El serrucho perdido

Si usted es curicano o da un vistazo acerca de las cosas que pasan en la comarca, debe haber oído algo de esto. Se ha intentado explotar una polémica acerca de la permanencia del Hospital de Argentina que apoya desde los primeros dias luego del terremoto a las labores médicas de un hospital base dañado profundamente.

Como buena polémica, la caricaturización ha estado a la orden del día. Se habla de que se habria “desmantelado” el hospital, lo que desde luego empieza a poner ideas en nuestra cabeza. Si hablo de elefantes rosados en lycra andando en skate probablemente ponga una idea que antes de hablar de ella no estaba. Propiedad generativa del lenguaje le llaman algunos. Desmantelar hace que a mi mente venga un equipo de personas con herramientas desarmando los conteiners del hospital argentino, lo que encuentro un poco raro sin que se hubiese informado de ceremonias de despedida o algún asado al menos :-)

Pero vamos, una cosa es desmantelarle algo a un niño, pero desmantelarle algo a un ejercito de un país vecino… ya estamos hablando de un problema mayor. Si el ejecutivo aviva la cueca, fácilmente podría pasar a ser un tema diplomático inclusive. Esto me motiva a saber que está pasando, a buscar… y encontré. Sin dejarme llevar por las viejas cahuineras (sub especie de la vieja culiá ), partí por preguntar a amigos que pertenecen al contexto —una de las cosas buenas de ser pueblo chico— quienes fueron aclarándome en cada conversación un poco más.

La historia de hechos va como sigue.
Primero, nadie está enojado, al menos en el hospital argentino. Distinción potente teniendo en consideración el noble acto de ayudar a un vecino en una emergencia como la que Chile tiene. Segundo, hubo un mal entendido por una descordinación que fue superada entre los equipos chilenos y argentinos. Favorablemente para quienes rasgaban vestiduras y amenazaban con quemarse a lo bonzo en la plaza del pueblo, el contingente argentino seguirá apoyando en lo que denominan por etapas del proyecto de ayuda como “Chile 3” y luego en septiembre con “Chile 4”. La descordinación se produce cuando se cambian los pacientes al nuevo módulo de hospitalización de emergencia —100 camas en máxima capacidad— lo que obliga a mantener más equipo médico en tales dependencias, cuestión motiva el traslado del personal chileno que apoya en el hospital argentino. Imagino que ver saliendo personas e implementos tiene que haberles resultado extraño. No obstante, el Comodoro encargado, Enrique Gómez Olivera, con el Director del hospital ya habían conversado el tema. El hospital argentino, tiene para rato.

Los problemas de ego…
Desde luego en cualquier problema que haya en el área, se nos presenta el sistema público de salud como tema que tranquilamente da para otro post, pero que es necesario tener en cuenta como parte del contexto. Ante esto, la ciudadanía en su conjunto tiene una mala opinión generalizada a nivel país, lo que también se ve reflejado en Curicó. Aquí viene uno de los puntos a tener en cuenta, toda vez que por la terremoteada circunstancia, aparece la posibilidad de comparar dos tipos de atención pública. Si vamos a Argentina es probable que el ciudadano promedio tenga una visión general similar a la que tenemos a este lado de la cordillera, el punto es que el hospital de apoyo tanto acá como allá es una anomalía y en mayor magnitud comparativa en la situación de emergencia en la que se encuentra el país. No obstante esto, el usuario del hospital de apoyo ha podido palpar atención sin esperar meses —inclusive cirugías, ojo con este punto—, buen trato y empatía en un lugar relativamente acogedor. Sabemos que como hay de todo en la viña, los casos negativos de atención en el antiguo hospital opacarán a todas las atenciones de funcionarios que realmente se comprometen con su trabajo y no caen en el juego de autointerpretarse como un mediador sobrehumano entre la vida y la muerte. El problema de egos en el ámbito sanitario desde esa perspectiva se da como en otros contextos por ejemplo, entre quienes pueden definir la libertad de alguien (algunos abogados, algunos jueces, etc.). Pero no evadamos el tema, el brindar una mejor atención es algo que siempre es mejorable. Como les gusta llamar a algunos, existen quizá falta de incentivos para que los médicos sean más amables en el sistema público que en el privado, pero estamos claros en que independiente de que estos incentivos existan, nada podrá hacerse ante un egocéntrico dueño de mi opción/derecho de tener salud, por más que paguen justos por pecadores.

En este contexto, el hospital de apoyo pasa a ser un indicador. Cuando no lo veamos, será por que efectivamente a pesar de las precariedades que subyacen a toda escena de catástrofe nos mostrará que la emergencia mayor ha pasado y se puede intentar una normalización con perspectiva a una nueva construcción hospitalaria, no obstante esto, pasará lo mismo que con el Transantiago. Quienes mes a mes ahorran dinero evadiendo el pago del servicio, les será dificultoso asumir las tarifas que se ahorraban evadiendo. ¿Qué pasará con quienes “evadían” los tiempos de espera por ejemplo?, la salida aunque sea agendada, traerá nuevamente los juicios de calidad y atención que pesan sobre el hospital chileno, sean estos aceptables o no.

