Mendigando en la capital

Hace algunos días el Alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett luego de desmanes ocasionados por alumnos y carabineros afirmó que “casi tuve que mendigar” 50 millones de pesos para reparar daños.  Posteriormente, aparecería hace unos días afirmando que las manifestaciones en donde hay daños afectan el alma de Chile, quejándose de paso nuevamente por el costo que significa para su municipio asumirlos. Igualmente ha aparecido en tv la alcaldesa subrogante de providencia con la misma cantaleta de los recursos y lo costoso de tener que asumir el pago de los desmanes.

Teniendo en mente de que la violencia nunca es buena, mata el alma y la envenena —parafraseando al chavo—, me parece que hay un pequeño punto que se pasa por alto al momento de dejar salir la primera lágrima frente a la cámara.

Vivir en Santiago, vivir en la capital.
Recuerdo cuando llego la AH1N1 a Chile. Todos esperando el momento en donde arribara desde el extranjero la enfermedad, aunque todos presentían en donde caería el primer contagiado. Ya estaba en Santiago por lo que me tocó ver la alerta que causó en muchos, aunque en el fondo distinguía que algo así era absolutamente posible, es más, además de posible, razonable. Una enfermedad, considerando el flujo aeroportuario, tenía una mayor probabilidad de llegar a SCL en Pudahuel, Región Metropolitana.

Entiendo que también cuando un terrorista planifique un atentado no tendrá en mente atacar a  Chanquiuque o Curepto. Entiendo también que cuando se planifique una movilización esta no se haga en Aysén. Santiago no es Chile, por más que se quiera intentar mostrar como que el transantiago es un problema de la inmensa mayoría de los chilenos a través de medios locales que tienen cobertura nacional, lo que les da pie para decirse medios nacionales.

Vivir en Santiago tiene ventajas pero desde luego tiene costos que se deben asumir y que imagino tiene presente cada individuo que habita esta ciudad. Esta es la capital de un país del mundo, más encima uno que ahora se jacta de ser OCDE y destacado a nivel latinoamericano, entonces, tales condiciones deben de ser asumidas, antes que todos, por quienes administran y voluntariamente han tomado la opción política de dirigirla.

Ingresos y egresos
Pero el llanto me conmovió. Preguntémonos entonces, ¿gastará mucho Santiago o Providencia?, obvio que sí!, ¿tendrá otros gastos que ciudades que no son capital? obvio también. Cuál es el problema entonces de asumir el costo de tener un país centralista siendo que por cada costo tiene un beneficio asociado?

Cuáles son las comunas que mayores ingresos comerciales tienen? Cuáles son las comunas que mayores patentes asignan? Cuáles son las comunas en donde la plusvalía es mayor?

El ranking por ingresos de municipios para el 2010 pone en los 5 primeros lugares en orden descendente a  Las Condes, Santiago, Providencia, Maipú y Viña del Mar. De igual modo, las que mayor gasto tienen son las mismas 5 en el mismo orden. En la resta, Santiago y Providencia más Maipú son las que no quedan en negativo.

Ombliguismo
Este es el punto de fondo que gatilla este post, el del permanente gasto, el del lloriqueo ombliguista que no permite ver que en otras comunas de regiones a duras penas alcanza para tener un alcalde o cumplir con la ley. ¿Podrá cumplir un municipio, por ejemplo, con la Ley de Transparencia que exige mantener en web la información, si con suerte tiene para contratar un par de profesionales?. Discúlpenme, pero el llanto falso y mediatizado raya en la falta de respeto hacia las comunas que no tienen la sacrosanta bendición del centralismo.

En este marco, es absolutamente natural dejar de esperar sólo a la parte ancha del embudo, la de la miel del desarrollo, progreso y caja en grandes números azules, sino también esperar a meterse la mano al bolsillo para pagar los costos de ser capital y gobernarla. El llanto pasa a ser sólo una expresión de no entender dónde están metidos o una vil ardid para pedir aún más fondos.

Por lo demás y falacia de empate mediante, que tanto invertir 100, 200 ó 300 millones de pesos, de dinero público, en gasto público de éste mundo (mobiliario urbano, calles, etc.), teniendo en mente los más de dos millones de dólares que gastamos año a año para el otro mundo?

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