Esta reflexón la hago un sabado ya que quiero comenzar escribiendo con el ultimo hito que he vivido o que al menos ha afectado este ultimo tiempo en mi. Para no situarlo en un caso particular, lo que alejaria al lector del contenido global o de la idea que tiene este post, lo hara bien general y sin nombrar entes.
El jueves recien pasado, dentro de las celebraciones de la semana mechona de mi universidad (insisten con llamarla pichona, nombre pretencioso y poco representativo) asisti a la fiesta de clausura en un local nocturno. En dicha oportunidad, y sin que nada me hiciera pensar en ello, tuve la oportunidad de explorar otra arista del lenguaje, arista que pense conocer y practicar (de forma consciente) : el lenguaje no verbal. Quienes me conocen saben que de un tiempo a esta parte hay una mujer que me da vueltas en la cabeza, con ella lo he intentado todo, pero sin resultados positivos, pero siempre pensando en que el lenguaje crea mundos, decidi poner en practica (absolutamente consciente) todo lo aprendido acerca de la ontologia del lenguaje. Sin duda me sorprendi de los resultados: me dijo que si. Este hecho me marcó, no tan solo por ser un soñador, sino por todo lo que implico llegar a ese resultado, resultado que daria un vuelco de 180º dias despues. No tuve contacto con ella, no pude, hasta dias despues, en donde me dice que no. Pena, tristeza, melancolia, algo de rabia y despecho, pero tambien inconsistencia, no sabia que habia hecho mal… hasta este jueves.
Bailamos juntos, hubo de todo, momentos de algria, momentos de aburrimiento, pero igual seguimos bailando. Llego la musica lenta y ahi empezo lo mejor, el descubrimiento, lo que no habia podido entender. Ella sin decir palabra alguna, me hizo sentir que le gustaba, que se sentia comoda, que habria estado asi, al igual que yo, no se si por siempre, pero al menos estuvimos bailando hasta despues que se acabo la musica en el local.
Ciertamente una gran leccion de lenguaje. Gracias Pame.
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