El vil dinero
Tomando el contexto hospitalario como un sistema, en agitación luego del terremoto, podremos notar que la aparición del hospital argentino causa una perturbación toda vez que en el mercado de las cirugías aparece un oferente gratuito. Este punto se debe considerar teniendo en mente cuanto pesa un equipo médico dentro de un hospital y la forma en la que los equipos se incentivan en las determinadas intervenciones. ¿Cuánto afecta económicamente al gremio la existencia de este hospital?, ¿la pérdida de los pabellones por terremoto de que forma se traduce?. Desconozco las presiones que el gremio esté realizando y, aunque suena razonable ponerlo como antecedente de contexto, no me parece que sea el central ante una descordinación digna de replay.

Aparece el serrucho…
Teniendo en mente la descordinación antes señalada, empiezan a aparecer las preguntas. ¿Hablaron las autoridades con el Director del hospital o quien estuviese encargado?, ¿hablaron los periodistas antes de difundir el “desmantelamiento” por los medios?, ¿el diputado habló con el Director antes de dar el caballazo por twitter?, ¿la representante provincial del poder ejecutivo habló con el Director antes de afirmar una actitud déspota e inflar un asunto que puede tomar incluso ribetes diplomáticos?, ¿por qué se dan medias versiones y se deja llegar la sangre al río, aun cuando ya se había aclarado el tema en conferencia de prensa?, ¿hay una coordinación detrás de esto?, ¿el arma será un rifle de francotirador o un serrucho?.

— Doctor, pero ¿por qué ayer todos le quitaron el piso?
— Ah!, no tengo idea, nadie habló conmigo, ninguna autoridad de Curicó ha hablado conmigo…
Carlos Rojas Urquiza en entrevista.

Carlos Rojas Urquiza, Director del Hospital sabe de desaguisados. Sin ir más lejos, uno de los últimos incendios grandes que se habían visto por el barrio, fue apagado por un equipo liderado por él. Me refiero ni más ni menos que al ahora mítico Hospital de Curepto. Sin duda la emergencia post-terremoto es mayor a la de un hospital con enfermos y camas falsas, no obstante la labor por normalizar la atención en conjunto con la ciudadanía —ojo con el GTC— estaba dando sus frutos y el traslado mismo de los enfermos es prueba de ello.

En vista del abultamiento de la situación, periodistas y medios de prensa incluidos, estamos ni más ni menos que frente a una típica estrategia para sacar a alguien de su rol. Poco fina, por cierto. El Director, como se puede inferir luego de haber trabajado por arreglar el entuerto del Hospital de Curepto, ejerce su dirección desde gobiernos concertacionistas lo que desde el 11 de marzo le ha puesto precio a su cabeza. Esta situación fácilmente se arreglaba con un par de llamadas, pero ante la elección, se opta concientemente por llevar a los medios sin consulta previa a las autoridades competentes —se llama casi hasta a los presidentes de las juntas de vecinos y no al propio hospital— y, lo que es peor aun, sin ánimo de solucionar el asunto, dado que hay pacientes de por medio que están antes que el gustillo político cortoplacista, algo de proyección política para candidatos perdedores en elecciones anteriores o la fama.

En este marco de consideraciones, nuevamente aparece la pregunta acerca de quién tiene el serrucho o quien tiene el rifle. ¿Quién quiere ser el Director?, ¿a quién le interesa que el Director salga de la cabeza del hospital?, ¿a quién se quiere poner en el lugar?. Hagan sus apuestas.

Ignoro las respuestas para estas preguntas, podré tener algunos candidatos en mente pero eso es labor de periodistas profesionales, de esos que pagan la cuota del colegio y siguen el código de ética. Yo no soy periodista ni paso todo el tiempo en Curicó. No obstante, un par de telefonazos por aquí y por allá me sirvieron para obtener una versión lo suficientemente consistente para explicar la situación. Tal como he insistido, algunas características trascienden a aquella profesión. Tener un título no asegura nada, ser periodista no asegura llevar a cabo una investigación a fondo, de igual modo que ser ingeniero civil no asegura tener ingenio.

Ojo Curicó.

Actualizado, Miércoles 01 de Septiembre.

Ya con un poco más de tiempo bajo el puente, la situación ha evolucionado. El hospital argentino dejará Curicó. Esta decisión, que pasa por acuerdos internacionales de cooperación y convenios suscritos con antelación, según protocolos mantendrá su atención hasta este jueves 02 de septiembre.

La Gobernadora —ya más tranquila—, señalo según consta en edición de hoy miércoles de Diario La Prensa que “no es que el Gobierno ni Ministerio de Salud así lo quieran, sino que son marcos legales con los cuales hay que regirse, y tenemos que respetar esas normas, esos acuerdos y esos convenios”. El Comodoro, afín con esta declaración, habría señalado que son decisiones tomadas con antelación por los gobiernos en base a las etapas de la emergencia.

A buen entendedor…

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