunda inquietud seguirá dándome vueltas mientras no se subsane la enorme disparidad entre el acceso a información del aparato gubernamental versus la ciudadanía. En una suerte de “nosotros contra ellos”, vamos de perdices por todos lados.

Entonces me aparecen algunas preguntas obvias: ¿Quieres Open Government para abrir las puertas a los ciudadanos a participar? ¿Estás dispuesto a bajar la soberbia y co-gobernar con la ciudadanía?, ¿Piensas que dar poder no te restará poder y por el contrario te validará?, ¿Estás dispuesto a transparentar tu agenda pública, tu asistencia, tu salario público (real), o el de tus asignaciones y que actualmente usas a piacere?. ¿Estás dispuesto a invertir recursos para disponer tu propia información en un reservorio nacional de datos abiertos para que los ciudadanos, investigadores, estudiantes o quienquiera que sea pueda tomar esa información y que puedan explorar toda la potencialidad posible? ¿Estarás dispuesto a escuchar activamente desarrollando aplicaciones explícitas de mobile government para ciudadanos? ¿Quieres tener Open Government sin antes siquiera aprobar una iniciativa que permita a los ciudadanos proponer leyes?

O ¿Quieres Open Government para saber qué piensan de ti los ciudadanos?, ¿para poder trazarlos quizá?, ¿para poder ver con quiénes se reunen o qué planifican?, ¿o cómo quieren votar y así dar rienda suelta a tus propios fines personalistas? (con nuestro dinero)

Mientras aparecen las respuestas, esperaré la directiva chilena (A.K.A. “decreto presidencial”) de Open Government.

¿Pongámonos serios?

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